Muchas gracias, a todos y a todas; señor gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor gobernador de la provincia de Santiago del Estero; señor gobernador de la provincia de San Juan; señor presidente de la Unión Industrial Argentina; señores y señoras empresarios, dirigentes sindicales; dirigentes políticos: realmente para nosotros estar aquí, en la casa de la industria, es un gran honor.
En momentos tal vez como nunca se habían vivido en el mundo, como los que estamos viviendo y que conmueven hoy. Yo creo que es algo más que una crisis financiera - si me permite Juan Carlos disentir con la caracterización de la crisis -, creo que es una profunda crisis de paradigmas culturales en materia económica.
El otro día, cuando hablé del Primer Mundo y que se derrumbaba como una burbuja algunos editorialistas se pusieron medio nerviosos y salieron a hacer críticas al respecto. En realidad yo creo que uno de los principales problemas que hoy atraviesa la situación mundial, es que se ha roto la lógica del capitalismo. Así que aquellos que creen que esto puede terminar con el capitalismo, quédense tranquilos porque en realidad creo que esto va a exigir, a nivel mundial, un verdadero replanteo de cuál debe ser una lógica capitalista en definitiva, que me parece que es una primera caracterización que tenemos que abordar quienes con responsabilidades institucionales o responsabilidades económicas estamos al frente de gobiernos y corporaciones. (APLAUSOS).
¿Por qué digo esto? Porque en realidad el capitalismo ha sido imaginado para ganar dinero a partir de la producción de bienes y servicios, pero no hay capitalismo que produzca dinero. El dinero no produce dinero si no pasa por la línea de producción de bienes y servicios. Y me parece que esta es la lógica que ha quebrado el sistema y lo curioso es que precisamente lo ha quebrado ahí en el corazón. La génesis de la crisis en realidad está situada en Estados Unidos de Norteamérica, que realmente era el paradigma, durante todo el siglo pasado, del combate o de la lucha de lo que podían ser las dos grandes ideas que dominaron a fines del siglo XIX y todo el siglo XX. Y que todos saben cómo terminó, además, con la caída del Muro de Berlín, no hace falta que cuente toda la película, lo vimos todos.
El problema es que se comenzó a abandonar la lógica de la producción de bienes y servicios, de la generación de trabajo para creer que el dinero solamente puede producir dinero a partir de instrumentos que fueron creados en todo el sector financiero, y que se fueron replicando luego en las distintas economías. Todo sabemos, es una obviedad que yo lo diga aquí, que siempre el dinero financiero o el dinero bancario no corresponde con el dinero físico, pero tiene que haber una relación lógica entre el uno y el otro para no terminar en esta distorsión, donde se pensaba que se podía producir dinero y ganancia sin pasar por el circuito de los bienes y de los servicios. Yo creo que esta es la primera gran lección que tenemos que aprender todos y tiene que ver con nuestra propia historia y nuestra propia concepción. Y cuando digo nuestra hablo de este proyecto que sostenemos desde el año 2003, y que ha centrado precisamente en la producción, en la acumulación de matriz diversificada, en un modelo de acumulación real, no de acumulación financiera, la clave del crecimiento y el desarrollo que tenemos los argentinos.
Y además también advertir que muchas veces aquellos libretos que se nos transmitían como verdades reveladas y como una cuestión doctrinaria, de la cual uno no podía apartarse porque era una construcción absolutamente dogmática, los países centrales a la hora de poner en marcha esos dispositivos que decían a los otros: desaparición del Estado, no intervención del Estado en nada, en definitiva han aplicado remedios que nunca aconsejaban aplicar a los países emergentes.
Primera gran conclusión: la necesidad de desarrollar proyectos propios, ideas propias, pensamientos propios, que no significa aislarse del mundo, al contrario, "pinta tu aldea y serás universal", dijo alguna vez alguien. Y yo creo en esta construcción desde lo nacional para integrarnos a la cadena de valor del mundo, pero no como un segmento de la economía, sino con un proyecto propio.
Y esto es lo que hemos venido haciendo desde el año 2003. ¿Cuál es el desafío hoy en la República Argentina, en la región? Yo creo que profundizar los ejes sobres los cuales pivoteó esta acumulación que nos permite, al cabo de un poco más de 5 años, estar con una desocupación del 7,8, la última medición, frente a la medición que era de 25 ó 24 puntos allá por el 2003; que nos ha permitido, por ejemplo, tener el superávit comercial más importante de los últimos 20 ó 30 años, de 2.444.9 millones para ser exactos en la balanza comercial, profundizar la necesidad de construir más superávit fiscal a partir de un rediseño también de las políticas, por ejemplo en materia de subsidios, que vamos acomodando.
