es muy importante, porque el momento actual, la crisis mundial revela la crisis, como todos lo han manifestado, de una política que tuvo su origen en lo que puede denominarse el Consenso de Washington y que tuvo en la región, importantes experimentos.
No solamente saludo el hecho de poder hacerlo aquí en América del Sur, sino también otro rasgo distintivo; por primera vez, por lo menos desde que participo en reuniones de este tipo, el gobierno de los Estados Unidos manda a un representante de altísimo nivel, como es su Vicepresidente, a participar precisamente de un encuentro de estas características. Esta y otras cosas que han sucedido en Estados Unidos en las últimas elecciones, esta crisis de carácter global y mundial, revelan que estamos ante una situación de cambio inédito en el mundo.
Ustedes saben que mi país, la Argentina, fue uno de los lugares donde se experimentó con mayor agudeza la desregulación total y absoluta, la privatización de todos los instrumentos y recursos estratégicos del Estado, la demonización del Estado precisamente como un mal administrador y como un mal instrumento de intervención en la economía y, finalmente, terminó con una implosión de todo el sistema financiero argentino de características muy similares a las que hoy se vive en las primeras economías del mundo. Esto nos da un expertiz en materia de crisis que realmente no nos gustaría tener, pero lo cierto es que, durante los años de la década del ´90 nuestro país era presentado como un modelo a seguir en todas las asambleas, por ejemplo, del Fondo Monetario Internacional. Quiero advertir que no quiero cargar una vez más contra el Fondo Monetario Internacional, como hemos venido haciéndolo en todos los foros internacionales, sino simplemente tratar de ver que lo que pasó o está pasando en el mundo, ya pasó en menor escala en muchos de nuestros países que hoy viven, como señalaba, como dijo el presidente Lula, un momento diferente, un momento de gobiernos que se parecen mucho a sus gobernados -como nos gusta decir a nosotros- y donde nuestras economías han crecido, pero con un crecimiento diferente, que charlábamos ayer y realmente me gustó mucho escuchar las palabras del vicepresidente Baden, sosteniendo, como nosotros lo venimos haciendo durante mucho tiempo, que el crecimiento económico es importante pero que no vale cualquier crecimiento económico si ese crecimiento económico no llega a las personas de menores recursos, no llega a la clase media. Precisamente, porque por ejemplo, durante los años ´90 mi país creció a tasas más que aceptables del 7 u 8 por ciento, y sin embargo, culminó el proceso con una tasa de desocupación del 25 por ciento. Con lo cual, escuchar de boca del Vicepresidente de los Estados Unidos que el crecimiento económico es importante en la medida que pueda mejorar la calidad de vida de la gente, generar puestos de trabajo calificados y mejor remunerados, señala un cambio muy importante y da indicios, realmente, de que podemos estar en una etapa en la que finalmente abordemos discusiones de fondo y de cambios estructurales, porque obviamente no podemos ignorar más allá de la valoración que le merezca a cualquiera el lugar que en el mudo ocupa en materia económica, militar, tecnológica Estados Unidos de Norteamérica, hacerlo, sería una ingenuidad. Lo decíamos también anoche con el Vicepresidente cuando sabíamos -todos lo sabemos- que representa el 25 por ciento del PBI mundial.
Ahora bien, creo que sinceramente, no solamente han fracasado el neoliberalismo o estas políticas; creo que también ha fracasado una forma de funcionamiento del sistema mundial en sus organismos multilaterales totales. Porque todos decimos, necesitamos nuevo organismo multilateral, global, que controle el crédito, pero en realidad hay muchos organismos multilaterales, está Naciones Unidas en el orden político, está el Fondo Monetario Internacional, producto de Bretton Woods, que si uno lee los postulados de Bretton Woods del estado de bienestar, de régimen de pleno empleo, de cooperación económica, en realidad los objetivos y la constitución del organismo que debía llevar o que debía coadyuvar para llevar adelante esos objetivos, son indiscutibles. Tenemos también una Organización Mundial del Comercio.
