Me parece que hay una fecha que es emblemática en el mundo, en la región, para Estados Unidos y para la Argentina, el año 2001. Por esa suerte de precisión quirúrgica que muchas veces se toma la historia, en el año número uno del siglo XXI sucedieron muchas cosas en el mundo, aquí la caída de las Torres Gemelas, que marca sin lugar a dudas, a mi criterio, el inicio de una nueva etapa en el mundo, no solamente en materia de relaciones exteriores sino en general en todos los ámbitos. Nosotros habíamos sufrido dos atentados terroristas, en el año 1992 la Embajada de Israel en Buenos Aires, dos años más tarde la Amia. Pero es sin lugar a dudas por el carácter profundamente simbólico y casi cinematográficamente simbólico de la caída de las Torres Gemelas, que significa un hito que va a disputar tal vez con la caía del Muro de Berlín, los historiadores dirán dentro de 50 años cuál fuel el hito que marcó más profundamente el inicio de una nueva etapa en el mundo. Personalmente creo que fue la caía de las Torres Gemelas lo que marca un hito, y en esto tenemos una fuerte identificación en materia de política exterior con los Estados Unidos de Norteamérica, que es el combate contra el terrorismo internacional.
Pero al mismo tiempo que en el año 2001 se caían las Torres Gemelas aquí, en el corazón de Nueva York, en la región latinoamericana se caía la República Argentina, mi país, alumna dilecta de las políticas conocidas como el consenso de Washington en materia económico-social, producto de la escuela monetarista, se derrumbaba la República Argentina con el default soberano más importante del que se tenga memoria. Significó también para la región el comienzo de una nueva etapa, no solamente para la Argentina, creo que para toda la región. Mirándolo hoy desde la perspectiva de este septiembre del 2008, casi ya finalizando la primera década del siglo XXI, podemos observar y dar cuenta de qué cosas sucedieron desde ese 2001, desde aquí, desde Estados Unidos como primera potencia mundial indiscutible, y qué sucedió con nuestra región.
En materia internacional, desde la decisión de multilateralidad, de la invasión a Afganistán producto de aquello que sucedió con las torres, y que finalmente culmina hoy en un multilateralismo quebrado a partir de las decisiones unilaterales que todos ustedes conocen, y que recibió fuertes críticas, no solamente en el seno de Naciones Unidas sino de naturales aliados de los Estados Unidos de Norteamérica. La ruptura de la multilateralidad es a nuestro juicio una decisión que ha tornado el mundo más inseguro, y es necesario para legitimar profundamente la lucha contra el terrorismo que estas decisiones sean de carácter universal y multilateral, reconociendo a Naciones Unidas como instrumento capaz de sintetizar nuestras diferencias, capaz de representarnos y por lo tanto tener una autoridad no solamente basada en el ejercicio de la fuerza sino esencialmente en el derecho internacional
¿Por qué es tan importante reafirmar la idea de derecho internacional y de civilización democrática? Porque es precisamente el corazón de la batalla en la lucha contra el terrorismo. Si uno utiliza similares instrumentos a los que utiliza el terrorismo en cuanto a no validamiento dentro del ordenamiento jurídico internacional, corremos el riesgo de que la fuerza no alcance para una lucha que además es profundamente cultural y política, y que debemos darla desde el mundo democrático, donde creemos y estamos absolutamente convencidos que es el respeto a las normas jurídicas internacionales, el acatamiento al derecho internacional, lo que nos constituye en legitimantes frente al otro.
¿Qué pasó mientras tanto en la región? Comienzan a surgir, como digo yo, gobiernos donde sus gobernantes se parecen cada vez más a sus pueblos, la cara del presidente Evo Morales es la cara de la mayoría absoluta del pueblo boliviano, la cara del presidente Lula, el primer dirigente sindical que llega a presidente de la primera economía de Latinoamérica, también representa a ese Brasil, y así podríamos seguir recorriendo cada uno de los gobernantes de nuestras región para advertir la profunda transformación que se produce en la región a partir de los fracasos de lo que constituyeron los ensayos neoliberales en la región, o políticas monetaristas.
