PRESIDENTA.- Como recién decía cuando estaba allá adentro me consideran parte de la casa y yo también me considero así, no es la primera vez que vengo, sí es la primera vez que lo hago como Presidenta de la República, en realidad, pero no es la primera vez que vengo: he venido aquí como legisladora, he venido aquí también como esposa del Presidenta de la República, como lo decía adentro, siempre voy a estar aquí, porque los cargos son meramente circunstanciales y temporales. Siempre voy a estar aquí porque me une, junto a la historia del pueblo judío, ese amor por la verdad, por la justicia y también por la paz, que son los tres elementos fundamentales y vitales para los tiempos que corren, en un mundo cada vez más conflictivo y más difícil de vivir.

PERIODISTA.- ¿Presidenta, qué impresión se lleva de este encuentro?

PRESIDENTA.- La mejor, la mejor como siempre; con algunos, con los que ya conozco de otros encuentros, con los que me unen afectos y mutuo respeto, un gran respeto, porque me parece que puede haber afectos, simpatías, pero hay otras cosas que son importantes, el respeto también, el respeto de los unos hacia los otros por todo lo que hicimos, por todo lo que trabajamos y por todo lo que compartimos en momentos muy difíciles. Ustedes saben que yo tengo una profunda admiración por la historia del pueblo judío, por su perseverancia, por su amor, por su terquedad. Yo también  soy, a veces, media terca en los objetivos, pero no es malo tener terquedad en los objetivos cuando esos objetivos están destinados, fundamentalmente, a cubrir las necesidades de una comunidad y de un pueblo. Solamente aquellos que tienen cierto grado de obsesión, en los objetivos que persiguen, tal vez, puedan alcanzarlos; obsesión que debe ir unida, por supuesto, al respeto a todo y a todos. Pero la verdad que fue un excelente encuentro, como los que siempre he tenido, pero este tuvo también un sabor particular, la verdad que me hicieron sentir muy bien.

PERIODISTA.- Hoy es 18 y es un número....

PRESIDENTA.- Así es, así es, ahí me estaba explicando el rabino cuando me obsequiaron la menorah, que me llamó la atención porque tenía algunas cositas más de las que yo ya tengo y me estuvo explicando el rabino y me dio el significado del 18, de esa fecha y demás, fue muy emotivo. Siempre conmueve tener contacto con la fe, siempre es conmovedor tener contacto con la fe, que es un fenómeno de espíritu la fe, no es una cosa, únicamente un ejercicio meramente intelectual, al que estamos acostumbrados todos. El ejercicio de la fe es otra cosa, es algo que se transmite, se tiene o no y no hay explicaciones demasiado racionales para ello. Por eso es la fe.

PERIODISTA.- Por último, Presidenta, también reafirmaron el compromiso para esclarecer el atentado a la AMIA.

PRESIDENTA.- Absolutamente, la reafirmación de lo que pasó el 18, en cuanto a la verdad y la justicia. Bueno, ustedes me conocen a mí, desde cuando era legisladora y formaba parte de la bicameral, creo que no tengo que explicar demasiado lo que yo creo, siento y he hecho al respecto. Hice todo lo que en mi alcance estuvo para lograr el esclarecimiento y creo que es un compromiso que todavía tenemos que seguir luchando todos los argentinos, ahora es caso de la Justicia, yo ya no soy legisladora. Ser legisladora me daba una independencia mayor para opinar, para participar, porque además formaba parte de una comisión, que seguía la investigación. Ahora soy Presidente de la República y hay otros funcionarios, como el Ministerio de Justicia, y proveer todos los elementos que la Justicia necesita precisamente para cumplir con su cometido y su objetivo, esa es la responsabilidad que tengo. Además, obviamente, de la responsabilidad de llevar a cabo y adelante los actos de la Justicia, como fue el reclamo, a la República Islámica del Irán, en cuanto a que puedan ser sometidos a la Justicia argentina, aquellas personas cuyas capturas han sido pedidas por el fiscal. Así que en ese sentido el compromiso, que es un compromiso de vida. Pero no es  solamente porque sea la comunidad, es un compromiso de vida frente a todo, porque es el mismo compromiso  que tenemos con que haya verdad y justicia para quienes cometieron crímenes, durante la dictadura. En definitiva, es una lucha por la verdad, por la justicia, por las víctimas y porque no puede haber por parte de nadie el derecho a quitarle a otro la vida, ni en nombre de las creencias religiosas, ni en nombre de la defensa de la seguridad del Estado, una razón de Estado, no hay ninguna razón para quitarle la vida al otro, nadie puede esgrimir ninguna razón, de ninguna índole, ni por el Estado, porque además no apruebo tampoco la pena de muerte. Así que en definitiva, es una convicción también que tiene que ver íntimamente con la fe de cada uno. Gracias.