Yo me acuerdo que cuando comenzó la gestión del presidente Kirchner, el de las tarifas era todo un tema que se desarrollaba en la República Argentina y decían que se iban a ir empresas porque no se modificaban las tarifas; finalmente no se fue nadie y hoy hemos adoptado creo un sistema de tarifas segmentado que nos permite abordar la necesaria rentabilidad que tienen que tener las empresas de servicio, pero al mismo tiempo no afectar rentabilidades empresarias y fundamentalmente cuidar también la ecuación de los sectores más vulnerables, de bajos ingresos y que nos ha permitido, por ejemplo, culminar en el día de hoy, luego de una ardua discusión, como son todas las discusiones de intereses, algo que seguramente mañana va a anunciar el señor ministro de Planificación Federal, y que es haber obtenido, por ejemplo, por primera vez el tema de la garrafa social, que llega a 3.500.000 usuarios a un precio accesible a lo largo y a lo ancho del país. Los detalles los va a anunciar seguramente mañana el señor ministro.
Paralelamente a esto de profundizar en lo que constituye un diseño de políticas que nos permitan mantener los superávit gemelos, que fueron uno de los factores de crecimiento de nuestras reservas, que nos ha permitido también abordar un proceso de desendeudamiento muy importante. Hoy se ha conocido, también, el comunicado del Club de París viendo con beneplácito la decisión del Gobierno argentino de abordar el tratamiento de la deuda para cancelarla y que seguramente va a permitir reposicionar a muchos de los inversores que están en nuestro país con un mejor acceso al crédito.
También el hecho de que nuestros ciudadanos no tengan las altísimas tasas de endeudamiento que se registran en otras economías nos permite un grado de tranquilidad frente a un mundo que se presenta muy convulsionado, sobre todo en aquellas sociedades que algunas de ellas tienen un endeudamiento de un 120 por ciento aproximadamente por sus ciudadanos.
Entonces creo que todo esto y el tema de desarrollar políticas activas, como la que tuvimos en materia de autopartismo y como la que hoy quiero también comentarles que vamos a enviar próximamente al Congreso de la Nación, una ley de incentivos para las generación de autopartismo en materia de motocicletas. Ustedes saben que en el año 2004 se vendían aproximadamente en el país unas 64.000 motocicletas. El año pasado vendimos 678 mil, pero con un problema, el 70 por ciento eran importadas y solamente el 30 por ciento eran de construcción nacional. Vamos a lanzar un programa similar al que hemos hecho con autopartismo para que, en cinco años, podamos arribar a un por lo menos 60 por ciento de construcción nacional con premios e incentivos a las empresas que inviertan en el país. (APLAUSOS).
Ustedes saben que este vehículo es uno de a los que más acceso tienen, fundamentalmente, los sectores que han recuperado el trabajo, que han recuperado poder adquisitivo y por eso es muy importante, además, desarrollar una industria que genera mucha pyme y también mucho valor agregado, como es todo el autopartismo.
Los desafíos, les hablaba el señor presidente de la UIA también de mantener un tipo de cambio competitivo, la gran discusión que se ha venido dando en los últimos días y también el tema de la inflación. Vamos a tener que sentarnos a discutir en serio, en serio, empresarios y trabajadores sobre estas cosas, porque también tenemos que hacer planteos que sean consistentes económicamente. Si nosotros tenemos un tipo de cambio demasiado alto es inconsistente con una verdadera lucha contra la inflación.
Así que yo creo que lo primero que vamos a tener que hacer, en este mundo diferente al que hoy estamos asistiendo todos, es sentarnos a discutir seriamente trabajadores, empresarios de los distintos sectores: del sector de commodities, del sector de la agroindustria, del sector de la industria para ver cómo hacemos para que siga siendo consistente el modelo cuando comienzan las pujas sectoriales, ya sea por la distribución del ingreso, ya sea por un tipo de cambio, y entonces sí comenzar a abordar los problemas con seriedad y responsabilidad. Como hemos venido haciendo hasta ahora, pero estamos en un escenario mundial absolutamente diferente.
Hablamos también de proteger, como lo hemos hecho recientemente con la norma antidumping, en materia de acortar plazos en los procedimientos antidumping fundamentalmente de aquellos sectores que con un fuerte dumping social vienen a competir con nuestras industrias. Pero también tenemos que saber -y esto lo tenemos que discutir- la necesidad de no utilizar el no ingreso de determinadas mercaderías de carácter importado para mantener el precio de las nacionales de modo tal que no contribuyan a un proceso inflacionario, a depreciar el salario de los trabajadores, y en definitiva a que la protección a la industria no derive en proteccionismo y en malos precios para los consumidores argentinos, que es otro de los problemas que hemos tenido también, precio y calidad.