República Argentina, ¿cómo estamos por casa? Por casa, a partir de aquella debacle formidable que se da en el 2001, comienza en el año 2003 una lenta recuperación que tiene por objeto recomponer una fuerte deuda social que nos había llevado a tener una desocupación en el año 2003 del 25 por ciento. El ex presidente Kirchner, que hoy me acompaña, asumió con el 22 por ciento de los votos, en mi país había más desocupados que los votos que él obtuvo para llegar a presidente, parece una paradoja, pero revela claramente la situación en la cual estaba nuestro país. El endeudamiento de la República Argentina llegaba al 160 de su PBI, los niveles de pobreza y de indigencia superaban, la pobreza el 54, 56 por ciento, y la indigencia era superior al 30 por ciento. Las reservas en el Banco Central no llegaban a los 10 mil millones de dólares. Al cabo de 5 años y medio de gestión en nuestro país, de seguir creciendo a las mimas tasas que crecíamos en el año 2003 en adelante, estaríamos cumpliendo en este sexto año el crecimiento económico más importante de los 200 años de historia que estamos a punto de cumplir en el año 2010, en el año 2010 la Argentina cumple su Bicentenario. Ya en el año 2007 los argentinos cumplimos el crecimiento económico más importante de los últimos cien años en la República Argentina, de tener un crecimiento a tasas similares este año, nada indica que no vayamos a tenerlo, estaríamos cumplimentando nuestro ciclo económico más virtuoso en toda nuestra historia como país.
¿Qué pasó en la región? En la región, de la que Argentina se había retirado porque por efecto de la convertibilidad, de la ficción de creer que la unidad monetaria de la Argentina tenía el mismo valor que la unidad monetaria de Estados Unidos, creyó que con esta sola ficción de carácter legislativo podría ingresar decididamente en el primer mundo. Argentina en esa debacle del 2001 también retorna a la región y vuelve a apostar esencialmente a la integración y al MERCOSUR, y a sentirse parte de esa región. ¿Cómo está esta región? Creo que más allá de las dificultades podemos hablar hoy de un comportamiento de la región en materia de manejo de crisis y de relaciones internacionales, de carácter excepcional, vuelve a reconstruirse en América Latina el multilateralismo. Esto no significa que en los países que conformamos la región de América del Sur, los gobiernos sean exactamente iguales y piensen exactamente igual, pero hoy podemos exhibir una calidad de que con nuestras diferencias, de experiencias históricas, políticas e ideológicas, podemos administrarnos en forma multilateral, abordar conflictos graves que en otro momento hubieran sido de carácter insoluble, y darles una respuesta adecuada en términos de resolución y de derecho internacional. Ejemplos: tuvimos dos episodios sumamente graves, uno el episodio entre Colombia y Ecuador, cuando el ejército colombiano ingresa en territorio ecuatoriano persiguiendo a un jefe de las FARC y lo mata, fue público y notorio, no requiere mayores detalles. Lo cierto es que la región se puso al rojo vivo, se retiraron embajadores y sonaron casi tambores de guerra otra vez en la región, como tantas otras veces y que terminaban indefectiblemente en un conflicto, en una región que siempre fue muy caliente. Nos reunimos los países de la región en el Grupo de Río, en República Dominicana, y en un verdadero ejercicio de política multilateral y de articulación de conflictos, pudimos reencauzar ese episodio que parecía salido de madre y culminar en una solución en materia de derecho internacional con intervención de la OEA.
Y últimamente la situación de Bolivia, en la cual también un ejercicio de multilateralidad de la UNASUR, la totalidad de los presidentes de la América del Sur, con excepción del presidente Alan García que envió a su canciller porque no podía asistir, en un lugar emblemático para la política de la región como es el Palacio de la Moneda en Santiago de Chile, pudimos también los distintos presidentes, con distintas orientaciones y con distintas visiones, pero con una unidad de concepto para lograr la paz en la región y la no secesión de la República de Bolivia, reencauzar el conflicto.
