Muchas gracias, muy buenas noches a todos y a todas: otras vez aquí, juntos, entregando este nuevo avión cero kilómetro, aunque esto corresponda únicamente a los autos y no a los aviones, pero es también un avión cero kilómetros de lo que fue la popular "chanchita". Si habré volado desde Río Gallegos a Capital Federal por Aerolíneas en la popular "chanchita". Aquí estamos con una "chanchita" nueva, con la última tecnología, la segunda nave nueva, después de 16 años en la historia de Aerolíneas Argentinas, prácticamente coincidente con la fecha de su privatización. (APLAUSOS).
Nunca más, a partir de allí, tuvo que venir de nuevo el Estado, fue como recién relataba el ex presidente, vengo del cierre de campaña, ustedes lo saben, como es de público y notorio conocimiento, cuando yo escucho hablar de la re-estatización de Aerolíneas Argentinas parece ser que un día esta Presidenta, se levantó y dijo: "Bueno, vamos a tomar Aerolíneas Argentinas, a mandar una ley al Parlamento argentino, como corresponden en democracia"... bueno, todo estaba muy bien, todo estaba perfecto... teníamos aviones, se podía volar, teníamos muchos mercados. No, todos sabemos, todos los argentinos, y sobre todo los que viven en el país profundo, o los que no tienen avión privado para volar y por lo tanto necesitan una línea de bandera para poder volar, desde Tierra del Fuego, desde Santa Cruz, desde Chubut, desde Jujuy, desde Catamarca; San Juan; Mendoza, Córdoba; Misiones; Corriente, Santiago del Estero; Salta; Tucumán; La Pampa; Bahía Blanca, o sea el común de los mortales, que no tenemos aviones privados y necesitamos de la línea de bandera, sabíamos que no podíamos seguir como estábamos.
Además, algo que también se oculta prolijamente, pero que ustedes, que son los trabajadores saben mejor que nadie, ya hacía meses que el Estado Nacional era el que venía pagando los sueldos de los empleados de Aerolíneas, que era una empresa privada, pero los sueldos los tenía que pagar el Estado, esta era la situación también que se vivía en Aerolíneas: sin aviones, sin catering, se llegó a volar desde Río Gallegos a Ushuaia sin que al pasajero se le diera ni una galletita porque no había ni para pagar los catering. Esto lo saben todos, sin aviones, sin salarios, sin futuro, sin ilusiones, en esas condiciones tuvo el Gobierno argentino - en representación de los intereses del pueblo - que hacerse cargo de nuestra línea de bandera nuevamente, no veníamos de una situación idílica. Yo lo dije, en el Salón Blanco, cuando decidí enviar el proyecto de ley al Parlamento. Porque, además, estamos en otra Argentina diferente, no en la Argentina donde se privatizaba por decreto, o por per saltum, estamos en una Argentina que cuando el Estado decide algo no lo decide la Presidenta, ni solamente la Corte amiga, lo decide el Parlamente argentino, donde están representadas todas las fuerzas políticas. (APLAUSOS)
Fue precisamente por iniciativa de esta Presidenta, en su carácter de titular del Poder Ejecutivo, que nuestro Parlamento decidió volver a tener línea de bandera. Si ustedes me preguntan, bueno me hubiera gustado que otra fuera la historia, como fue en otros casos, pero lo cierto es que esta Aerolínea fue sistemáticamente vaciada y descapitalizada, durante largos 16 años y cuando tomamos esa decisión habíamos llegado al límite de que el Estado estaba pagando la totalidad de los sueldos de los empleados de una empresa privada; casi lo mismo que con las AFJP, donde el Estado, o sea ustedes, los trabajadores, que no estaban en una AFJP, sino que estaban en el sistema de reparto solidario estaban pagando el 60 por ciento de los jubilados que no alcanzaban a cubrir la jubilación mínima. Es increíble, estas cosas no se cuenta, se cuenta únicamente lo superficial. Notable, privado pero el que pagaba era el Estado y con la rentabilidad se quedaban los privados.
¿Qué país puede prosperar así, qué sociedad puede crecer donde los ciudadanos de a pie se hacen cargo de las pérdidas y los que más plata tienen se llevan las pocas rentabilidades que dan las empresas? Es imposible.
A mi no me gusta hablar únicamente desde las ideas, en cuestiones económica como esta me gusta hablar de números, de la realidad, sobre todo a los que cuando no les dan los números se acuerdan de la ideología y entonces te empiezan a hablar de ella; es así, cuando la ideología da, se habla de habla de la ideología, cuando ya no surte efecto se habla de los números. Siempre van mutando, una semana privatizadores, otra semana estatizadores, y la próxima Dios sabrá (APLAUSOS). Será que cuando esto de la política y fundamentalmente la gestión de Estado municipal, nacional o provincial se toma como un hobby, se toma entonces con ligereza y con opiniones muy livianas. Los que tenemos un compromiso con ideas y con resultados producto de la aplicación de esas ideas sabemos que dedicarse todo el día a trabajar, a ver los problemas que hay, a cómo resolverlos, requiere de una preparación que no se adquiere en dos o tres días ni tampoco te la da una agencia de publicidad. Estas cosas se sienten desde muy joven, se preparan y se capacitan; y no es solamente una cuestión de carácter estrictamente técnico, ustedes saben de lo que estoy hablando, la capacidad que tiene que tener un dirigente político en la administración del Estado, y de anticipar además lo que va a pasar no solamente en su país sino en el mundo, porque vivimos en una sociedad absolutamente globalizada, para poder tomar las decisiones que había que tomar.
Y miren si acertamos en las decisiones que hemos tomado, miren este mundo de hoy, tan diferente al que existía en aquel Salón Blanco cuando dirigía el mensaje a los trabajadores enviando el proyecto de ley al Parlamento. No solamente se es dirigente por ocupar un sillón, una banca, se es dirigente cuando uno tiene la posibilidad de anticipar lo que va a venir, porque eso es dirigir a la sociedad hacia un camino, hacia una orientación. Y esto es lo que estamos haciendo desde el año 2003, dirigir a nuestra sociedad, conducir a nuestro país a una economía donde la producción, donde el trabajo, donde la industria nacional, donde el desarrollo de servicios propios como tienen los grandes países desarrollados del mundo, nos permitan construir para este Bicentenario que ya lo tenemos casi encima nuestro, una Argentina diferente a las que nos tocó vivir.
Superando desencuentros, superando falsas antinomias, hablando con claridad pero con la vocación de convocar a todos los argentinos a una epopeya, la de volver a ser el país que alguna vez fuimos, el primer país de Latinoamérica en producto bruto, en innovación tecnológica, en industria nacional, en recuperación del trabajo nacional, en recuperación del poder adquisitivo de nuestros trabajadores, en el desarrollo de nuestras empresas nacionales. Sueño con una Argentina cada vez más Argentina.
Por eso, como dice esa magnifico corto, lo felicito al señor Presidente porque es maravilloso, por todo lo que significa hoy Aerolíneas, más argentinas que nunca (APLAUSOS).
Ustedes saben que a la primer nave compramos y que yo vine a recibir aquí hace poco yo le quise poner el nombre de Virgen del Rosario de San Nicolás, y me ha contado un pajarito que los trabajadores quieren ponerle a esta segunda nave nueva el número de la ley que volvió al patrimonio nacional Aerolíneas Argentinas. Creo que es un buen homenaje a la democracia, al Parlamento y fundamentalmente a todos los argentinos.
Muchas gracias y viva el país, viva la Patria.