Cristina Fernández, anuncios en Tucumán

PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ANUNCIO DE LA CREACIÓN DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DE AGROENERGÍA, EN LA PROVINCIA DE TUCUMÁN    

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Señor Gobernador, querido José; querida Bety; señor Intendente; señor Vicegobernador; amigos y amigas: en primer término quiero agradecerles el afecto con que me ha recibido el pueblo tucumano (APLAUSOS), como siempre, con mucho cariño, con mucha esperanza y con mucha ilusión.

Recién José relataba los logros de esta Tucumán en los últimos seis años, que se sintetizaban en ese corte abrupto, en ese descenso abrupto del índice de mortalidad infantil, tal vez el que exprese en su conjunto todo lo que él contaba que Tucumán hizo en escuelas, en viviendas, en hospitales, en equipamiento, en rutas. Me acuerdo cuando vine a inaugurar una ruta con Kirchner, me acuerdo que en un acto le dicen "no la prometas Néstor, que esta ruta la prometieron veinte presidentes y ninguno la cumplió"; "yo no la voy a prometer, yo la voy a hacer" dijo, (APLAUSOS). Me acuerdo que fuimos a inaugurarla allí con toda la gente en el medio de la ruta. Usted recién decía Gobernador que todo era o gracias a mí o gracias a Néstor, yo quiero decirle que no es así, quiero decirle que es gracias a las ideas, al proyecto que ambos abrazamos desde muy jóvenes de que era posible llegar al gobierno no para traicionar puntualmente todo lo que se le había dicho a al gente en las elecciones, sino para cumplir con la promesa y la palabra empeñada. Y en estos seis años además de protagonizar el crecimiento económico más importante que tuvo la Argentina en sus 200 años de historia, vinimos a romper, vinimos a terminar, vinimos a desterrar definitivamente la idea casi cínica de que se decía una cosa en la campaña y se hacía otra en el gobierno (APLAUSOS). Ese recuperar la palabra empeñada en el compromiso por la transformación de la realidad que permitió que millones de trabajadores volvieran a recuperar justamente eso, la dignidad del trabajo; que permitió que comerciantes que tuvieron que cerrar sus puertas porque no tenían a quién venderle las pudieran abrir; que permitió que chacareros y productores que durante los años ´90 veían rematar sus campos, que no tenían competitividad para producir, pudieran atravesar una época como nunca había atravesado el sector agrícola-ganadero en la República Argentina en los últimos años (APLAUSOS). Ayer me reunía con la Cámara Exportadora Cerealera y repasábamos los números de lo que ha significado en términos económicos el crecimiento de las exportaciones, en el año 2008 batimos record de exportaciones en toda nuestra historia como país, más de 71 mil millones de dólares. Pero analizábamos al sector, porque estábamos realizando una medida para asegurar el precio pleno a los productores de trigo, y mirábamos los números y veíamos lo que se había crecido en exportaciones en dólares, en los pellets de soja por ejemplo, 125 por ciento, de 2 mil y pico de millones a 7 mil; lo mismo en aceite de soja, lo mismo en hectáreas a sembrar, ni qué hablar del valor de la tierra.

Así podríamos recorrer también al sector industrial que ha tenido un importantísimo rol en el crecimiento de nuestras exportaciones y en la generación de trabajo porque es valor agregado. La industria tiene eso, genera mucho trabajo. Qué le voy a venir a contar de la industria a los tucumanos con su industria azucarera, por eso las leyes para impulsar y promocionar el bioetanol y todo lo que tenga que ver con la actividad económica de cada provincia y de cada sector. Porque el modelo, el proyecto que pusimos en marcha en el 2003 volvió a recuperar al trabajo, a la producción y al esfuerzo como los actores centrales en la economía, y no nos equivocábamos, pese a que durante seis años nos estuvieron augurando el final, desgraciadamente el final llegó para otros.

La última vez que estuve en Tucumán- Gobernador, Bety- fue un 9 de julio para festejar como siempre lo hacemos acá en San Miguel de Tucumán el Día de la Independencia. Qué lejos estábamos de imaginar aquel día lo que pasó después en septiembre en Nueva York, cuando se cayó un banco y a partir de allí pareció que el mundo había desatado todos los demonios. Y hoy vemos que el 1° de mayo no se recuerda como se recuerda en la Argentina con esperanza y entusiasmo de los trabajadores, sino con violencia en muchas partes. Vemos países hermanos de otras latitudes, países desarrollados, alcanzar el 20 por ciento de desocupación.