Primera gran conclusión entonces en la evolución de la región de aquel año 2001 a la fecha. Hemos podido construir crecimiento como países emergentes, hemos podido mejorar calidad de vida de nuestros representados, y hemos podido construir diplomacia, hemos podido construir miltilateralidad, que encaucen los conflictos.
Finalmente mi país, la República Argentina, parte de esa región, activo integrante y con problemas de relacionamiento con el mundo que nos circunda, vinculados a aquel default del año 2001. Yo les decía al principio la fuerte mancomunión con la política de Estados Unidos por ejemplo en materia de lucha contra el terrorismo, en materia de lucha contra el narcotráfico, en la cual no hay ningún tipo de diferencias. Pero lo cierto es que Argentina a partir del default del año 2001 tiene problemas de vinculación en sus relaciones con el mundo producto de lo que pasó. ¿Cómo abordamos el problema de aquel default los argentinos? Lo abordamos en un primer momento proponiendo durante el 2004 una reestructuración de la deuda que terminó siendo aceptada por una mayoría más que importante de tenedores de deuda argentina, y que culminó exitosamente en aquella reestructuración del año 2005. Luego vino la cancelación, juntamente con la Republica Federativa del Brasil, de la deuda que manteníamos estructuralmente desde el año 1957 con el Fondo Monetario Internacional, un salto cualitativo en un país que venía permanentemente ejerciendo lo que se conoce como bicicleta financiera, retardando sus compromisos en un marco, antes del 2003, de constante endeudamiento y de administración permanente con déficit gemelos, tanto en su balance comercial como en el aspecto fiscal. La administración que comienza en el año 2003 hace del desendeudamiento y de la política de superávit gemelos, políticas de Estado. Por eso comienza una tarea muy pormenorizada, muy detallada en cuanto a lo que es desendeudamiento, porque sabíamos que este era un problema muy importante, no solamente porque quien debe tiene que pagar sus deudas, como un principio general, independientemente del lugar que ocupe, sino esencialmente porque es también una manera de vincularse a partir de la credibilidad y de la confianza hacia el resto del mundo.
La tercera etapa se dio hace unos días en la ciudad de Buenos Aires, cuando me tocó anunciar como presidenta de la República el abordaje con la intención de pago de la duda con el Club de París. Una deuda, señoras y señores, cuya fecha de corte data del 10 de diciembre de 1983; el 45 por ciento de la deuda del Club de París es anterior a esa fecha de corte. La primera reestructuración se hace en el año 1991/92 y es defaulteada junto con el resto de la deuda en el año 2001.
Y hoy aquí van a tener ustedes la primicia en esta visita al Consejo de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos de Norteamérica, debo decirles con mucho entusiasmo y optimismo que acabamos de recibir en la ciudad de Buenos Aires la propuesta de tres importantísimos bancos internacionales que contemplan dos cuestiones básicas, la primera es la situación de los bonistas que no ingresaron en el canje del año 2005 y donde estos bancos nos han hecho una más que inteligente propuesta precisamente para el tratamiento de esta cuestión en condiciones, para la República Argentina, mucho más favorables que las condiciones del canje del 2005. Lo cual revela una primera cuestión, el éxito de aquel diseño, que tal vez no fue comprendido en su momento porque la Argentina tenía fama de incumplidora y mentirosa, pero que hoy a la luz de los acontecimientos y a la luz de esta presentación que han hecho estos tres importantes bancos nos da mucho optimismo en cuanto al tratamiento de esta cuestión, que reconoce, como todos ustedes saben, tres pasos fundamentales.
