Palabras de la Presidenta programa FinEs, en el Ministerio de Educación

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE ENTREGA DE DIPLOMAS A EGRESADOS DEL PLAN DE FINALIZACIÒN DE ESTUDIOS PRIMARIOS Y SECUNDARIOS (FINES), EN EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN.  

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Gracias, muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas: me acuerdo cuando, el año pasado, en el Salón Blanco de la Casa Rosada, presentamos este plan FinEs, creo que no salió registrado en ninguna crónica periodística, como siempre, pero tampoco seguramente mañana saldrá que hay 61 mil argentinos que han obtenido su título secundario, pero no importa, acá están, existen  y lo hemos logrado y vamos ahora por más. (APLAUSOS).

No saben la ilusión con la cual trabajamos con Juan Carlos en este plan, inclusive hasta encontrarle un nombre para ponérselo y que reflejara finalmente lo que queríamos: los fines, perseguir fines en la vida, en este caso educación, el de la capacitación para aquellos que por distintas circunstancias no  pudieron terminar su secundario.

Empezamos por esta primera etapa del quinto año con 203 mil inscriptos y ya 61 mil títulos otorgados y ahora vamos por más, como siempre, vamos por más y luego que terminemos con la etapa de tercero, cuarto y quinto vamos a ir por el secundario completo para lograr que más argentinos y argentinas puedan acceder a esta educación, que luego de la nueva Ley, que sancionamos es de carácter obligatorio. (APLAUSOS).

Recién Juan Carlos mencionaba diez medidas logradas con el financiamiento más importante que recuerde la historia argentina, destinado a educación por también  la Ley de Financiamiento Educativo, sancionada por el anterior gobierno, y que destina el 6 por ciento del PBI, de un PBI mucho más alto que el PBI de cuando se sancionó la ley, y que vamos a completar - por esas cosas de la vida - en el año del Bicentenario para honrar también la gesta de San Martín, que Encuentro nos regala a todos los argentinos. (APLAUSOS).

Y yo quería hablar, también de la educación porque es un rol fundamental del Estado y recién mencionaba el señor ministro de Educación, algunas manifestaciones de algún dirigente que dice, que bueno en realidad estas cosas no existen, que son retóricos discursos. También menciona una cosa que escuché mucho, durante los años 90', que dice que el Estado solamente debe ocuparse de la educación, la salud y la seguridad, el resto es nada más y nada menos que la economía, que debe ser administrada y conducida por el mercado, sin ningún tipo de intervención del Estado. Esto se lo escuché, no a este dirigente joven, que tal vez estaba haciendo otras cosas, en la década del 90', sino se lo escuché a otro señor, más gordito y calvo, que nos dijo a todos los argentinos que íbamos a desprendernos de todas las empresas del Estado, que de esta manera el Estado se iba a ocupar precisamente de la educación, de la seguridad y de la salud y que todo el resto lo iba a hacer el mercado, que además iba a derramar, iba a llegar a todos y cada uno de los argentinos.

Acá hay gente muy joven, que tal vez no lo escuchó, pero también hay gente de mi edad y mayor que yo que lo debió haber escuchado y recordar. El resultado fue la más formidable descapitalización del Estado de la que se tenga memoria, pero al mismo tiempo también el más formidable abandono de la educación de que se tenga memoria, en los últimos años. A punto tal que muchos que habían sido educados y que tenían un título, producto de que no había proyecto económico nacional, no había producción y no había trabajo tuvieron que archivar sus títulos universitarios y dedicarse a tareas, que no tenían nada que ver para aquello en lo que habían sido preparados y que el Estado había puesto recursos en esos argentinos; otros con mayores posibilidades se fueron del país buscando un lugar en donde aplicar esos conocimientos que habían adquirido, la mayoría de los casos, en las universidades públicas nacionales y gratuitas.

¿Saben qué pasa? Que cada vez que escuchamos ese verso, ese cuento el Estado se desentiende de todos los argentinos y solamente se ocupa de estar ausente en aquellas decisiones que transforman la vida de los argentinos y que implican el diseño y la ejecución de un proyecto económico, donde la educación cobra sentido. Porque la educación sin un proyecto económico y social y un modelo de desarrollo productivo no tiene lugar donde aplicarse el conocimiento y la educación. Esta es la gran cuestión que siempre nos han querido separar, como que la economía no tiene nada que ver con la educación y con las condiciones de la sociedad, al contrario es la economía, nada más y nada menos que la economía la que define el destino de cada uno de nosotros.