Yo creo que otro de los problemas que hemos tenido, a partir no solamente de políticas de desregulación absoluta, de asignar al mercado un rol único y endiosado que era el que decidía todo, creo que también tenemos un problema de funcionamiento en donde no todos cumplimos las reglas que tiene Naciones Unidas, el Fondo Monetario y que también esta es una de las claves de la situación actual.
Lo charlábamos hace unos instantes con el Primer Ministro Gordon Brown, cuando decíamos que Naciones Unidas toma una resolución sobre un país débil y pequeño, aún cuando ese país tenga actitudes condenables y si no cumple la resolución de Naciones Unidas es invadido por fuerzas conjuntas o no conjuntas, cuando se rompió, por ejemplo, el multilateralismo en Irak. Pero sí hay una regla de Naciones Unidas que impone una determinada conducta a una de las grandes potencias y esta no la cumple, no pasa absolutamente nada.
Esto revela una cosa que creo que es grave: un mundo sin reglas es muy malo, pero un mundo donde las reglas solamente son cumplidas por los que no tienen fuerzas para oponerse a ellas y son violadas por los que pueden hacerlo, porque la relación de fuerzas así lo permite, también es un problema. Lo mismo se puede dar con el Fondo Monetario Internacional y ya vinculado a esta crisis que estamos viviendo, porque todos los países eran controlados en cuanto a la posibilidad de que tengan superávit comercial, superávit fiscal, o sea, exigencias para ser un país elegible en materia de préstamos o de calificaciones -y podemos también hablar de las calificadoras de riesgo- y, sin embargo, a los grandes centros del mundo no se les aplicaba las mismas reglas.
Yo creo que una de las primeras conclusiones y cosas que vamos a tener que hacer en el G-20, y ya vinculado con esto, es que las reglas que se adopten contemplen los intereses globales pero sean respetadas por todos, porque si no, va a ser muy difícil. Todos sabemos, por ejemplo, que hoy se están produciendo problemas desde las economías emergentes donde fluyen capitales, precisamente, hacia los grandes centros donde se ha producido la crisis y esto se debe, fundamentalmente, a cuestiones como moneda de reserva, inconvertibilidad del dólar, etcétera.
Yo creo que son problemas que vamos a tener que abordar en el G-20, porque la otra cuestión que se me ocurre en forma central y que la he expuesto en la cena de anoche, es que lo único que no podemos hacer cuando vayamos a Londres, es no tener resultados concretos en instrumentos que sean vistos por la sociedad global como que estamos realmente adoptando medidas estructurales que van a tender, no solamente a la situación de regularizar el mercado financiero, que sin lugar a dudas es muy importante para restablecer el crédito, pero la sociedad también tiene que percibir que vamos a tomar instrumentos con los cuales le podamos asegurar que van a volver a recuperar el trabajo o no perder el que ya tienen. Porque esta es otra de las claves, también, para poder abordar exitosamente la crisis que estamos viviendo.
Charlábamos anoche que tal vez algunos piensen que puede haber una colisión entre restablecimiento del crédito y únicamente debemos atenernos a la cuestión de restablecer ese crédito y no a la demanda global y yo creo que, conjuntamente con otros que hemos participado en la cena de anoche, que debe darse en un frente amplio en donde no solamente se aborde el restablecimiento del crédito, sino también se atienda al estímulo de la demanda global que es clave para poder volver a articular la rueda económica. Y, además, que las sociedades, que son en definitiva las que votan y las que nos invisten del poder para que las representemos aquí o en el G-20 o en cualquier otro foro internacional, vean que además estamos tomando medidas que tienen que ver con lo cotidiano, con lo que le pasa a ellos. Hay una percepción muy clara en las sociedades, de que se está produciendo un fondeo permanente de las entidades financieras y que, finalmente, estas entidades no articular nuevamente el crédito nacional o internacional y, al mismo tiempo, las empresas quiebran o cierran porque no tienen crédito, al cerrar o al quebrar o al achicarse la empresa hay gente que queda en la calle, con lo cual algunos ha comenzado a preguntarse por qué, entonces, el Estado no interviene como prestamista directamente al fondeo de las empresas para sostener las fuentes de trabajo y que la gente no pierda el trabajo y pueda pagar su hipoteca o pueda seguir consumiendo.