El primero es la oferta, la presentación, la propuesta que hacen estos tres bancos en nombre de aquellos tenedores de bonos que no aceptaron las condiciones del canje del 2005, y la propuesta que ahora hacen es mucho más favorable para la Argentina que aquella del 2005. La segunda parte de la propuesta de estos tres bancos es en relación a la refinanciación de los PGS, que son los que se negoció en el año 2001 durante aquella gestión, préstamos garantizados que negoció la administración política y económica del 2001 y que aseguran cómodamente el financiamiento de la Argentina para los ejercicios fiscales 2009 y 2010.
¿A qué apuntan estas dos cuestiones esenciales? La primera a la normalización definitiva de la República Argentina con el mundo. Esto tiene tres pasos, como les decía al principio, el primero es la presentación, la propuesta concreta que han hecho estos tres importantes bancos; segundo el análisis que deberá hacer obviamente quien les habla en su carácter de titular del Poder Ejecutivo, asistida por sus ministros, y la tercera parte, de considerarla viable y aceptable el gobierno, remitirla al Parlamento argentino, porque como ustedes saben la Ley de Deuda Pública que se sancionó en el año 2005 exige la participación del Parlamento para este tipo de tratamiento. Esto referido a los tenedores de bonos que no ingresaron al canje del año 2005.
Por eso optimismo y entusiasmo, porque hemos podido reconstruir un país que estuvo institucional, económica y socialmente casi a punto de desaparecer. Las escenas de aquel 2001 en Buenos Aires, con gente golpeando en los bancos, con banqueros que no podían caminar por la calle, empresarios y políticos que tampoco podían andar por la calle; con aquella Argentina que cuando salía del país se le reclamaba por el Club de París o por los tenedores que no habían entrado en el canje, en fin, todos tenían algo que reclamarle a la República Argentina, algo que gritarle, algo por lo cual estar enojado, creo que de culminar exitosamente esta propuesta va a ser una etapa definitivamente superada.
Creo que esto contribuye no solamente al bienestar de mi país, la República Argentina, sino también a corroborar entre todos y a revisar dogmas y paradigmas que se creían verdades reveladas en el mundo contemporáneo y que a la luz de los acontecimientos, no sólo de las políticas aplicadas en la República Argentina sino también de lo que está sucediendo aquí en el corazón de la economía mundial, como lo constituye Nueva York, nos obliga a todos primero a ejercicios de humildad intelectual, como me gusta calificarlos, y fundamentalmente a comprender la necesidad de reelaborar conceptos. Yo recién hablaba durante el almuerzo acerca de mi visión de lo que está sucediendo en los mercados, fundamentalmente aquí, en lo que podríamos denominar el corazón del capitalismo mundial, Wall Street. Yo decía que el capitalismo ha sido imaginado para ganar dinero a través de la producción de bienes, de servicios y de conocimientos, pero que el dinero, sólo el dinero, no produce dinero, el dinero se gana produciendo bienes, servicios o conocimientos que sean demandados por la sociedad. Creo que la distorsión -esta es una opinión que por supuesto me involucra en términos de dirigente política- del sistema financiero ha sido precisamente pensar que sin intervención de producción, servicios y conocimientos, solamente mediante la adopción de sofisticados instrumentos, podía hacer reproducir el dinero. Esa no es la lógica del capitalismo, la lógica del capitalismo es ganar dinero produciendo bienes, servicios y conocimientos que sean demandados por la sociedad, con innovación tecnológica, con lo que fuere.
Lógica que además hizo grande a este país, los Estados Unidos de Norteamérica, lo decía recién en el almuerzo. Este país no se construyó con economía casino, la grandeza de este país, su preeminencia en el mundo, no fue construida a partir de lo que nosotros en Buenos Aires denominamos "timba financiera", un neologismo si se me permite absolutamente regional, argentino, este país, inclusive por convicciones religiosas, siempre apostó a la necesidad de la producción, a generar trabajo genuino. Creo que sin intentar desarrollar una teoría al respecto, simplemente he dado una mirada y una opinión o una reflexión, acerca de cuáles son algunas de las cuestiones que hoy nos ocupan.
