Cristina en inauguración de hospital de ojos en Hurlingham

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN LA INAUGURACIÓN DEL COMPLEJO SANITARIO SAN BERNARDINO EN LA LOCALIDAD DE HURLINGHAM, PROVINCIA DE BUENOS AIRES    

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Muchas gracias a todos y a todas por estar aquí; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor intendente de Hurlingham: mañana a las 8 de la mañana va a estar abierto este Hospital recibiendo a todos los vecinos que quieran y necesiten fundamentalmente, en realidad nadie quiere venir al hospital, se necesita venir a los hospitales; mañana este equipo de jóvenes médicos y médicas, especializados en ojos, en oftalmología, junto a una aparatología que debo reconocerles es de primerísima línea, de última generación, van a brindar un servicio que tal vez hasta ahora sólo era accesible para aquellos que podían contar con dinero suficiente para ir a lugares privados de medicina, es un alto grado de especialización y un alto grado de tecnología. Es lo que yo llamo la igualdad de oportunidades, es lo que yo llamo la verdadera justicia social, que los que no han tenido suerte y no han sido favorecidos por la vida puedan acceder a los mismos bienes y servicios porque hay un Estado que se hace cargo. (APLAUSOS) Un Estado que en estos años ha devuelto a través de un modelo económico y político trabajo, que ha devuelto ingreso, que ha devuelto esperanzas e ilusiones, pero que tiene que seguir construyendo todos los días. Porque han sido demasiadas décadas de olvido, de no preocuparse, de un Estado que había prácticamente desaparecido en aras de aquello de que el mercado todo lo resolvía y todo lo podía. Hoy vemos en todo el mundo como ese mercado se ha derrumbado, se ha desmoronado arrasando con el trabajo de millones y millones de trabajadores de otras latitudes, con fábricas que cierran, con bancos que quiebran, con gobiernos que no atinan a dar respuesta ni siquiera lo que va a pasar pasado mañana. Y aquí estamos nosotros, como siempre, haciéndonos cargo de que gobernar no es hablar, de que gobernar no es descalificar, insultar, ni agraviar, sino que gobernar es trabajar todos los días junto al pueblo para mejorar la calidad de vida de cada uno de nosotros. (APLAUSOS)

Yo quiero reivindicar esta forma de entender la política, esta forma de entender qué es ejercer un cargo que nos conceden con el voto nuestros conciudadanos cuando demandamos que nos apoyen para tal o cual iniciativa política; es este hospital de ojos, es el 20 por ciento de las cloacas, que también es salud, que no tenían hace unos años, son las obras de agua y saneamiento, de viviendas; hospitales que inauguramos a lo largo y a lo ancho del país; dentro de unos días viajaré a la hermana provincia del Jujuy, allá en el norte del país, para también inaugurar un modernísimo hospital pediátrico, con las capacidades casi de un verdadero hotel, porque cuando muchas veces se hacían hospitales había una distinción si los hospitales eran para las barriadas pobres eran de baja calidad. Es también parte de la justicia social dar la misma calidad a aquellos sectores menos favorecidos que aquellos que tienen muchos recursos. Para eso hace falta también tener la responsabilidad política de saber comunicarle al pueblo, a la sociedad, que sería muy fácil para los gobernantes decirle sí a todo lo que demandan todos los sectores. Pero lo que necesitamos nosotros, todos los argentinos sin excepción, es comprender este mundo actual grave, complejo, difícil, que va a exigir de todos nosotros, fundamentalmente de aquellos que tienen responsabilidad como gobierno o como oposición, dar una respuesta acorde con esta circunstancia; exige por parte de todos nosotros un ejercicio de unidad, un ejercicio de responsabilidad, y fundamentalmente un ejercicio de memoria de lo que le corresponde en este estado actual de situación que vivimos en el país, de lo que le corresponde en este Estado actual de situación que vivimos en el país.

Porque no es posible muchas veces escuchar discursos en donde parece ser que muchos hubieran bajado de un plato volador y hubieran aparecido hoy en la República Argentina. Creo que todos debemos hacernos cargo de las historias que hemos protagonizado, hace a la calidad institucional, hace a la responsabilidad. (APLAUSOS)

Siempre nos hemos hecho cargo de la responsabilidad que le cabe a los gobernantes, con dificultades, con aciertos y con errores, pero siempre con la convicción de que nuestro deber, nuestro más profundo e íntimo deber, por convicción política, por experiencia histórica, por identidad de ideas es, fundamentalmente, atender a las necesidades de los que menos tienen que son los que más sufren todos los flagelos de la salud, de la inseguridad, de la economía. (APLAUSOS)

Esto conlleva a seguir redoblando los esfuerzos. Sepan que esta mujer, la primera Presidenta de la República Argentina, va a honrar este cargo ejerciéndolo con responsabilidad, firmeza y convicción, esos principios que me llevaron a participar en política. (APLAUSOS)

Yo he pasado mucho más de la mitad de mi vida dedicándola a esta verdadera vocación de creer que es posible transformar la realidad, de creer que es posible tener un país con autonomía, con dignidad, de tener un país y construir lo que parecía imposible hace unos años, como cuando en aquel 2003 nos hundíamos en la crisis, o como le gustaba decir al ex presidente, en el infierno.

