Palabras de la Presidenta en acto entrega viviendas José C. Paz

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, DURANTE EL ACTO DE ENTREGA SIMBÓLICA DE VIVIENDAS EN JOSÉ C PAZ, EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

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Gracias, muchas gracias; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente de esta querida José C. Paz, querido Mario Ischi; compañeros y compañeras; amigos y amigos: tiene razón "Cacho" Caporaletti de estar emocionado, no debe haber momento más emblemático, más maravilloso para quienes hemos dedicado toda nuestra vida a una idea que estar frente al pueblo, no hay momento de mayor gloria que este, el de ver estos rostros de hombres y mujeres de trabajo, acompañado por sus hijos, la familia que viene a festejar en conjunto el encuentro que significa hoy que 1.340 familias más puedan acceder a la casa propia.(APLAUSOS).

Hasta hoy esas viviendas eran eso, viviendas construidas por trabajadores o trabajadoras, pero a partir de hoy son algo diferente, son el hogar de los que la van a habitar. Y yo les pido entonces a esas familias que esa casita, que han recibido la cuiden y la amen, que ayuden a tener el barrio lindo, que le den la mano al vecino y le tiendan la ayuda a aquel que la necesite y que todavía no ha podido encontrar su casa. Pero vamos a venir por más, porque hemos entregado ya, aquí, más de 7.000 viviendas, de las casi 300.000 viviendas a lo largo y a lo ancho del país.

Déjenme decirles que es un momento de gran emoción, de gran cariño poder estar aquí, junto a ustedes, como lo hemos estado siempre y lo seguiremos estando porque sabemos que el lugar, nuestro lugar es precisamente estar junto a los sectores más vulnerables que más necesitan del Estado para poder acceder a la vivienda, a la educación, a la salud, a la seguridad. Ese ha sido el compromiso de nuestra vida, ese fue el compromiso que empezamos un 25 de mayo, del año 2003, a lo largo y a lo ancho del país para recuperar el trabajo que se había perdido, para recuperar las viviendas que no se habían construido, para tener las escuelas que nadie se había ocupado de levantar, para lograr que nuestros chicos volvieran a estudiar al colegio y no a comer. (APLAUSOS).

Estas son las cosas que nos hacen redoblar el compromiso porque todavía falta, son décadas y décadas de gobiernos que planteaban que sólo era posible el ajuste, de gobiernos que no creían en la posibilidad de desarrollar un proyecto político nacional y popular que contemplara los intereses de trabajadores, de empresarios, de comerciantes, de productores, de educadores. No se daban cuenta o no se querían dar cuenta, porque tal vez representaban otros intereses, que es precisamente en la realización del conjunto, en que el enriquecimiento económico llegue a todo el pueblo, en donde está la clave del desarrollo y del crecimiento de un país más justo y más equitativo.

Y no me voy a cansar de decirlo, una y mil veces: quiero ser la Presidenta que construya igualdad de oportunidades para todos los argentinos, quiero ser la Presidenta que defienda el trabajo nacional, que se abran más fábricas, que tengamos más y mejor trabajo, que tengamos más escuelas, más viviendas y eso se logra únicamente teniendo como objetivo la construcción de una gestión basada en los hechos, pero en los hechos que lleguen a todos, y sobre todo a los que más lo necesitan.

A mí no me sorprenden estas más de 20 cuadras llenas de gente, tampoco me sorprendieron las  columnas que vi, que todavía estaban llegando. (APLAUSOS). Me hizo acordar esa marcha con banderas argentinas, una marcha prolija, organizada, de hombres y mujeres jóvenes y no tan jóvenes también, que se acercara ahora,  aquí. No creo que me tengan que agradecer nada, yo no quiero, porque yo no he dado nada, yo solamente he cumplido  con una obligación, ustedes no vienen a agradecer, vienen aquí porque más que agradecidos son un pueblo esclarecido de cuál es el camino y el sendero que tenemos que seguir. (APLAUSOS).