Y también la falta de regulación. Un sistema financiero paralelo a través de fondos de inversión sin ningún tipo de control, porque fíjense ustedes qué curioso, los bancos centrales de todo el mundo con un riguroso control acerca de su funcionamiento, normas de Basilea, etcétera, lo que todos conocemos, sin embargo paralelamente se desarrollan fondos de inversión que entran y salen no solamente de actividades financieras sino también de actividades como commodities o energía, generando distorsiones en los precios fundamentales de la economía, y lo que puede llegar a ser en materia de energía y alimentos una tragedia más que importante. Por eso creo que es muy importante que todos coincidamos en dos ejes fundamentales en las discusiones y en la forma de relacionarnos, que son el ejercicio de la multilareralidad, como una de las bases de construcción de un mundo más seguro, y por el otro lado una reformulación o un repensar diseños o instrumentos de la economía que nos permitan retornar a una economía más real, donde el trabajo y la producción vuelvan a ser los ejes centrales de acumulación de riqueza. No debemos ni asustarnos ni dramatizar, pero sí seguramente repensar, al menos reflexionar sobre estas cuestiones.
Argentina -para terminar y permitir un intercambio en la charla- ha recorrido un largo camino de aquel 2001 hasta aquí, se ha reconocido como parte de una región que ha reconstruido la multilateralidad, que puede abordar con instrumentos propios la salida de conflictos que parecían insolubles, y al mismo tiempo, a partir de una política de administración de sus recursos y de fijación de políticas, apuesta a la recuperación de la credibilidad y de la confianza como país, a partir de un desendeudamiento logrado con acumulación de recursos genuinos y conductas transparentes. Gracias y buenas tardes.
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CONFERENCIA
PREGUNTA.- (en inglés)
PRESIDENTA.- Seguramente, en lo que hace a mi región, esto no significa -quiero aclarar- inmiscuirme en la vida política de los Estados Unidos, sobre todo a pocos días, el 4 de noviembre, que Estados Unidos elige presidente. Debo confesarles que nunca seguí con tanta pasión, tanto las internas del partido demócrata como las internas del Republicano y finalmente las dos convenciones, que tuvieron lugar. Y no es por mi carácter hoy de Presidenta de la República Argentina, sino porque como ciudadana del mundo advierto la importancia que tendrá el próximo Presidente de los Estados Unidos, en un mundo como las que tenemos.
¿Qué esperamos a nivel universal del próximo Gobierno de los Estados Unidos? Esperamos reconstrucción de la multilateralidad. No solamente por una cuestión que tenga que ver con nuestras convicciones, que por cierto tiene que ver, por el hecho que creemos que puede darse mayor legitimidad a la lucha que contra el terrorismo y el narcotráfico debemos desarrollar todas las sociedades democráticas, sino porque también entiendo que la decisión de política unilateral que se instaló durante la administración actual, no solamente ha vulnerado el mundo sino que ha vulnerado los propios intereses de los Estados Unidos.
Creo que la imagen, de acuerdo con los datos estadísticos, de Estados Unidos en el mundo, ha descendido. Esto es un dato objetivo de la realidad, lo charlábamos hoy durante el almuerzo. Y la política es resultado, puede haber habido las mejores intenciones, pero yo siempre digo que la política es resultados.
PREGUNTA.- (en inglés)
PRESIDENTA.- En términos de agresión, de guerra no, seguramente que no. Nosotros creemos que el respeto al derecho internacional en materia de aceptar las reglas que se han suscripto, que se han firmado, no nos permitiría hacer esto. De hecho hemos contribuido fuertemente para que ningún país de la región tomara ese tipo de actitudes. Fíjese usted por ejemplo, si yo pensara de esa manera podría haber justificado que, entonces, Ecuador respondiera con agresión a Colombia por el hecho de que Colombia había invadido su territorio, sin embargo, mi actitud, la actitud de la República Argentina, fue la de en todo momento desandar este camino, evitar que hubiera adopción de medidas unilaterales de Ecuador hacia Colombia, porque había un interés superior en la región, que era precisamente el preservar la paz.
