GRIFFIN.- Venimos de un encuentro con la señora Presidenta en representación de FECOVITA, la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas, que agrupa a 30 cooperativas que manejan alrededor del 22 por ciento del mercado de consumo interno y tiene relación directa de trabajo con 800 trabajadores. Las diversas empresas cooperativas que están asociadas a la Federación, tienen 5.000 productores y, en total, alrededor de unas 32.000 familias, fundamentalmente de la zona de Mendoza y de Cuyo en particular y ahora se ha extendido al área de San Juan donde esta Federación está desarrollando fundamentalmente la puesta en valor de la marca Resero, una marca histórica por lo menos para los que somos más mayores. A mí me interesa resaltar que lo que estamos poniendo en marcha en este momento desde el INAES y del Instituto Nacional de Cooperativas y Mutuales, es un modelo de trabajo con las cooperativas destinado expresamente a enfrentar la crisis desde la perspectiva de crecer, de desarrollarnos, de hacer un esfuerzo para garantizar mejorar la calidad, la eficiencia y mantener tanto el empleo como la producción. En este momento lo que se ha hecho con este modelo es dotar de recursos con un fondo de asistencia a la crisis que va a estar dirigido expresamente a adaptar a las bodegas cooperativas -tenemos que recordar que FECOVITA es la privatización buena de los años '90, es la privatización de GIOL que en vez de terminar en manos de una multinacional o de especuladores, terminó en manos de los pequeños productores de los propios proveedores históricos de GIOL- y fortalecer a las entidades de base de las cooperativas para adaptarlas y prepararlas para intentar absorber la mayor parte de los 16.000 muy pequeños productores de uva que todavía funcionan en forma independiente y que de alguna manera son la presa en este momento de las consecuencias de la competencia y de la crisis. En la medida en que disminuyen las capacidades de compra de las grandes bodegas, este sector es el más vulnerable. Esto es lo que ha desarrollado FECOVITA con el presidente de CONINAGRO todo este tiempo, es decir, un modelo de integración también con el empresariado vitivinícola bodeguero y han consolidado, a partir de la creación por parte del gobierno del doctor Kirchner de la Corporación Vitivinícola Argentina, un proyecto y un modelo que va a garantizar el equilibrio y la posibilidad de que estos pequeños productores sean asistidos. Eso es un poco el eje básico por el cual se ha creado este fondo que seguirá enriqueciéndose y quiero darle la palabra a los directamente interesados.
HIDALGO.- Como bien decía el doctor Griffin nuestra Federación núclea a 30 cooperativas y en esas 30 cooperativas elaboran sus vinos 5.000 productores. Ha sido grata la sorpresa que me he llevado porque no solo el doctor Griffin había interpretado nuestro pedido en el sentido del fortalecimiento de cooperativas y realmente la integración de por qué no de nuevos productores que todavía no están dentro del cooperativismo, sino también por el trabajo que ha hecho con nosotros y por la interpretación que le ha dado la señora Presidenta. Rápidamente nos ha entendido cuál es el problema y, para ser una persona que no es de la zona vitivinícola, en realidad ha interpretado perfectamente el problema vitivinícola y, sobre todo, el del pequeño y mediano productor que es a quien está apuntado este esfuerzo desde el INAES y desde la gente del Gobierno. Así que, nosotros vamos a seguir trabajando por los productores, sabemos perfectamente de la crisis pero hemos decidido afrontarla con fuerza porque creemos que es una cuestión de actitud, como se lo manifestamos recién a la señora Presidenta, en el sentido de que la crisis puede enfrentarse de dos formas: o replegándose y dando espacios peligrosos o afrontándola con una actitud, si bien respetando la crisis, pero con coraje. Nosotros no tenemos más remedio que enfrentarla con coraje porque tenemos 5.000 productores atrás y todas las familias que ellos representan y tenemos 800 empleados en la empresa que también son parte importante de nuestra empresa y de nuestra organización. Así que, hemos decidido enfrentarla y para eso, gracias a Dios, hemos sido bien interpretados y estamos generando el trabajo, como decía el doctor Griffin, de fortalecimiento de los pequeños productores y de las cooperativas.
