Palabras de la Presidenta de la Nación, en Tres Arroyos

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ , EN EL ACTO DE TRES ARROYOS, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

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Gracias, muchas gracias; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente de Tres Arroyos, Intendentes de localidades vecinas; amigos y amigas que hoy están aquí: quiero decirles que aunque viva mil años más, en mi vida voy a olvidar el recibimiento de este pueblo de Tres Arroyos. (APLAUSOS) Déjenme contarles, sólo por un instante, las cosas que me pasan y que he sentido hoy, junto a ustedes, cuando salía de la Casa Rosada recién, quiero contarles, para ir hasta el aeroparque y tomar el avión,  había estado con el gobernador de Tucumán firmando un acuerdo y también con los gobernadores de Neuquén y de Río Negro, antes de irme de la Casa Rosada me alcanzaron, como siempre lo hacen todas las tardes los cables de noticias. Había un cable de un gran diario argentino, que decía: "A la Presidenta de los argentinos le esperan protestas y decenas de productores enojados, en Tres Arroyos". Déjenme decirles, hombres y mujeres, de aquí de uno de los puntos nodales de la  producción, del trabajo, del crecimiento de los argentinos que vi a miles y miles de hombres y mujeres volcados en las calles para saludarnos.

 

Seguramente, en el diario de mañana, nada de esto aparecerá; no va a aparecer Marcelo, ese hombre que me recibió, en una de las 475 viviendas; no va aparecer Marcelo uno de los adjudicatarios de las 475 viviendas que se hicieron, luego de 18 años de que nunca se hiciera una vivienda, aquí en Tres Arroyos; seguramente tampoco va a aparecer esta fábrica modelo, que me tocó visitar con orgullo, de productores de maíz, que han decidido, que además de ser productores, le van a agregar valor a sus productos, porque saben que esta es la clave del mundo que viene, pero Nicolás Ambrosius y sus ocho socios productores existen. Y allí está la fábrica y están sus trabajadores y el Parque Industrial. (APLAUSOS). No va a aparecer Marcelo, no va aparecer Nicolás; tampoco va a aparecer Sonia, que me regaló este rosario que me colgué del cuello y que me dijo que era el rosario con el que sus hijos habían tomado la comunión, pero Sonia y sus hijos existen, aunque no aparezcan en los diarios. (APLAUSOS). No va a aparecer Selva, aunque creo que Selva era la del rosario, Sonia fue la otra que me dijo. "tengo 37 años y por vos estoy empezando a estudiar Derecho", que orgullo que una mujer argentina me tome como modelo para querer progresar y estudiar. Ella existe, pero seguro que no va a aparecer en los diarios. (APLAUSOS).

 

Ese camino, que antes era de tierra, de acceso al Parque Cabañas y que va a permitir que miles de arroyeños y arroyeñas vayan a disfrutar el fin de semana, no va a aparecer en los diarios, pero está ahí y ustedes lo saben. No va a aparecer en los diarios el empresario que acaba de firmar el contrato para la obra que vamos a iniciar aquí en el pueblo y que pertenece a una empresa local, son empresarios locales con trabajadores de la UOCRA también locales. Pero ellos existen.

 

Tampoco va a aparecer Josefina, la hija de detenidos desaparecidos aquí en Tres Arroyos que tiene la misma edad que mi hijo Máximo, 32 años, pero ellos existen. Josefina y los otros también existen como testimonio de lo que nos tocó vivir a los argentinos. Nada de estas cosas de la vida y de la esperanza después de la tragedia, de las industrias levantándose pujantes en un nuevo Parque Industrial para el que me piden que les traiga servicios y desde ya comprometo esos servicios para las nuevas industrias. (APLAUSOS) Nada de eso va a aparecer.

 

Pero déjenme contarles argentinos y argentinas, arroyeños y arroyeñas, que esa es la realidad que hemos construido y que seguimos construyendo todos los días, porque creemos en nosotros mismos, porque creemos en el trabajo, porque creemos en la unidad de los argentinos, porque creemos en la solidaridad, porque creemos en la redistribución del ingreso y en la justicia, porque creemos que podemos ser mejor de lo que fuimos, porque confiamos en nosotros mismos, porque nos reconocemos no agrediéndonos, no insultándonos, sino al contrario, tendiéndonos la mano aún cuando tengamos diferencias. La suerte de vivir en una democracia, hace que cada uno pueda expresar lo que quiera y lo que sienta, pero con respeto, sin descalificación, sin agravio y sin violencia.