La acción preventiva, o la guerra preventiva no la compartimos como medida y mucho menos fuera del marco del derecho internacional. Por eso yo creo que el tema de la unilateralidad ha sido malo para Estados Unidos.
Y si no fíjense la diferencia de un Estados Unidos que invade a Afganistán con el consenso de todas las naciones y con el apoyo de todas las naciones, a un Estados Unidos, cuando se produce la situación de Iraq, donde es también abandonado por algunos de sus aliados. No hablo de intenciones, hablo exactamente de resultados. En la política uno puede tener las mejores intenciones, pero si los resultados no son buenos y queda aislado es que la política no ha sido la acertada. En esto trato de ser lo más objetiva posible.
¿Qué esperamos de Estados Unidos hacia la región, no ya hacia el mundo? Esperamos una mirada diferente, por lo pronto una presencia diferente. Estados Unidos se ha desentendido en cierta manera de la región, y creemos que debe haber una mirada diferente y una posición diferente hacia América del Sur. Alguna vez lo planteamos en una reunión de las Américas, si mal no recuerdo en Monterrey, en aquel momento donde la situación de los países emergentes no era la que tenemos hoy en materia de economía o de crecimiento, donde hablábamos, inclusive, de ayuda de los Estados Unidos. Me tocó hablar con algún representante, que hoy es Senador, del partido demócrata. Él fue uno de los que impulsó, también, una ayuda, un fondo. ¿Se puede decir el nombre o esto significa que uno...? Sí, bueno Bob Menéndez, me acuerdo que estuve con él siendo representante, él es hoy Senador y me acuerdo que impulsaba la conformación de un fondo latinoamericano para asistir precisamente a la región con una presencia diferente.
Una mirada, además, donde los gobiernos de la región, hoy, responden a las identidades de sus pueblos. Yo siempre digo que nunca como ahora en América del Sur se parecieron tanto los gobernantes con los gobernados, y una mirada diferente. Me parece que actitud, presencia y mirada diferente, esto es lo que esperaríamos nosotros del nuevo presidente de los Estados Unidos.
PREGUNTA.- (en inglés)
PRESIDENTA.- El tema de la reformulación de los organismos multilaterales, sean de crédito o en este caso de Naciones Unidas, ha sido un tema recurrente de la República Argentina en todos los mensajes, que hemos tenido con motivo de la Asamblea Anual de Naciones Unidas, del año 2003, a la fecha.
Yo creo que es necesario reformular el núcleo, el corazón del Consejo de Seguridad; primero, porque ese Consejo de Seguridad fue creado a la luz de la Carta de San Francisco, en un mundo de post-guerra, donde había lo que se denominó la bipolaridad. Esta tensión de la bipolaridad, entre Estados Unidos y Rusia, que signó toda la segunda mitad del siglo XX, hasta la caída del Muro de Berlín, fue lo que constituyó en apropiado el Consejo de Seguridad porque había una tensión permanente ante la amenaza nuclear que vivía el mundo, donde si alguien hacía algo por afuera podía sobrevenir una suerte de Holocausto nuclear universal.
Esta tensión, que se desarrollaba siempre en el seno del Consejo de Seguridad, con el derecho a veto, permitió el funcionamiento - más o menos aceptable -durante la segunda mitad del Siglo XX.
¿Cuál es el problema? Cuando cae el Muro de Berlín y termina la bipolaridad y entonces surge claramente por sobre el resto de las naciones Estados Unidos, con una preeminencia en materia económica, científica, armamentística, tecnológica, muy por encima del resto, que lo coloca en primera potencia absoluta en el mundo, crea un desequilibrio que ya no puede ser procesado dentro del Consejo de Seguridad. Y por eso surge, también, la política unilateral. Usted puede ejercer la fuerza en forma unilateral, cuando no hay ninguna otra fuerza que pueda oponerle la suficiente resistencia; eso es un principio de física, pero que también se debe aplicar a la política.