Por eso creo que son todos temas que tenemos que ir abordándolos, fundamentalmente creo que en la actitud de cada uno de nosotros. Yo siempre digo y lo he dicho cuando he tenido reuniones con ustedes y con otros sectores, que muchas veces en la Argentina los actores económicos se comportan como actores políticos, estoy hablando en general, no estoy hablando personalmente. Pero es bueno que tengamos esa convicción de que cuando nos sentamos a discutir intereses, que los hay, lo he dicho en reiteradas oportunidades, yo trato de representar, y ese es mi rol, los intereses de la totalidad de los argentinos, ustedes representan a los industriales, y está bien que vengan con los reclamos sectoriales porque son un sector en definitiva, son una corporación como son los trabajadores cuando vienen sindicalmente organizados, como puede ser, por allí está Luciano Miguens, ahí lo veo, del sector del campo, no hay que tenerle miedo al reclamo sectorial, lo que deben entender los representantes de los distintos sectores es la necesidad poder articular los intereses de modo tal que pueda haber equilibrio y, fundamentalmente, cohesión social. Esto es básico, la cohesión social que significa una redistribución del ingreso más justa.
Uno de los mecanismos que estamos trabajando mucho y hemos logrado importantes acuerdos se da también en materia de integración regional, otro instrumento que tenemos que seguir explorando, que tenemos que seguir profundizando, estamos logrando la localización de importantes inversiones de nuestro principal socio del MERCOSUR, que está dispuesto, la gente de la industria naval me mira muy sonriente porque realmente estamos trabajando muy fuerte en todo este sector.
Yo creo que lo importante es que todos tengamos a la hora de sentarnos a discutir esta convicción y, fundamentalmente, esta actitud, la necesidad de poder articular los distintos intereses, que muchas veces son contradictorios, pero que es necesario comprender, sobre todo en aquellos sectores que por su fuerza en lo que es la puja distributiva, al ser propietarios del capital, tienen un peso mayor relativo, y también los sectores sindicales organizados, que ya tienen trabajo y que han conseguido un alto nivel salarial, y dicho sea de paso para reconocerle al sector privado del capital que tenemos el mejor salario de toda América Latina, México incluido, esta es la realidad, el mejor salario, y no solamente el mejor salario mínimo, el mejor salario medio, con una diferencia entre salario mínimo y salario medio del 53 por ciento, que es una ecuación básica de los países desarrollados, para advertir la progresividad que ha tenido en materia salarial el sector argentino, que tiene trabajo registrado y que ha logrado desarrollar buenos convenios de trabajo. Pero también hay sectores que no están registrados o que aún no han conseguido trabajo donde también allí el Estado debe tener políticas activas de cohesión social para poder realmente incorporarlos al mundo del trabajo y de la producción.
Estamos trabajando también fuertemente en el tema de ART, de riesgos de trabajo, que es un tema central respecto de la competitividad, lo he intimado al señor ministros de Trabajo para que podamos arribar a un proyecto. (Aplausos) Teníamos algunos inconvenientes con el trabajo itinerante y con la diferencia de la doble acción, pero creo que vamos a poder arribar a un final feliz en el cual podamos tener un proyecto de ley consensuado con los distintos sectores. Y esperemos además que la justicia de nuestro país no fomente más la industria del juicio y pueda entender que también parte de la competitividad es no alentar la industria del juicio. (Aplausos)
Un país no se construye únicamente con un Poder Ejecutivo o un Poder Legislativo, sino también con un Poder Judicial. Esto no atenta para nada contra la independencia de los jueces, pero la independencia tal como fue concebida no es independencia de lo que le pasa al país en términos macroeconómicos, la independencia es para no depender de ningún poder político ni sectorial ni económico, pero integra junto a los otros dos poderes la construcción institucional para hacer viable macroeconómicamente un país. Esto también sucede en todos los países desarrollados del mundo, así que apostamos también al hecho de que todos los sectores involucrados, institucionales y no gubernamentales, comprendan la importancia de arribar a estos acuerdos fundamentales para mejorar la competitividad de la Argentina.
Y quiero decirles algo, yo estoy absolutamente convencida de que estamos ante una oportunidad histórica, aún en este cuadro de situación mundial que tenemos, y creo que el hecho de haber podido desarrollar este modelo de acumulación real en las condiciones que lo hemos hecho, y que cuando desde los grandes centros nos decían que estábamos equivocados, que todo duraba muy poco y que todo se iba a derrumbar, y vemos que realmente aquellos pronosticadores, evaluadores, gurúes o como ustedes quieran llamarlos, son los que hoy protagonizan la debacle económica más importante desde la crisis del año 29/30, nos obliga a todos primero a tener un poco más de autoestima en cuanto a creernos capaces de pensar y ejecutar un modelo económico y político propio, que no reniega para nada de la integración a nivel regional ni mundial; que es una obviedad además, por más que quisiéramos aislarnos no podríamos hacerlo, sería no solamente de necios sino una tarea de cumplimiento imposible en un mundo cada vez más interconectado. Pero lo que es esencial es advertir que algo de razón, por no decir bastante -sonaría poco humilde- teníamos cuando sosteníamos la necesidad de tener un modelo de producción, de trabajo, que muchas veces fue duramente criticado pero que hoy está aquí, con los inconvenientes y los desafíos que tiene toda sociedad y todo modelo económico pero con la firmeza de que estamos en el camino correcto.