Yo pude ir a la universidad porque había una argentina de movilidad social ascendente, donde el trabajo y la producción permitieron transformar y sentar las bases de un país, que luego se revelaba cada vez que quisieron instalarle un modelo desprovisto de producción y de trabajo. Por eso, no hay educación sin modelo económico que genere trabajo, que permita a los padres mandar a sus hijos al colegio y a las universidades, pero que además cuando salgan del colegio si son técnicos o cuando salgan de la universidad, si profesionales universitarios, tengan trabajo, porque en definitiva educamos para el trabajo y para la producción (APLAUSOS). 

Por eso no es casualidad que este Gobierno haya destinado más recursos que nunca a la educación: en materia edilicia construyendo escuelas, en el más formidable plan de becas universitarias, de becas para el secundario, de planes FinEs, de becas para las tecnológicas, de equipamiento para los colegios, porque sabemos que necesitamos hombres y mujeres preparados para una Argentina que produzca y además que se dedique a la investigación y a la innovación tecnológica. Por eso, también creamos el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, porque apostamos por sobre todas las cosas al conocimiento. Uno de los problemas que hemos tenido en estos años de crecimiento económico sin par-como nos decían numerosos empresarios-es que se necesitaba mano de obra calificada y no se tenía, porque claro durante la década de los ‘90 donde nos habían dicho también el cuentito de que el Estado se despojaba de todo para dedicarse a la educación se cerraron las escuelas técnicas, por ejemplo. Por eso nos hacen falta obreros y chicos mayoramente calificados en un modelo productivo.

En el único lugar que creo que no se cerraron fue en Santa Cruz, porque había un gobernador que se llamaba Néstor Kirchner, que nunca creyó en esas cosas (APLAUSOS), y mantuvimos nosotros las escuelas técnicas, que eran todas nacionales.

Yo creo que educación, modelo económico y presencia del Estado están directa e íntimamente vinculados. Por eso creo que es importante que comiencen a surgir estas expresiones, porque entonces comienza a surgir lo que nosotros decíamos y que todos se empeñaban en ocultar, que estamos ante la discusión de dos modelos de país, hay dos modelos de país: el que ya vivimos, el de los ´90, que terminó en lo que ya sabemos todos, para qué relatarlo, y este modelo que venimos llevando a cabo, con éxito, inclusive, en momentos de una gran problemática internacional.

Créanme que el otro día cuando en la OIT hombres y mujeres integrantes de sindicatos de todos los países del mundo, inclusive la propia Secretaria de Trabajo de los Estados Unidos, nos felicitaba por lo que estábamos exponiendo y por lo que se desarrollaba en nuestro país, yo sentí un gran orgullo no como presidenta, yo sentí un gran orgullo como argentina, de poder estar mostrando que este modelo que muchas veces fue tan criticado por algunos garúes económicos de adentro y de afuera, ha tenido no solamente resultados en épocas de bonanza internacional, sino que además a partir del desarrollo de un fuerte mercado interno, de un fuerte desarrollo de la educación, de un fuerte desarrollo de un plan de infraestructura, hemos podido y estamos haciéndolo con éxito, afrontando los coletazos de la crisis.

Por eso, lo importante son los hechos, lo importante es que hoy podemos estar aquí mostrando y mostrándonos a nosotros mismos, 61 mil argentinos y argentinas que habían quizás por distintas causas que tiene la vida, perdido la esperanza de obtener su título secundario, y hoy lo han logrado ellos, lo han logrado ustedes con esfuerzo, seguramente con sacrificio. Y vamos por más, en educación vamos a ir por más; en economía vamos a ir por más; en lograr mayor y mejor calidad de vida y mayor equidad social, y mayor igualdad social vamos a ir por más. (APLAUSOS).

Creemos en esta Argentina, en la de la igualdad de oportunidades, en la Argentina de la equidad, y esta Argentina, como recién me decía un chico que recibió el título: "siga luchando por la igualdad social", quiere ser el compromiso de esta presidenta y es el compromiso que he tenido toda mi vida, con errores, con aciertos, con porrazos y con éxitos, pero el de lograr en serio una Argentina más justa y equitativa.

Lo decía el otro día, cuando entregábamos las más de 700 mil becas en Quilmes, sueño con una Argentina en que las becas sean otorgadas únicamente por el mérito de cada alumno, y no porque hay que ayudarlo porque en su casa no le pueden solventar el estudio. El día en que otorguemos becas que únicamente sean en base al mérito y al estudio de cada uno de nuestros pibes es porque habremos logrado la Argentina que todos, o casi todos, alguna vez soñamos. Muchas gracias y felicitaciones. (APLAUSOS).