En realidad, la unilateralidad de Estados Unidos es consecuencia de su propio reposicionamiento como primera y única potencia del mundo. Pero también allí anida el problema de lo que puede constituir un debilitamiento de quien es demasiado fuerte, aunque parezca un contrasentido. Por eso, a mi criterio, es necesario la reformulación de Naciones Unidas y esencialmente del Consejo de Seguridad.
Si tengo la fórmula para cuál sería ese Consejo de Seguridad que garantizara el equilibrio, por ahí era yo la Presidenta de los Estados Unidos y no los que se están presentando, porque sería encontrar la formula de equilibrio del siglo XXI como fue el Consejo de Seguridad la fórmula de equilibrio de un mundo muy conflictivo, luego de la Segunda Guerra Mundial. Pero que hay que abordar la reforma del Consejo, que hay que darles participación a los nuevos actores regionales, que han surgido, sin lugar a dudas. Pero tengamos en cuenta que fue, precisamente la ruptura de la bipolaridad y el surgimiento de una fuerza indiscutible, la que torna no demasiado usable o utilizable ese Consejo de Seguridad. Tener en claro que este es el problema, no significa tener la solución, pero significa, sin lugar a dudas, un paso muy importante para poder encontrarlo una discusión y un debate abierto, que se deben dar todos los países.
PREGUNTA.- (en inglés)
PRESIDENTA.- Bueno, ustedes saben que la política de respeto irrestricto a los derechos humanos constituye uno de los pilares básicos y es para nosotros una política de Estado. La Argentina, como todos ustedes saben, atravesó una de las dictaduras más terribles de la que se tenga memoria, con un saldo de 30.000 desaparecidos y 500 menores, que aún no han sido recuperados. Solamente llevamos recuperados 94 hijos de desaparecidos, por esa tarea maravillosa que han hecho las Abuelas de Plaza de Mayo y que mañana van a recibir un homenaje en Naciones Unidas, encabezado por el propio Secretario General, Ban Ki-Moon.
Nosotros firmamos, junto a otros 73 países, el Tratado Contra la Desaparición Forzosa de Personas, en las cuales somos uno de sus impulsores, conformamos el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, pero solamente cuatro países han ratificado, hoy hasta la fecha, ese tratado: Albania, Argentina, Honduras y México; creo que también, en estos días, lo va a ratificar la República de Francia, pero lo cierto es que el compromiso de Argentina con el respeto a los derechos humanos es irrestricto e inclaudicable.
Y creo que hemos avanzado bastante, durante el año pasado mantuve una entrevista con Louise Harbour, en Ginebra, donde precisamente me decía que a partir de una iniciativa argentina, como fue el derecho a la verdad, que fue aprobado en el seno de Naciones Unidas, en muchísimos países, que no han podido avanzar como nosotros en la derogación de leyes, como Obediencia Debida y Punto Final, que eran la amnistía (salto)
En materia de derechos humanos en la adopción y creación de instrumentos, como el derecho a la verdad, como el Tratado a la Desaparición Forzada de Personas, que por lo menos herramientas para luchar en un mundo donde los derechos humanos son violados todos los días.
El compromiso de nosotros, y creo que en esto también constituimos un ejemplo, uno debe también dar cuenta de los propios actos. Y hasta la administración del ex presidente Kirchner, en la Argentina, había impunidad, había cuestión predemocrática, como digo yo. Porque cualquier persona que cometa un delito puede eludir por distintas causas a la Justicia, al Derecho y a la sanción. Pero en la República Argentina, quienes habían cometido un genocidio eludían a la Justicia, no porque se escapaban, sino porque uno de los poderes del Estado, en este caso el Legislativo, había sancionado leyes de impunidad. Lo cual, como yo digo siempre, nos retrotraían a una sociedad predemocrática. Cuando el Estado es el que instituye, sanciona y legisla la impunidad estamos en una sociedad de carácter predemocrático.