Entonces, yo creo que tenemos que discutir este tipo de instrumentos. Esto no quiere decir que no haya que atender al sistema financiero, pero me refiero a que deberíamos distinguir entre las medidas de inmediato plazo, porque ya no estamos en eso de que hablamos de medidas en el corto, mediano y largo plazo, casi como una retórica permanente, no, acá ha surgido otro tipo de medidas, las de inmediato plazo, las de ahora.
Cuando yo charlaba la otra vez con el presidente Barack Obama, cuando me llamó muy gentilmente por teléfono, y le decía que escuchaba que, por ejemplo, General Motors, una empresa emblemática de los Estados Unidos, podía cerrar porque, bueno, era obsoleta y no estaban dispuestos entonces a seguir financiando una empresa que no tenía las técnicas... Y yo le decía al presidente Obama que esto es como estar en medio del océano, como un náufrago, te tiren un salvavidas y vos digas "no, como no tiene la tecnología de última generación y los salvavidas japoneses son mejores que los americanos, la verdad que no quiero este salvavidas".
¿Qué es lo que estoy diciendo con esto? Que yo creo que nosotros deberíamos estar también mirando, pensando en la posibilidad de que el Estado, pese a que yo sé que a muchos, no los que estamos aquí, pero sí los que están en otros ámbitos que no participan en ámbitos progresistas, hablar del Estado y de la intervención del Estado demasiado directa y fuerte, es erizante en la piel.
Pero yo creo que en esta primera etapa inmediata de la crisis, el Estado tiene que cumplir un rol aún más activo que el que normalmente le asignábamos los progresistas al Estado. ¿Por qué? Porque estamos en una situación inédita de crisis donde el mercado, conocido como el gran asignador de recursos, está knock out, le están contando y van por el número 9, como lo decíamos anoche en la cena.
Entonces, yo creo que es imprescindible que el Estado tome aún un rol más activo en esta etapa inmediata para comenzar a dar soluciones a esas empresas que no encuentran financiamiento, a esos consumidores que no pueden pagar su hipoteca y que ya ni siquiera la quieren pagar porque la casa vale 100 mil dólares y la hipoteca está en 400 mil dólares. Alguien debería idear un mecanismo de que sigan con los 100 mil dólares y que se hagan cargo de la diferencia. Nosotros tuvimos un problema también de hipotecas muy fuerte, con otro modelo, eran créditos tomados en dólares que finalmente cuando cayó la convertibilidad y hubo una brutal devaluación, la gente quedó con casas que teóricamente valían 300 mil dólares, con salarios -el que conservaba el trabajo- en pesos y muy inferiores, con lo cual hay que tener una creatividad -los argentinos somos muy creativos, también debo decirlo, muchas veces demasiado creativos- y una adopción de nuevos instrumentos y de nuevas políticas que hasta ahora nunca habían pensados ni imaginados porque nunca habíamos vivido una situación similar. Siempre eran crisis absolutamente localizadas en los países emergentes, crisis que tenían que ver con los malos manejos de una economía interna de un país o de una región.
Pero ahora estamos con que han fallado los cimientos y los grandes paradigmas y entonces se requieren, ante grandes, extraordinarios e inéditos problemas, grandes e inéditas y extraordinarias soluciones.
Yo creo que en el G-20 deberíamos discutir, además de cómo rearticulamos el crédito, me parece muy interesante la propuesta del Primer Ministro Gordon Brown, en cuanto a también crear una línea de prefinanciamiento de exportaciones, un tema central, porque una de las cosas que más impacto ha sufrido, precisamente, ha sido el comercio exterior, sobre todo en aquellos países que tenemos también una matriz diversificada y una parte importante de nuestra economía está basada en la exportación, creo que una línea de prefinanciamiento de exportaciones es muy importante. Pero también es cierto que en un país, para que alguien adopte una línea de prefinanciamiento de exportaciones, tiene que tener la certeza que lo que exporta va a poder ser colocado porque van ha haber consumidores en su sociedad y en su país que le van a demandar esos productos.
