Buenas tardes a todos y a todas; señor Gobernador del Chaco; señor Gobernador de Formosa; señor Vicegobernador del Chaco y señor Vicegobernador de Corrientes; señora Vicegobernadora de Santiago del Estero; señor Intendente: estoy realmente muy feliz de estar hoy aquí en Sáenz Peña. Quiero contarles algo, la primera vez que vine al Chaco, hace ya muchos años, vine aquí a esta ciudad, a un acto que hacíamos en un club al aire libre, donde además un montón de hermosas chaqueñas se habían puesto sus vestidos de carnaval para festejar el encuentro que habíamos tenido.
Estar hoy aquí, en este colegio nuevo, inaugurado como decía recién el Gobernador, en el plan de 700 escuelas, y ver como un símbolo de la Argentina que queremos dejar atrás lo que era la anterior escuela que puede verse desde aquí, y que era casi una tapera si somos generosos. Hoy estar en este hermoso colegio, digno colegio, porque en definitiva las cosas pueden ser más lindas o menos bellas, pero lo importante es que levanten la dignidad, que sean dignas para los pibes, para nuestros chicos, dignas para el ser humano y esta es una escuela digna. Digna no solamente porque pueden estar cómodos, sino porque también respeta el formato, la estructura, el hábitat normal en que cada uno de nosotros, en las distintas regiones del país, está acostumbrado a vivir.
Y además porque tal vez, como en pocos lugares, uno puede advertir cuando los mira a ellos, cuando mira a la Hermana que recién me regaló este hermoso amuleto, que espero además sea contra las malas ondas y los desmemoriados, porque hay un problema en el país, además de todos los que tenemos, y que es la falta de memoria de cómo vivimos, de lo que pasó, de lo que cada uno hizo, de la responsabilidad que cada uno tiene en esta historia que hemos tenido los argentinos y que ha provocado muchas veces tanto sufrimiento, tanto dolor y tanta tragedia.
Pero aquí estamos trabajando, con los brazos en alto, con esa Ley de Financiamiento Educativo, como recién señalaba el Gobernador, que nos va a permitir darle a la educación el lugar que tiene.
No solamente se requieren libros y equipamiento informático como el que hoy tenemos, sino el financiamiento que pueda precisamente comprar esas computadoras, comprar esos libros, hacer estos colegios. Y eso requiere algo más que una política educativa, eso requiere un modelo económico, porque no hay educación sino hay un modelo económico, social y político que garantice la igualdad efectiva de la educación.
Hay una igualdad que muchas veces está escrita en la Constitución, está escrita en los libros, pero que pocas veces la podemos percibir en la realidad. El deber de toda dirigencia política es precisamente que esas declamaciones constitucionales, esos principios que nos enseñaron desde chicos en el colegio, ese Preámbulo que nos han hecho recitar hasta el cansancio desde muy pequeñitos en el colegio, seamos capaces desde la política concreta, desde el lugar concreto que cada uno de nosotros tenemos por imperio de la voluntad popular, un intendente, un gobernador, una presidenta, hacer y construir las políticas que puedan tener esos resultados.
Porque, ¡vamos!, de discursos, de reclamos estamos llenos los argentinos.
Es necesario construir este país como lo estamos haciendo y seguir en el mismo derrotero sabiendo que hay un país profundo que ha sido postergado durante décadas y, tal vez, como en pocos lugares, aquí en Chaco o como la semana cuando estuve en Santiago del Estero, pueda advertirse con tanta nitidez, con tanta claridad cuánto que le sobra a unos en algunas regiones y cuánto que le falta a otros en el país profundo.
Siempre digo que lo que sobra en algún lado es porque está faltando en el otro y la obligación nuestra es, precisamente, la de reconstruir o, mejor dicho, construir equilibrio porque, en realidad, reconstruir presupone que alguna vez fuimos armónicos, justos, equitativos y equilibrados, geográfica, social o culturalmente, pero, en realidad, todos sabemos que tenemos una larga deuda social, cultural pendiente con el país profundo, con las comunidades originarias. Y creo que hoy aquí, como en tantas otras oportunidades y en tantos otros lugares, no estamos dando nada, simplemente estamos tratando de volver a poner las cosas en su lugar, devolviendo lo que ha sido quitado, dando lo que nunca debió haber sido demandado porque era por derecho y obligación algo que todos tenían que tener: educación, escuelas, viviendas.
Por eso, gracias por este cálido y afectuoso recibimiento con el compromiso que siempre he tenido en mi vida. Porque quiero contarles que esa primera vez que vine aquí al Chaco, y lo relataba al inicio de mi discurso, fue para decirles a los chaqueños que había otra forma diferente de hacer política.
Siempre nos decían que se hacía un discurso en las elecciones y se hacía otra cosa cuando se llegaba al gobierno. Yo decía que esa era la justificación de los que tal vez no tenían la valentía o la capacidad de transformar la realidad y tal vez también enfrentarse con los poderosos para cambiar la historia.
Yo creo que se puede cambiar la historia y creo que cada uno, en la medida de sus posibilidades, cada de uno de nosotros desde el lugar donde esté, tiene la obligación de tender la mano generosa hacia aquel al que todavía le falta, porque lo peor que le puede pasar a una sociedad, queridos amigos, queridas amigas, es que alguien sea condenado a pobre solamente por el hecho de haber nacido pobre y eso es lo que ha pasado durante las políticas del ajuste de los gobernantes que decían una cosa y hacían otra cuando llegaban al gobierno porque nada se podía cambiar y porque todo se caía si no se hacía tal o cual política que, por supuesto, era rigurosamente impuesta desde afuera del país. (APLAUSOS)
Y aquí estamos, con nuestros errores y con nuestros aciertos pero construyendo políticas desde el país profundo, construyendo políticas desde nuestro propio proyecto como nación, como sociedad, creyendo en nosotros mismos, en nuestros propios esfuerzos y recuperando la autoestima. No hay sociedad, no hay pueblo, no hay comunidad, y tal vez ustedes, las comunidades originarias, lo sepan mejor que nadie, que es imposible avanzar sin la autoestima.
En eso estamos, argentinos, construyendo autoestima, historia, identidad, país y nación y sabemos que para ello necesitamos del esfuerzo de todos y a todos los convocamos a seguir cambiando la Argentina.
Muchas gracias y buenas tardes a todos y a todas. Muchas gracias. (APLAUSOS)