Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente de la querida ciudad de Avellaneda; antes de olvidarme, porque seguramente me voy a olvidar si no, quiero decirte a vos "Cacho" y a toda Avellaneda que me informaron en la Cámara de los Diputados que la próxima semana comienza el tratamiento de la media sanción de la creación de la Universidad de Avellaneda, una aspiración, una vieja y querida aspiración de Avellaneda de tener su universidad, la educación. (APLAUSOS).
Y déjenme contarles como Presidenta yo recién veía la construcción de la Escuela Especial 505; la construcción de las cloacas en Wilde; la inversión en programas de inclusión para aquellos chicos que no tuvieron la suerte, que tuvieron otros tal vez de nacer en una casa donde le pudieron dar todo: educación, cariño, vestimenta, seguridad. Y entonces sumándome a todos los otros planes que mencionaba el Intendente y que se están llevando a cabo, viviendas, que es a lo largo y a lo ancho del país, en el conurbano, en las provincias, en el NOA, en el NEA, en el centro y la primera cosa que se te ocurre como Presidenta, entonces, es la necesidad de entender que todas estas cosas se hacen con recursos, que el Estado administra, a partir de los impuestos y de los ingresos que recibe de aquellos ciudadanos, de aquellas empresas, de aquellas sociedades, que tributan precisamente para que el Estado sea el gran redistribuidor del ingreso y pueda nivelar a la sociedad, ahí donde la sociedad está despareja, donde falló, donde no hubo trabajo, donde no hubo educación, donde no hubo seguridad.
Por eso, déjenme contarles que, a veces, como Presidenta siento cierto grado de frustración, cuando veo tal vez algún sector que ha tenido la suerte, en estos años de crecimiento de la Argentina, de crecimiento que ha llegado a todos, a través del trabajo, a través de la rentabilidad, a través de poder exportar con un tipo de cambio competitivo, no aquella Argentina del uno al uno, que se llevó puesto todo: ilusiones, trabajo, empresas, siento cierto grado de frustración porque uno habla y habla y da cosas, que realmente por allí deberían darse a estos pibes, en realidad, a estos chicos de "El Envión", ellos si que necesitan que el Estado ponga plata y plata y plata. (APLAUSOS). Esos sí que necesitan plata y la necesitan las cloacas de los vecinos que no las pueden hacer y la necesitan los padres de la Escuela 505, que no tiene plata para llevar a sus hijos a algún establecimiento especial, de esos que existen, por supuesto, pero que requieren de mucho dinero, el que puede ingresar. Y entonces siento una gran frustración como Presidenta porque me toca ser Presidenta de todos los argentinos y gobernar para todos los argentinos, pero cuando por ahí veo algún sector al que parece que nada le alcanzara, al que todos los días le estamos acercando una medida, un subsidio, una compensación, pese ha que han tenido y tienen una extraordinaria rentabilidad y no nos molesta que ganen plata, al contrario queremos muchos empresarios que les vaya bien, pero cuando uno ve estas dos Argentinas, esta dualidad de los que no tienen nada y no podemos darle todo lo que se merecen y la otra Argentina, que tiene tanto y siguen demandando y los recursos - argentinos y argentinas- no son chicles, no se estiran.
Ya lo dije yo, no puedo multiplicar los panes y los peces, yo puedo aguantar, pero saben qué, los que necesitan, esos son los que no pueden seguir aguantando y ver que por allí los que no necesitan siguen demandando cosas que no les podemos dar. (APLAUSOS). Ciertamente, déjenme contarles, que siento una inmensa frustración porque es una Argentina que me duele, y más me duele cuando veo el mundo, millones de gentes que les ejecutan las hipotecas y van a vivir en carpas, hoy lo estaba mirando por la televisión, en Estados Unidos, fábricas que se cierran, bancos que se caen... Entonces, yo le pregunto a algunos argentinos: ¿por qué no hacemos el esfuerzo, aquellos que han tenido, en estos años de rentabilidad, para seguir sosteniendo el modelo, porque una Presidenta por más esfuerzo, por más diálogo, por más voluntad que ponga, si lo que realmente tienen un poco más que el resto no ayudan va a ser muy difícil realmente.
Entonces quiero, en esta tarde de lluvia, acá en Avellaneda, contarles estas cosas y la necesidad que tenemos todos los argentinos de poner el hombro a este momento que vive el país, en un mundo cada vez más difícil. Y porque hemos comprobado, además, que este modelo que hemos comenzado a construir, en el año 2003, ha podido pese a los embates, pese a los desafíos, pese a este mundo tan difícil seguir sosteniendo el empleo y la actividad con muchos esfuerzo, con mucho estímulo, con mucho recurso por parte del Estado, pero que una Presidenta sola no puede. Yo necesito que todos me ayuden para seguir construyendo la Argentina que necesitamos. (APLAUSOS).