Por eso creo que los avances en materia de derechos humanos que se han hecho en la Argentina reconocidos en todo el mundo y los instrumentos que le señaló y todo lo que podamos hacer, ahora tal vez le de un adelanto, estamos trabajando sobre la construcción mundial de un Banco Genético de Datos para Víctimas de la Desaparición Forzada que creemos que es muy importante y que vamos a apoyar como una iniciativa también de carácter universal. También pensamos que debería ser adoptado por todos los países del mundo. Todos los días creo debemos acompañar con una acción, con una política concreta esta lucha inclaudicable por la vigencia de los derechos humanos.
Gracias por haberme hecho esa pregunta porque me permite abordar un tema que para mi país, por su experiencia histórica, y para mí en lo personal y también en mis convicciones políticas, es un tema que constituye política de Estadios. Muchas gracias.
PREGUNTA.- (en inglés).
PRESIDENTA.- En 1961, cuando usted visitó la Argentina yo era muy chiquita, no me acuerdo de su visita, pero las universidades argentinas han mejorado sustancialmente como ha mejorado toda la educación a partir de que hoy obtiene mejor financiamiento. Uno de los logros, también, del Gobierno, que encabezó el presidente Kirchner y que me tocó votar a mí como Senadora de la Nación fue la Ley de Financiamiento Educativo, donde por primera vez vamos a destinar 6 puntos del Producto Bruto Interno a la educación, de un Producto Bruto Interno, que por supuesto es sustancialmente más grande que el que teníamos al momento en que se sancionó la ley, y que nos permite hoy abordar la cuestión de la educación en la Argentina de una manera absolutamente diferente.
Las universidades hoy reciben mayor presupuesto, las universidad y sus profesores hoy reciben mejores salarios y también estamos desarrollando un sistema becario, que tiene que ver con la selección de carreras que son imprescindibles en la Argentina para el desarrollo del modelo productivo que se está llevando a cabo.
La Argentina era un país con fuerte inclinación, últimamente también solamente a las Ciencias Sociales y fue dejando de lado las carreras de Ciencias Duras, que son imprescindibles para el desarrollo tecnológico. Por eso estamos desarrollando un programa de becas muy fuerte para que nuestros estudiantes secundarios puedan, precisamente, adoptar carreras que la Argentina necesita para su modelo productivo y ser sostenidos. El programa está dirigido a familias de bajos ingresos. Estamos haciendo una política, en ese sentido, muy pero muy importante porque además una de las actividades económicas que más ha crecido, la que más ha crecido en realidad en la Argentina, en estos últimos cinco años, es el surgimiento de las empresas tecnológicas en software e información y telecomunicaciones. Son las que más tasa de natalidad han tenido y las que más desarrollo exponencial han tenido. ¿Por qué? Porque nuestro país se caracteriza, en toda la América latina por una alta calificación de sus recursos humanos. Somos el único país latinoamericano que tiene tres Premios Nobel, en materia de ciencias. Busquen en cualquier otro país latinoamericano y encontrarán Premios Nobel de Literatura, pero no van a encontrar Premios Nobel, que tengan que ver con la Medicina, con la Biología, en realidad con lo que denominamos el mundo estrictamente científico.
Las características de una instrucción pública, universal y gratuita desde fines del siglo XIX y la movilidad social ascendente - típica de una frondosa y numerosa clase media - nos coloca, en América latina, en un lugar más que interesante en lo que hace a la calificación de recursos humanos.
COORDINADOR. - Muchas gracias, señora Presidenta de la República Argentina, doctora Cristina Fernández de Kirchner, muchas gracias. (APLAUSOS).