Por eso sostengo, entonces, que es tan importante articular el tema de la demanda global, no solamente desde el aspecto de la financiación, sino desde lo más bajo del consumidor. Esto presupone también que las sociedades en donde se ha desarrollado la crisis y que tienen un alto nivel de endeudamiento, su sociedad y su sistema financiero, estamos hablando de economías donde el nivel de endeudamiento de sociedades y bancos excede el 100 por ciento del PBI, con lo cual se me dirá: "Pero, cómo hacemos entonces para esa persona que está con créditos tomados de 4 a 5 años pueda seguir consumiendo y pueda seguir endeudándose aún agravado por la pérdida del trabajo, si es que ha perdido el trabajo, o por el temor a perderlo, lo cual también restringe su posibilidad de consumo y su propio endeudamiento". Con lo cual también deberían adoptarse medidas que tiendan a restablecer, mediante estímulos fiscales o mediante eliminación de parte de los endeudamientos o mediante -voy a decir una palabra que va a sonar espantosa en los momentos que se viven- aumento salarial, de modo tal que, so pena, seguramente los que no creen en el salario como uno de los instrumentos movilizadores de la demanda puedan criticarlo.
Pero me parece que si nosotros no restablecemos esto, va a ser muy difícil lo otro, porque vamos a encontrarnos con esta situación: bancos a los que les han trasladado trillones -la gente lee en los diarios que a tal banco, a tal otro, más allá de las anécdotas de los bonus, la verdad que da mucha rabia cuando uno descubre los bonus de 175 millones de dólares-, convengamos que cuando hablamos de 3 trillones de dólares, los bonus de 175 millones de dólares serán condenables éticamente, pero en términos económicos financieros no son más que una anécdota, la verdad. Pero vende mucho en los diarios y suena fantástico como titular.
Pero lo real es que la sociedad está viendo que se desembolsan trillones de recursos en los bancos pero que finalmente esto no impacta en su vida cotidiana y yo lo que creo que tenemos que adoptar también en el G-20, por lo menos comenzar a discutir, es cómo tomamos y articulamos globalmente también medidas de esta naturaleza.
Creo que fondeos a través del Banco Mundial con distintos requisitos y sin las condicionalidades que siempre hemos conocido, en Banco Mundial, en Banco Interamericano de Desarrollo o en Fondo Monetario, para planes de infraestructura, para prefinanciación de exportaciones, pero al mismo en serio abordar el tema del consumo de la sociedad, de la preservación del trabajo, sin que la gente tenga trabajo o con el temor a perderlo y con altísimo nivel de endeudamiento, creo que va a tardar mucho más la recuperación y cuánto más se profundice el período de recuperación, vamos a pasar de tener un problema económico y financiero a un problema político. Y cuando comienzan los problemas políticos, normalmente tiende a complicarse aún más la economía y las finanzas.
Por eso creo que lo más importante que vamos a tener que hacer en el G-20, y creo que el documento sobre el cual se está trabajando es muy importante y creo que introduce cuestiones relevantes, creo que hay que abordar esto otro, que me parece que es lo que todavía no se a visualizado con demasiada claridad por parte de todos aquellos que tenemos responsabilidades en la reunión del G-20.
Sí, reiterar, que hay que cambiar -y lo hemos discutido en muchos otros foros- retornar a un multilateralismo, retornar a una democratización, como decía mi amigo José Luis Rodríguez Zapatero, pero fundamentalmente retornar, si es que alguna vez vivimos en ese mundo, a un mundo donde las reglas sean respetadas por todos los países que integran esos organismos multilaterales, que las reglas les sean aplicadas a todos. Porque si no, va a ser muy difícil restituir credibilidad y confianza de la sociedad en sus gobiernos y de algunos gobiernos que venimos criticando estas cosas desde hace mucho tiempo de que realmente estamos ante un momento de cambio y estamos decididos todos a profundizar y hacer esos cambios de los que tanto hablamos.
Muchas gracias. (APLAUSOS)