Y los que más tienen nos tienen que ayudar, son los que más favorecidos han resultado. Es necesario deponer los enfrentamientos, es necesario pensar un poco en el otro, en estos chicos, en los docentes a los cuales también tenemos que pagarles buenos sueldos. Porque tampoco puede ser que muchas veces, desde algún medio de comunicación, se critique cuando algún desocupado corta una ruta o cuando un docente hace huelgas- yo no estoy de acuerdo, pero ganan 1.200 ò 1.300 pesos - y sin embargo se justifique que se corten rutas, que se tomen bancos por parte de aquellos que no tienen estos problemas. (APLAUSOS). Creo que los argentinos todos merecemos equilibrio en la mirada y en el juzgamiento de cada una de nuestras actitudes, no puede ser que la actitud del que no tiene plata se mida diferente a la actitud igual, idéntica y simétrica del que tiene plata. Eso no es información, eso es desinformación de la realidad, eso es despreciar a los pobres, eso es despreciar, además, la inteligencia de todos los argentinos y, fundamentalmente, quebrar la posibilidad de una sociedad más justa, porque la redistribución del ingreso, esta sociedad, este país que reclamamos más justo, más equitativo, menos desigual se hace precisamente redistribuyendo el ingreso. No hay otra forma de mejorar la calidad de vida y coincido con el Intendente en la necesidad de que trabajo y educación son dos claves esenciales en el tema de la inseguridad, dos claves esenciales y también lo es el buen funcionamiento de las instituciones. Tenemos todos que hacer un gran esfuerzo, a través de nuestras autoridades comunales, nuestras sociedades de fomento de organizarnos porque tenemos problemas y nos encontramos por allí con un policía ejemplar, como el del otro día, Garrido, que muere en el ejercicio de su vocación de defender y ser un servidor público, y al mismo tiempo tenemos algunos que descubrimos que forman parte de una organización delictiva para secuestrar gente, o como nos pasó ayer, en la Capital Federal, en la comisaría 44, descubrir una banda de policías. Claro que tenemos dificultades, tenemos buenos funcionarios policiales y también tenemos malos funcionarios policiales pero necesitamos a la sociedad organizada en sus sociedades de fomento, junto a sus Intendente comunales, sus Concejos Deliberantes para denunciar aquellos que son malos funcionarios, eso es también una forma de organizarse toda la comunidad frente a la inseguridad.
Y tenemos también buenos jueces y buenos fiscales que condenan a aquellos que cometen delitos contra sus conciudadanos y también tenemos algunos otros, en los cuales entran por una puerta y salen por la otra. Por qué saben qué pasa tenemos dificultades en todas las instituciones, ni todos son buenos, ni todos son malos, son las contradicciones que tiene una sociedad también y que se repite en sus instituciones y tenemos que tener la suficiente fortaleza e inteligencia para lograr transformar esta realidad, pero son las dos grandes patas: la inclusión social con trabajo y educación y el buen funcionamiento de las instituciones policiales, de la Justicia y del servicio penitenciario lo que nos va a permitir combatir un flagelo que es diferente también. Yo veo acá gente de mi edad y gente muy mayor también, añoramos tal vez, aquella Argentina de décadas y décadas atrás, donde alguien podía dejar su auto abierto o su bicicleta sin problemas. Pero lo cierto es, argentinos y argentinas, que la evolución del mundo, de la sociedad, la aparición del fenómeno de la droga, que no se da únicamente entre los pobres, no, los pobres tienen el paco y por eso se mueren; los que tienen arriba también tienen el problema de la droga, lo que pasa es que tal vez se convierten en adictos toda la vida. Pero lo cierto es que tenemos que abordar estos problemas sin hipocresías, diciendo la verdad. (APLAUSOS).
Es un problema que lo vemos reflejado y tal vez con mayor gravedad y mayor intensidad todavía en otras sociedades más desiguales, más injustas, miles de muertos en algún país del norte por efecto de la lucha de los cárteles; miles de muertos también en otras sociedades que durante algún tiempo, y sin hacer nombres, tuvieron, yo no sé si se acordarán pero yo me acuerdo de los famosos escuadrones de la muerte que se levantaban en un país vecino y que todos los tomaban como ejemplo, miren el resultado.
No hay posibilidades de erradicar el fenómeno de la inseguridad si no tenemos una sociedad más justa, más equitativa, con educación y trabajo, esto es clave y después viene lo otro, el funcionamiento institucional. Son las dos claves en las que los argentinos tenemos que insistir fuertemente pero articulando las cosas, porque no se puede hablar de inclusión social si no se habla de redistribución del ingreso; porque no vamos a tener más recursos para los chicos del "El Envión", para los colegios, para las cloacas, para los chicos especiales, para tener mayor seguridad, si además los que más tienen no pagan impuestos, todo está vinculado.