Y aquí estamos los argentinos, nuestro Gobierno, nuestra sociedad, con este modelo que impulsamos desde el año 2003 y que nos ha permitido afrontar el vendaval en mejores condiciones, no sin consecuencias, porque es imposible en el mundo de hoy no tener consecuencias, pero el mercado interno fuerte que hemos desarrollado con el trabajo, dándole poder adquisitivo a los trabajadores, contemplando a nuestros jubilados que tuvieron aumentos como nunca, incorporando a otros que se habían caído o bien porque habían perdido el trabajo, o bien porque habían sido sujetos de privatizaciones, o también-porque los hay- de algún patrón inescrupuloso que no le había hecho los aportes, y al cabo de una vida de trabajo esa persona se veía sin ninguna protección del Estado. Y así estamos con una decidida y enérgica intervención estatal obturando, trabajando sobre cada lugar, sobre cada sector, para seguir sosteniendo la actividad económica y el empleo, que es el gran compromiso que debe tener quien gobierna un país, o una provincia, o un municipio, que la gente tenga trabajo, lo conserve. Esta es la clave del desarrollo. Lo estamos pudiendo hacer porque en estos años hemos acumulado reservas en el Banco Central, porque hemos desarrollado un mercado interno poderoso, porque además tenemos la firme decisión de que en la Argentina la variable de ajuste no pase nunca más por los trabajadores, ni por los jubilados ni por los empleados. (APLAUSOS). Esta es una decisión que tiene que ver no con una cuestión únicamente de sensibilidad personal o de convicción ideológica, sino de certeza científica de saber que es necesario mantener el consumo a través del salario de los trabajadores para mantener viva la economía. Nunca entendí a algunos capitalistas que proponían permanentemente el ajuste y la baja de los salarios de los trabajadores, y el ajuste y el achique de la economía y del consumo, cuando en realidad la clave es esa, que la economía siga andando, que la rueda se siga moviendo, y que entonces podamos articular inteligentemente, el sector público y el sector privado, el bienestar de la sociedad. Porque hemos aprendido en estas últimas décadas que nadie se salva solo por todo el tiempo, tal vez alguien que haya tenido la suerte del ahorro o del resto durante un tiempo, pero cuando una economía se cae, cuando una sociedad se cae, finalmente afecta a todos los sectores. Lo comprobamos durante los ´90, cuando veíamos cómo se iba cayendo gente del aparato productivo, y como a nosotros no nos tocaba y podíamos seguir disfrutando de la vida no nos importaba. Pero finalmente, como no podía ser de otra manera, vinieron por todo, y se llevaron todo, se nos llevaron puesto un país.

Por eso recién cuando José convocaba y decía que este 28 de junio en las elecciones se juega un modelo, y proyecto de país, estas políticas que hemos llevado adelante, yo coincido plenamente con esto.

Le decía a un periodista cuando recién entraba que es necesario que todos los hombres y las mujeres que hoy estamos en política, y que legítimamente todos disputamos el voto de la ciudadanía, hablemos no de las circunstancias personales, no de las banalidades, hablemos de los hechos que cada uno ha hecho o no ha hecho en estos 20 años. Porque permítanme decirles que no hay nada nuevo en la política argentina, todos los hombres y mujeres que hoy se presentan ante el juzgamiento de la ciudadanía han tenido responsabilidades de gobierno, han estado en algún lado, han impulsado políticas, han apoyado o no determinadas políticas. Sería muy bueno para toda la política en la Argentina que habláramos de lo que cada uno ha hecho cuando ha tenido responsabilidades de formar parte de un gobierno o ha apoyado a un gobierno en una cámara, en un congreso, porque sería más fácil, ya no discutiríamos acerca del color de mi pelo o del tamaño de mi cartera, discutiríamos acerca de las cosas que le interesan a la gente (APLAUSOS) Porque al 2001 no se llegó en un plato volador, se llegó después de políticas muy duras que eran las políticas del Consenso de Washington, y se llegó también después de los que prometieron que iban a cambiar todo y en realidad no hicieron más que profundizar ese modelo. Esto no significa atacar a nadie, porque no estamos calificando ni adjetivando, estamos describiendo resultados de políticas, de descuento a los sueldos de estatales y jubilados, de los megacanjes, del ajuste permanente, de la única propuesta que era que siempre fuera el pueblo, los hombres y mujeres concretos de carne y hueso, pequeños empresarios, comerciantes, estudiantes, amas de casa, jubilados, trabajadores, los que estuvieran a cargo y pagaran los platos que otros habían roto.