Yo quiero venir a redoblar el compromiso que siempre tuvimos de estar en las buenas y en las malas, de estar siempre al frente; no se es dirigente porque uno ocupe una banca o se siente en un sillón de presidente, gobernador o intendente, se es dirigente cuando se tiene la valentía y la claridad de orientar al conjunto de las sociedad hacia metas comunes, superando los conflictos, superando las adversidades y cuando estas son demasiado duras, estando al lado de la gente sufriéndolas con ellos, porque eso es, en definitiva, lo que nos convierte en dirigentes frente a la comunidad. (APLAUSOS)

Yo quiero felicitar a todos y cada uno de los hombres y mujeres que, con responsabilidad, ejercen día a día en el lugar que están. No hace falta ser presidente, gobernador o intendente para construir un país; un país también lo construyen los médicos en los hospitales, los docentes en las escuelas, los policías en las comisarías y en la calle cuidando la seguridad, los jueces y los fiscales juzgando. En definitiva, un país lo construimos entre todos sin estar desligando responsabilidades de un sector en el otro, sino haciéndose cargo cada uno del rol que ha elegido desempeñar frente a la sociedad y a las instituciones.

Es hora de que los argentinos y, fundamentalmente, aquellos que tienen responsabilidades en los poderes del Estado y en las instituciones, no solamente gubernamentales, sino también en las instituciones que hacen a las sociedades sectoriales o que hacen a los medios de comunicación, ejerzan esta responsabilidad sin la cual es impensable construir un país más justo, más equitativo, más serio y más participativo para todos los sectores.

Por eso, yo convoco desde aquí -no desde lugares comunes, sino desde un lugar donde hemos construido, porque es otra cosa a la que también debemos acostumbrarnos los argentinos, a hablar desde lo positivo, a hablar desde la construcción-, desde al lado de este nuevo Hospital de Ojos modelo de Hurlingham, a todos los argentinos a esta gesta por seguir construyendo un país más inclusivo, más justo, con más trabajo, con más salud, con más seguridad, con más inteligencia para todos y, fundamentalmente, haciéndolo, hermanos y hermanas, por el futuro pero en nombre de todos nuestros pasados sufrimientos. Hemos sufrido demasiado los argentinos y demasiadas tragedias nos han cruzado, es hora, entonces, de que con esperanza y con ilusión, frente a las dificultades del mundo, redoblemos el esfuerzo y el compromiso con la Argentina. Pudimos hacerlo cuando nadie en el mundo confiaba en nosotros, sino que, por el contrario, nos decían que estábamos equivocados.

Finalmente, hemos comprobado y advertido que lo que nosotros decíamos, es decir, la necesidad de un Estado fuerte, de un Estado que esté al frente de la sociedad, de un gobierno que ejerza la autoridad, que no significa autoritarismo sino referenciar claramente a la sociedad en qué dirección ir, hemos advertido -reitero- que ese modelo era el modelo correcto. Tal vez, algunos -muy pocos pero poderosos-, añoren otros tiempos y otros gobiernos que eran débiles y sin fuerza y a los que no les importaba tal vez la gente sin trabajo o cuando alguien reclamaba salían a reprimir; tal vez, añoren los tiempos de gobiernos fácilmente manejables que siempre terminaban indefectiblemente con medidas en contra del pueblo como muchos de ustedes las vivieron.

Yo quiero decirles a ustedes, que son los protagonistas de la historia, que nosotros no hacemos más que representar los intereses de ustedes y que está el compromiso de seguir haciéndolo, porque esta es la forma en que concebimos a la política y a la democracia: representando los intereses del pueblo. Lo vamos a seguir haciendo, Hurlingham, como siempre, junto a ustedes, con fuerza, con esperanza y con convicción.

Muchas gracias y fuerza para seguir trabajando, los necesitamos a los argentinos unidos, solidarios y fuertes.

¡Vamos Argentina, vamos la provincia de Buenos Aires, vamos Hurlingham!

Gracias, muchas gracias, los quiero mucho. (APLAUSOS)