Yo pido a los que tienen la inmensa responsabilidad, la sagrada misión de informar a la población y también de formar opinión, que comiencen a vincular las cosas porque no son fenómenos que están separados, están profundamente vinculados. A mayor desigualdad, a mayor cantidad de pobreza, porque hay cada vez grupos más ricos y más concentrados, más inseguridad va a haber en la República Argentina y en cualquier otra sociedad. Por eso presentar los problemas desvinculados, por un lado plantear que aquellos que tienen más dinero no tienen que pagar impuestos, porque esta es una cuestión de la libertad del mercado; y por otro lado plantear que necesitamos más policías, mejores policías, mejores docentes, más educación, mas universidades y no unir las dos cosas, es hipócrita, y entonces se esconden otros intereses. No están defendiendo a la sociedad por la inseguridad, a mí no me van a convencer, la están utilizando solamente como bandera política o tal vez para obtener otras cosas a cambio de presiones sobre los gobiernos.
Los argentinos son muy inteligentes, muy perceptivos, y yo creo que entienden perfectamente de las cosas que estamos hablando, porque las sufren a diario, cotidianamente, y confío en esa inteligencia, y confío en que cada uno de ustedes al igual que yo tiene memoria, y confío además en que somos capaces de grandes empresas, de grandes utopías, como nos parecía una utopía allá en el 2003 llegar a los índices de crecimiento que llegamos, a que hubieran nuevamente casos amarillos en los actos. Yo escucho hablar muchas veces de reforma política y clientelismo, ¿saben cuándo hay clientelismo?, cuando no hay trabajo, cuando la gente depende del dirigente político para conseguir un plan de trabajo. (APLAUSOS). Este Gobierno, continuación del anterior Gobierno, redujo la desocupación del 25 por ciento al 7.3 por ciento, no hay mayor combate contra el clientelismo político, no hay mayor reforma política de que cada ciudadano tenga su trabajo y dependa solamente de su esfuerzo. El que depende solamente de su esfuerzo, el que depende solamente de su trabajo, emite su voto libre, sin ningún tipo de presión, porque es su esfuerzo el que le da de comer y mantiene a sus hijos. Esa es la sociedad en la que nosotros nos formamos, esa es en la sociedad y en al convicción por la cual abracé la causa que abracé, que cuando la abracé obviamente estaba proscripta y no podía ir a elecciones libres en este país.
Entonces, argentinos y argentinas, cualquiera sea el lugar político partidario que hayan podido elegir, por tradición familiar, por convicción política, por experiencia histórica, lo importante siempre y lo primero es la Patria, lo primero es la Argentina; es el único modo en que cada uno de nosotros, hombres o mujeres, cualquiera sea nuestro partido político, cualquiera sea nuestra profesión, cualquiera sea nuestro origen social, solamente vamos a poder sentirnos ciudadanos del mundo si logramos convertir a este nuestro país en un país en el que todos respetemos los derechos del otro, con nuestras diferencias, con nuestras dificultades, pero respetando el derecho del otro, no creyendo que porque tengo plata y formas de presionar puede lograr más que el otro, los que no tienen capacidad del lobby o que los refleje un medio de comunicación.
Yo quiero hablar en nombre de esos millones de argentinos que no aparecen los diarios, que no aparecen la televisión, pero que existen porque los veo todos los días, en cada uno de mis viajes al país profundo, porque les miro la cara acá y en la calle, y porque puedo decirles que con todos mis aciertos y todas mis equivocaciones, que por cierto las tengo porque soy una persona humana-(APLAUSOS)- no voy a torcer el camino, sé estamos en el camino indicado. Seguiré hablando y seguiré dialogando cuantas veces sea necesario, porque para eso soy la presidenta de todos los argentinos. Pero sepan que soy la presidenta de todos pero tengo que gobernar para aquellos que no han tenido ninguna posibilidad. Esto no quiere decir que no decir que no se gobierne para los otros, porque para los otros gobierno desde la macroeconomía, desde haberles dado un tipo de cambio competitivo, desde haber logrado desenganchar los precios internos de los externos, y entonces tornar a nuestros empresarios competitivos a la hora de exportar. Hemos hecho muchas cosas que no son solamente el producto del esfuerzo y de la inversión de los empresarios, sino también de un modelo macroeconómico que cree en el país, que cree en la producción, que cree en el trabajo, que cree en la economía real, y que hoy advierte, erguido frente al mundo, que no nos habíamos equivocado en el camino político y económico que habíamos elegido.
Por eso desde aquí, desde este fantástico teatro Roma de Avellaneda donde según el señor Intendente podríamos cantar una opera, pero no tengan miedo, a tanto no me atrevo, quiero darles un beso muy grande a todos los argentinos, a todos los hombres y mujeres de esta bendita Avellaneda, a los de Racing, a los de Independiente, a todos, aunque hoy no me dejen entrar a Olivos- después de haber saludado ad los de Independiente. Gracias Avellaneda, con todo el cariño, con todo el afecto, con todo el amor. Muchas gracias.