Palabras de la Presidenta en Londres en Homenaje a Caídos en Malvinas

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNANDEZ, EN EL ACTO DE CONMEMORACIÓN DEL DÍA DEL VETERANO Y DE LOS CAÍDOS EN MALVINAS, REALIZADO EN LA EMBAJADA ARGENTINA EN LONDRES

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Buenas tardes a todos y a todas.

Señores oficiales y suboficiales de nuestras Fuerzas Armadas; Veteranos de Malvinas; soldados combatientes hoy aquí presentes en esta pedazo de suelo argentino en Londres: es la primera vez que un presidente argentino se encuentra el 2 de abril aquí y no fue una circunstancia ni deseada ni buscada. Todos ustedes saben lo que yo llamo "las contingencias del destino". Quiso el destino que precisamente un encuentro tan importante debido a la situación económica internacional, tuviera precisamente lugar aquí, en Londres, el día 2 de abril.

También hoy, 2 de abril, se le han dado honras fúnebres, con el rango de presidente en ejercicio, al doctor Raúl Alfonsín, ex presidente de los argentinos, que por esas "corsi e ricorsi" de la historia o vericuetos de la historia, fue precisamente el primer presidente de la democracia, proceso que se disparó en nuestro país a partir de Malvinas.

Yo no creo en las coincidencias ni creo en las casualidades y siempre lo digo, creo en las señales de la historia. Este día de hoy quise que todos los argentinos que estamos aquí presentes, algunos porque hemos venido desde nuestro país en misión oficial, otros porque cumplen aquí misión oficial o viven aquí, nos reunamos en este pedazo de suelo argentino para honrar la memoria de todos los caídos en nuestras Islas Malvinas. El homenaje a los muertos en combate, no reconoce nacionalidades, es el homenaje a todos los caídos. Pero en especial también queremos honrar a los hombres aquí presentes que fueron combatientes por la soberanía nacional como oficiales, como suboficiales o como soldados y que cumplieron con honor esa misión.

Es el deber de todo buen argentino y de toda buena argentina reconocer el esfuerzo de esos hombres porque durante mucho tiempo se intentó ocultar, como si fuera una vergüenza, la existencia de nuestros combatientes. Lejos de eso, para nosotros, ellos son un orgullo y motivo de respeto y honor, tanto los que hoy están aquí como los que ya nunca volverán a estar.

Quiero además también, aquí, en este pedazo de territorio argentino en la ciudad de Londres, reafirmar una vez más nuestros derechos soberanos sobre nuestras Islas Malvinas, reclamo inclaudicable que no se reconoce en un ejercicio de patriotismo, sino en un ejercicio de derechos y títulos que le pertenecen a la República Argentina y que también se reconocen en el respeto que nuestro país tiene por el Derecho Internacional y, fundamentalmente, por todas las resoluciones -por todas las resoluciones- que emanan de la Organización de Naciones Unidas.

Hace pocos días, ustedes lo saben, he llegado a Londres procedente de Qatar, donde también otro grupo de países que se reconocen en la Liga Árabe han reconocido la necedad de dar cumplimiento a la resolución de Naciones Unidas para que, precisamente, el Reino Unido reanude las negociaciones con nuestro país, la Nación Argentina, para discutir sobre la soberanía de Malvinas.

Y aquí también reitero, una vez más, que es necesario, para tener en serio un orden mundial diferente en donde se construya paz, en donde se construya civilización, en donde se construya respeto por el Derecho Internacional, la necesidad de que todos los países, todos, absolutamente todos, cualquiera sea la jerarquía en importancia económica, tecnológica o militar, repito, todos absolutamente, deben respetar el Derecho Internacional y las resoluciones que emanan de Naciones Unidas. Solo así contribuiremos eficaz y realmente, no solo a partir de los discursos, a la construcción de la paz internacional y a la vigencia del Derecho Internacional, única garantía de tener un mundo diferente y sin violencias.

Quiero también en este día especial, enviar desde aquí, como Presidenta de todos los argentinos, a la familia -a los hijos, a los hermanos, a los nietos, a los bisnietos- del ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín, mis más íntimas condolencias.

Tuve el honor y el placer de compartir con él su último acto público en el lugar que debía ser, la Casa de Gobierno, y rindiéndole honor como yo creo que se debe hacer a aquellos argentinos que han cumplido algún rol importante en la vida institucional de nuestro país. Siempre digo que se los debe recordar y honrar en vida.

Por eso, en aquel momento adopté la decisión de instalar su busto en el Salón de los Bustos de la Casa de Gobierno y con su presencia, sabiendo que de esta manera cumplía con algo que todos los argentinos sentíamos en el fondo: la idea indisoluble de que ese hombre estaba vinculado al advenimiento de la democracia en la Argentina.

Por eso, este 2 de abril no es obra de la casualidad, es obra de la historia que se toma sus licencias, sus licencias para que un presidente argentino, una Presidenta, en este caso, esté aquí hoy, este día, y al presidente que inauguró la democracia luego de Malvinas, se le estén dando honras fúnebres en nuestro territorio.

Yo quiero decirles a todos ustedes que siento una profunda emoción. No viví Malvinas desde lugares lejanos. Ustedes saben que yo vivía en Río Gallegos y realmente allí pudimos ver y sentir la guerra, sabíamos si un avión había salido y no volvía, teníamos los operativos oscurecimiento todas las noches y hasta en algún momento había simulacros de bombardeos sobre la ciudad.

Para nosotros Malvinas no fue solo algo lejano, sino que por el contrario fue un ejercicio cotidiano durante todo el tiempo que duró la guerra. Por eso, el homenaje que hoy le hacemos a los caídos, que hemos hecho hace unos instantes en el monumento con el que se recuerda a nuestro Libertador, el general don José de San Martín, siento que es el homenaje de todos los argentinos desde este lugar de territorio argentino para todos ustedes.

Muchas gracias por sus presencias; muchas gracias señores oficiales y suboficiales, soldados, veteranos, ciudadanos argentinos que se pusieron el uniforme de combate para defender a la patria y sostener su soberanía.

En nombre de todos los argentinos muchas gracias y perdonen si durante mucho tiempo los ocultaron como si fueran una vergüenza; son para nosotros motivo de orgullo, de respeto y de honor.

¡Viva la patria! (APLAUSOS)