SANCHO.- Soy vicepresidente de la Corporación Vitivinícola Argentina que agrupa a todas las entidades vitivinícolas del país más los gobiernos provinciales vitivinícolos más el Gobierno nacional representado por el presidente del INTA y por el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura. La COVIAR es la responsable del Plan Estratégico Vitivinícola Nacional del 2020, dentro del cual está la integración de los pequeños productores, la transferencia de tecnología del pequeño productor. Estamos avanzando en un proyecto para transferir tecnología al pequeño productor e integrarlo al negocio vitivinícola con un convenio del BID de 50 millones de dólares. La Presidenta, por supuesto, está al tanto de esto, aunque nos falta la firma de un decreto que va a salir a corto plazo y entonces la hemos invitado a la Presidenta a asistir a la Fiesta de la Vendimia donde se hace un acto también de la Corporación Vitivinícola Argentina para anunciar esta ayuda al pequeño productor que va a ser una transformación muy fuerte ya que va a cambiar un poco la estructura vitivinícola al integrarlo a la cadena y poderle transferir tecnología a través de la Corporación Vitivinícola.
PERIODISTA.- ¿Ustedes van a recibir 50 millones de dólares?
SANCHO.- Hemos juntado dos temas que los hemos hablado con la Presidenta. Uno, es el caso de FECOVITA, que ahí es un fondo solamente anticrisis para las cooperativas de alrededor de 3.500.000 pesos, ese fondo es rotativo, o sea, que no es un subsidio que se le presta a las cooperativas para que salgan cuando tienen problemas financieros complicados y se pueda permitir la reestructuración de la misma y eso va a la Federación de Cooperativas para que nosotros, junto con el INAES -ese fondo lo da el INAES- lo podamos aplicar a las cooperativas asociadas a nosotros que estén en situación crítica, siempre y cuando la cooperativa lo pida. Lo otro es la Corporación Vitivinícola Argentina, que es para toda la vitivinicultura, ahí entran todas las bodegas y todos los productores, no solamente los cooperativizados, sino todos, y para eso son los 50 millones de dólares que vendrían para todos los pequeños productores vitícolas del país, no solamente de Mendoza, sino también de Salta hasta Neuquen y Río Negro pasando por todas las provincias vitivinícolas. De ese programa, que ya fue aprobado por el BID, nos falta el último paso que es lo que hemos hablado con la Presidenta y que consiste en darle al productor todo un programa para transferirle tecnología, hacerlo más competitivo y que se integre a la cadena a través de asociarse a una cooperativa o celebrar un contrato con una bodega, sea su sociedad de cualquier tipo, por lo menos a 10 años. O sea, que la bodega se compromete a comprarle la uva durante 10 años y este pequeño productor se compromete a venderle siendo, estructuralmente, uno de los problemas más grandes que tenemos en la vitivinicultura de que ese productor no esté integrado. Nosotros integramos pero, como dijimos recién, representamos el 25 por ciento nada más; tenemos el 75 por ciento dentro de la vitivinicultura de productores no integrados y por eso el programa.
PERIODISTA.- Con estos 3.500.000 de pesos, ¿ustedes piensan comprar uva también?
SANCHO.- No, esto es solamente ayuda por crisis de la cooperativa. Cuando la cooperativa tiene un problema financiero y no puede ir a un banco porque a lo mejor no tiene todavía los papeles ordenados, nosotros le prestamos la plata pero con un reordenamiento de la misma. La cooperativa tiene que aceptar que en conjunto con el INAES vamos a estudiar su problemática, por qué llegó a esa situación y cómo se la puede mejorar. Entonces, se le da esa plata por el tiempo que necesite hasta que salga de esa crisis. En general esta plata no va a inversión sino a ayuda financiera y se le arreglan los papeles para que después se presente al Banco Nación y pida las líneas de crédito normales de ese banco. Cuando la cooperativa no está en condiciones de pedir esos créditos de inversión, se le da esta ayuda.