 

Déjenme decirles que hoy he vivido uno de los días más felices de mi vida como Presidenta de los argentinos y me lo han dado ustedes. (APLAUSOS) 

 

Quiero decirles a todos y cada uno de los hombres y mujeres, niños, jóvenes, ancianos que hoy se volcaron a las calles con afecto y con cariño, a todos, también a esa vecina -una sola por suerte- que salió con la bandera negra, porque ella también es parte de esta Argentina, que seamos grandes nosotros si los otros no saben hacerlo y que sepamos que en la unidad, en la cooperación, en la solidaridad, en el trabajo por los argentinos y por las argentinas, está la clave del presente y del futuro como lo estuvo también en estos años en que hemos podido construir un país diferente cuando todos estábamos con los brazos bajos, cuando nos habían convencido de que no podíamos tener un proyecto nacional que convocara al trabajo y no a la especulación, que convocara a la producción y al valor agregado para crecer cada más, vender cada día más y ser mejores.

 

Ustedes, hoy, aunque mañana solo aparezcan los que estaban en el Aeropuerto protestando porque llegué, son la mayoría y existen. Sepan que existimos porque somos el pueblo, porque somos los que trabajamos, los que creemos en la Argentina, porque somos los que venimos sosteniendo la necesidad de una patria integrada donde todos tengan derecho al trabajo, a la vivienda, a la salud. Por esa Argentina vamos a seguir trabajando con más fuerza que nunca. (APLAUSOS)

 

Cuando cada uno de ustedes me pide que no afloje, yo quiero contestarles que, en nombre de los millones de argentinos que todavía no tienen trabajo, que en nombre de los millones de argentinos que todavía no tienen una casa, por cada uno de esos argentinos, por cada una de esas argentinas, no voy a descansar un solo instante y voy a seguir trabajando por la patria. (APLAUSOS)

 

Ha sido demasiado largo el camino que hemos recorrido los argentinos. En un mundo que se derrumba, en un mundo donde se derrumban los grandes paradigmas que intentaron instalarnos en la cabeza como pensamiento único, aquí estamos, de pie como siempre cuando desde muy jóvenes abrazamos la gran causa nacional y popular que no es de un partido político, al contrario, es de todos los argentinos y de todas las argentinas que creen que es posible tener un país soberano, digno, que se sienten orgullosos de ser argentinos y de tener patria. (APLAUSOS)

 

Vamos a trabajar junto a cada uno de los productores como los que visité esta tarde y que creen en la necesidad de agregar valor a su producto, que siguen siendo productores pero que además se integran en la cadena de valor; vamos a seguir trabajando por los miles de comerciantes que necesitan vender sus productos y necesitan trabajadores que los consuman; vamos a seguir trabajando por los millones de argentinos que consiguieron trabajo y que necesitan conservarlo para incrementar el mercado interno que necesitamos hoy ante este mundo que se derrumba más fuerte y robusto que nunca para seguir sosteniendo la actividad económica y la generación del empleo; vamos a seguir trabajando porque, además, es lo único que sabemos hacer, trabajar todo el tiempo, trabajar, trabajar y trabajar. Es lo que mejor sabemos hacer, poner el hombro y poner también la otra mejilla y la mano tendida aún a aquellos que nos insultan y nos descalifican. Esa es nuestra fortaleza.

 

Cuando uno tiene la convicción de que sus ideas son genuinas, cuando uno tiene la convicción de que los ideales que levanta son los justos, cuando uno tiene la certeza de estar trabajando para los demás y no para uno mismo, uno tiene la fortaleza para enfrentar el agravio y la descalificación. Solamente los que piensan en uno mismo, solamente los que no están tan seguros de poder decir en voz alta cuáles son sus ideas y cuáles son sus proyectos, son los que agravian y los que insultan. Cuando uno tiene ideas, da ideas, no insultos ni agravios. (APLAUSOS)

 

Quiero decirles que tengo mucha fe, quiero decirles que tengo mucho optimismo porque creo en Dios, creo en la patria y creo en los argentinos y porque además, estoy convencida de que, como siempre ha sido, más temprano que tarde la verdad siempre la terminan conociendo todos los argentinos.

 

Muchas gracias, Tres Arroyos; muchas gracias desde el corazón, gracias por el afecto, por el cariño, por las ilusiones, por las esperanzas y por los sueños de ustedes que son mis propios sueños y los de todos los argentinos.

 

Gracias, nunca los voy a olvidar, nunca. (APLAUSOS)