Se trata entonces de tener una actitud constructiva, una actitud positiva y también de autocrítica, porque pareciera que la autocrítica sólo la debe hacer el Gobierno o los que gobiernan. Parece ser que quienes fueron responsables de esas política son tuvieran nada que ver con aquel 2001.

Entonces yo digo que sería muy bueno para la sociedad, sería muy bueno para todos los argentinos que pudiéramos discutir cuales son las políticas alternativas a este modelo. Porque yo escuché durante los seis años puntuales de gobierno que nos íbamos a quedar sin energía, por ejemplo, que en cualquier momento venía el black out, crecíamos a tasas chinas. Sin embargo, esto lo decían quienes habían sido responsables de la política energética del país en la década de los '80, cuando decrecíamos, cuando el país tenía tasas de crecimiento negativas y teníamos seis horas de corte de luz por día o también te lo contaban los que privatizaron todo el sector energético durante los años '90.

Entonces, es importante saber desde qué lugar habla cada uno porque así es mucho más fácil lograr modificar los errores que uno seguramente tiene en la gestión de gobierno y poder, entonces, profundizar aún más todas aquellas políticas positivas. Además, sería un formidable ejercicio democrático discutir sobre los hechos, discutir sobre las políticas que cada uno ha implementado en la República Argentina y sobre los resultados que esas políticas tuvieron para la sociedad. Eso es ejercicio democrático, lo otro es descalificar a la política y permitir, dicho sea de paso, que los intereses poderosos, chiquitos pero muy poderosos, utilicen su arma preferida: decir que la política no sirve para nada o que la clase política solo vive pensando en sí misma.

Si pudiéramos todos dar este salto cualitativo de discutir hechos y políticas, aquí estamos dispuestos a analizar lo que han sido estos seis años de gobierno y los resultados.

Hoy, antes de venir aquí, me alcanzaban el resultado de la evaluación de la Encuesta Permanente de Hogares para el nivel de desocupación del primer trimestre y afortunadamente no tenemos variación con el anterior primer trimestre del año 2007. (APLAUSOS)

Ayer anunciaba la recaudación de 23.046 millones de pesos, lo que significa un 14 por ciento más que en el mes de abril de año pasado, en un mundo donde la mayoría de los países desarrollados tienen las cuentas en rojo y no es que tengan un 5 o un 2 por ciento, no, están en un 20, en un 30 en rojo respecto de lo que pasaba.

Hoy también pudimos tomar conocimiento -pese a todo lo que se dijo y se publica muchas veces- que la Argentina durante el año 2008 figuró entre los cinco países con mayor crecimiento en la inversión extranjera directa con 7.979 millones de dólares, casi 8 mil millones de dólares, que es un 23 por ciento más de la inversión extranjera directa del año 2007. Figuramos junto con Sudáfrica, India, Malasia y Perú entre los cinco países emergentes que más crecimiento experimentaron en materia de inversión extranjera directa. Los países desarrollados se cayeron un 33 por ciento en inversión extranjera directa. (APLAUSOS)

Estas son las cosas que nos permiten mirar de frente a los argentinos, no con vanidad, no con orgullo, sino con responsabilidad. Yo me siento muy responsable como Primera Magistrada del país de la suerte, del trabajo y del destino de 40 millones de argentinos, de los que me votaron y de los que no me votaron, de los que me quieren y de los que no me quieren, de todos. (APLAUSOS) Y como me siento muy responsable por la suerte de esos 40 millones de argentinos, es que quiero que podamos debatir y discutir ideas y propuestas de país.

Esta es nuestra propuesta, no es algo que vamos a hacer, no es algo que vamos a prometer, es algo que hicimos. En una Argentina, donde siempre se prometió y nunca se cumplió, podemos decirles a los argentinos que acá están nuestros seis años de gestión que nos permiten hoy, en este mundo que se derrumba, en esta crisis sin fin, mirar a los ojos de todos y cada uno de ustedes y decirles "no nos habíamos equivocado en el rumbo elegido, ustedes tampoco al apoyarnos, y vamos a seguir en el mismo rumbo, trabajando, con mucha profundidad, con mucha responsabilidad como lo estamos haciendo ante cada conflicto, ante cada situación".

No hay medidas de carácter general a tomar en medio de una crisis, uno toma medidas en cuanto al crédito, en cuanto a sostener la venta de determinadas actividades que se han caído, a prefinanciación de exportaciones, pero en definitiva hay que estar allí, en el lugar donde cada fábrica, cada taller tiene un problema y ayudarlo para seguir sosteniendo el vínculo con el empleado, que el mismo no se rompa.