Y yo prefiero un pueblo esclarecido con el esclarecimiento que tal vez muchas veces no se logra repitiendo lo que uno lee, sino que se logra a partir de la experiencia, de las vivencias cotidianas que tiene nuestra gente en los barrios, en las fábricas, en los colegios y que saben, definitivamente, que solamente podemos construir un país en donde nuestros hijos tengan futuro, ilusiones y esperanzas, si defendemos lo que históricamente hemos sido y, además, con la convicción, con la certeza profunda de que nadie va a hacer por nosotros lo que nosotros mismos no seamos capaces de hacer, eso lo sabemos.  (APLAUSOS)

Yo quiero decirles, en esta hermosa tarde de sol, que vengo una vez más aquí, a José C. Paz, a reafirmar ese compromiso con el pueblo y desde aquí, desde el corazón del pueblo convocar a todos los argentinos a poder continuar este crecimiento económico impensable seis años atrás, a poder seguir sosteniendo en un mundo que se derrumba, nuestra actividad económica y nuestro nivel de empleo.

Sabemos que la crisis internacional va a pasar y sabemos también que tenemos que estar preparados para redoblar el esfuerzo para que ese crecimiento inédito que hemos tenido en estos seis años de gobierno, lo renovemos y vayamos aún por más. Necesitamos veinte años más de crecimiento sostenido para volver a ser ese país que alguna vez fuimos allá en la década de los '50: la economía más importante de toda Latinoamérica. (APLAUSOS)

Estoy convencida de que lo vamos a lograr porque estamos en el camino, porque hemos comprendido que el proyecto es de producción y de trabajo, porque sabemos que tenemos que agregar más valor a nuestros productos, porque tenemos que defender la industria nacional que es defender también el trabajo nacional. Y lo vamos a seguir haciendo con el mismo compromiso con que lo hemos hecho en estos seis años.

Déjenme decirles, finalmente, que estoy muy contenta de que hayan venido con esas hermosas banderas argentinas y que tienen el color que nos hermana a todos, la celeste y blanca, esa que miles de trabajadores empuñaron para ir a buscar hace muchos años a un líder que los había interpretado y los había representado.

De eso se trata, en definitiva, el lugar que quiero tener en la historia si es que la historia me da algún lugar, el de haber sido una de ustedes y el de haberlos representado siempre, cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste. (APLAUSOS)

Quiero decirles, finalmente, que no es fácil, son muchos los intereses, son muchos y poderosos, también cuesta un poco más cuando uno tiene el pelo largo y se pinta. Pero no importa, no van a poder como no pudieron con ninguna de ustedes. Tenemos la fortaleza que nos da el ser dadoras de vida, tenemos la fortaleza de haber aguantado tal vez las cosas que el compañero no aguanta porque los hombres tienen otro orgullo y están formados de otra manera.

Pero aquí estamos nosotras con la fortaleza que nos da ser el centro de la familia, ser la cabeza del hogar, la que apechuga y la que afronta, ustedes lo saben, no es distinto en la Casa Rosada, es lo mismo.

Tenemos que colocarnos, entonces, al frente de las dificultades y de las adversidades para seguir creciendo y trabajando con el ejemplo de ustedes, con el ejemplo de mujeres que con un pañuelo blanco enfrentaron a la dictadura, es lo que me da la fortaleza para seguir adelante en este proyecto de construcción de una patria más justa, más equitativa, con igualdad de oportunidades.

Sepan que siempre voy a estar junto a ustedes porque también sé que ustedes siempre me van a seguir acompañando.

Muchas gracias, José C. Paz; muchas gracias por esta tarde de sol maravillosa, por la alegría, por esta alegría que tiene el pueblo cuando se encuentra con las banderas y viene a festejar, no a agredir y viene a cantar, no a insultar, así somos y así queremos seguir siendo.

Gracias y hasta siempre José C. Paz, muchas gracias. (APLAUSOS)

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