Creo que la participación creciente de manufacturas industriales contribuyendo, como usted bien señalaba recién señor Presidente, a ese saldo exportable; la necesidad de agregar más valor a nuestros commodities, también central para poder competir en un mundo en el cual naturalmente tenemos ventajas comparativas por el sólo hecho de nuestras condiciones geográficas, climáticas y también por el alto grado de tecnología que ha adquirido en la República Argentina la agroindustria en materia de siembra, de maquinaria agrícola y todo lo que ya sabemos. En un mundo que a pesar de que pueda tener una crisis va a seguir demandando cosas que producimos los argentinos.
Creo que en este sentido tenemos que apostar fuertemente a arribar a estos acuerdos básicos, con esta actitud que yo decía al inicio, la de saber, como se lo dije en alguna oportunidad a otros empresarios, que a la hora de tomar las decisiones económicas tenemos que comportarnos como actores económicos, independientemente de que nos guste o no el color político partidario de la señora que es presidenta o de quien venga en lugar de ella, si total después en las elecciones cada uno vota al que mejor le parece. Pero cuando nos sentamos a discutir y a articular pensemos esencialmente como actores económicos en nuestros intereses y qué es lo que nos conviene, y los que nos conviene a todos los argentinos es que el país crezca armónica y equilibradamente. Toda vez que hubo desequilibrios, toda vez que la balanza se inclinó demasiado para un lado, toda vez que sectores amplios de la población se sintieron excluidos de un modelo por distintas causas, finalmente fracasamos.
Yo estaba ayer con Daniel en La Plata, veíamos la Ciudad de los Niños, y hablábamos de cuando Walt Disney la visitó y la tomó de modelo para hacer Disneyworld, y me preguntaba ¿qué fue lo que nos pasó en el medio? ¿Qué fue lo que nos pasó a los argentinos que de haber tenido en el año `50 el PBI más importante de toda Latinoamérica terminamos como terminamos finalmente en el 2001. Y pienso además, imagínense si este crack internacional de hoy nos hubiera tomado con el sistema de convertibilidad, imagínenlo, ustedes son hombres y mujeres de negocios, imaginen por un solo instante que esta situación mundial se hubiera producido durante la década de los 90, no estaría ninguno de ustedes acá, estarían tirándose por la ventana de algún edificio o de alguna oficina.
Creo entonces que esto nos permite a todos, como me gusta a mí, hacer aprendizaje. Yo ya he admitido que voy a seguir aprendiendo hasta que me muera, vieron que cuando éramos chicos había una etapa para aprender, otra para trabajar, otra para jubilarse, en el mundo contemporáneo hay que aprender y seguir trabajando todos los días hasta el último de los días. Creo que precisamente esto que estamos viviendo hoy, lo que vivimos durante los últimos cinco años nos permite comparar, que es algo muy importante, los cambios se producen con gran vertiginosidad, lo que es una característica del mundo contemporáneo, antes uno tenía que esperar 300 o 400 años para que sobreviniera un modelo económico. Ahora uno puede ver, en muy poco tiempo, y comparar, en muy poco tiempo, teorías, posiciones y proyectos. Creo que en estos últimos diez años los argentinos podemos comparar lo que hicimos y lo que hemos hecho en el último tiempo, con aciertos y errores, pero con la convicción de que estamos en el camino acertado. Sentarnos a discutir cómo seguimos, acordar la necesidad de saber que en este Bicentenario, que ya nos llega, tenemos que tener un acuerdo global, confirmatorio de este modelo de acumulación de matriz diversificada, como me gusta decir, con inclusión social, con incorporación al mundo a través de una agresiva política de exportación, es el desafío que tenemos para seguir profundizando y seguir haciendo lo que hemos venido haciendo creo muy bien hasta ahora. De todos, pero fundamentalmente de aquellos que tenemos responsabilidades en las instituciones gubernamentales y no gubernamentales, depende que podamos seguir agregando virtuosismo a lo que ha constituido a la luz de los hechos y confrontado con lo que estamos viendo en el mundo, una experiencia nacional de resultados positivos. Esto creo que es importante, haber retomado la convicción de que es posible tener un proyecto de país propio incorporado al mundo.
Muchas gracias y los invito a seguir trabajando como hasta ahora.