Esa es la meta que nos hemos propuesto con el equipo que se reúne todos los lunes para monitorear cada una de las situaciones que estamos atravesando en el país y, entonces, saber que lo más importante es que ese trabajador siga vinculado a su empresa, con distintas medidas, pero vinculado a la empresa al fin, porque la ruptura del vínculo laboral para el trabajador suele ser catastrófico, no solamente en términos económicos como ser humano, sino en términos psicológicos de autoestima y de posibilidad de mirar de frente a sus hijos y a su mujer.

Yo digo que lo más devastador que hubo en términos sociales, en términos de familia, fue precisamente la pérdida del empleo; es la pérdida de la autoestima del hombre frente a su núcleo familiar y también es el resultado, muchas veces, de que haya millones de mujeres solas al frente de la familia.

Por eso, el compromiso con este modelo no es un compromiso de carácter solamente electoral o el compromiso con este proyecto de país, no es solamente una cuestión de adhesión política o partidaria, es la decisión de en qué país y en qué sociedad queremos vivir, en una sociedad donde el trabajo, la solidaridad, la producción y el esfuerzo sean los grandes protagonistas frente a la especulación y a los que sostienen que el Estado no debe meterse en nada si no solamente para garantizar que los que más tienen sigan teniendo más y que los más pobres sigan siendo más pobres. Ese modelo de Estado a mí no me interesa. (APLAUSOS)

Yo vengo aquí en esta hermosa tarde tucumana una vez más, tucumanos y tucumanas, a comprometerme con ustedes, como lo hago con todos y cada uno de los argentinos, desde La Quiaca hasta Ushuaia, desde la Cordillera hasta el Río de la Plata, porque además soy como ustedes, del país profundo, del país que siempre estuvo olvidado, del país en el que cada gobernador tenía que mendigar algo para su provincia, una obra o algo. Me enorgullezco también por formar parte de un proyecto que, además de considerar a los trabajadores, a los comerciantes, a los productores, a los que producen y trabajan por la Argentina, considera a los que tienen una visión federal tal vez como nunca se tuvo en la República Argentina, pero no federal porque me ponga un poncho rojo o arrastre las erres, eso no es ser federal, sino porque ser federal es darles a todas y cada una de las provincias las obras estructurales de transformación que necesitan y las políticas económicas activas que han permitido que un gobernador como José Alperovich, pueda dar el discurso que hoy dio, porque no fue un discurso, fue la enunciación de obras y de hechos realizados. (APLAUSOS)

Es que estamos ante una nueva Argentina, quienes gobernamos podemos hablar de lo que hicimos y los que nos critican solamente pueden hacer eso, criticarnos. (APLAUSOS)

Pero no importa, hay que seguir adelante, porque si algo tenemos las mujeres, es el cuero duro, Bety, y porque tenemos que sumar las críticas que siempre les hacen a todos los hombres que forman parte de proyectos nacionales y populares. Yo no me engaño, no creo que la crítica sea por ser mujer, no, si fuera una mujer de las que descontaban salarios, si fuera una mujer de las que no aumentaban los sueldos de los jubilados, a lo mejor sería una de las estadistas que el establishment saludaría, pero, reitero, no me engaño por eso, sé que no es una cuestión de género, tal vez el género agrava la situación de adherir a un proyecto de país que ha vuelto a colocar a la gente concreta de carne y hueso como objetivo central de todas sus políticas. (APLAUSOS)

Eso es, tal vez, lo que algunos -muy pocos- no perdonan o es, tal vez, por nuestra política incluaudicable en materia de derechos humanos o tal vez sea que hayamos tomado la decisión estructural más importante -Kirchner se va a enojar cuando diga esto, pero no importa- junto a la del Fondo Monetario Internacional y la reestructuración de la deuda, como fue recuperar la administración de los fondos de nuestros trabajadores para el sector público. (APLAUSOS) Tal vez, sea eso entonces lo que tampoco perdonan.

Pero si son esas cosas por las que no me perdonan y si además se ve agravado porque soy mujer, que no se hagan problemas, acá estoy y voy a seguir cumpliendo con todos y cada uno de los objetivos en los que he creído toda mi vida junto a millones de argentinos. (APLAUSOS)

Muchas gracias, Tucumán, muchas gracias, los quiero mucho, los abrazo mucho y fuerza, a seguir trabajando por la Argentina que es lo que vale.

Gracias. (APLAUSOS)