Muy buenos días a todos y a todas, aunque las todas son muy poquitas pero de peso específico propio. Señor presidente de la República Federativa del Brasil, querido Ignacio Lula Da Silva; señores ministros; señores embajadores; señores y señoras empresarias: hoy es un día muy especial, la especialidad del día la da esta masiva concurrencia de empresarios argentinos y brasileros que visualizan, creo, muy claramente, un momento muy especial que vive nuestra relación bilateral, que vive la región y que también vive el mundo.
Ambos países estamos atravesando una etapa de crecimiento y además una comunión entre ambas gestiones pocas veces vista, yo diría inédita en la historia común entre Brasil y Argentina.
No es solamente el afecto el que une a estas gestiones, es una común visión acerca de la necesidad de esta vinculación estratégica productiva, este modelo de alianza productiva que tiene por objetivo profundizar las transformaciones que ambos países están experimentando y aprovechar también, sin lugar a dudas, una oportunidad única que se nos presenta como alianza bilateral, como MERCOSUR, como región frente a un mundo que está cambiando en forma cada vez más acelerada.
Aquí, vamos a empezar por casa, la República Argentina, la recuperación experimentada a partir del año 2003, que nos está permitiendo desarrollar un proyecto al que yo denomino productivo federal con inclusión social tendiente esencialmente a integrar las distintas economías regionales del país, tendiente a lograr la inclusión social a través del trabajo, de salarios decentes, de salario en blanco y, de esta manera, en un círculo virtuoso que tienen todas sociedades desarrolladas del mundo saber que ese crecimiento social también impacta positivamente y apunta a sostener más crecimiento en la parte económica.
Ustedes saben, la Argentina no ha tenido la suerte del Brasil. ¿Cuál ha sido la suerte de la República Federativa del Brasil? La convicción, la profunda convicción en sus clases dirigentes de la necesidad de tener un modelo de desarrollo productivo que hiciera en el valor agregado, en la generación de trabajo, en la generación de competitividad, el eje de acumulación de riqueza del Brasil.
La Argentina, por distintas experiencias políticas e históricas que no vale la pena tampoco recordar porque todos las conocemos, creyó tal vez que alguna vez podíamos ser solamente un país de servicios sin valor agregado, sin necesidad de generar trabajo y se desplomaron junto con ese modelo económico también las instituciones democráticas de la República Argentina.
Pero para dar un ejemplo, Presidente, señores empresarios, la Argentina, aquella Argentina en default económico, financiero y social, hoy por ejemplo está haciendo frente al pago de vencimientos de Bodenes, unos bonos que fueron emitidos durante la anterior gestión al 2003, producto de aquel "corralito" también y de alguna otra gestión y hoy los argentinos, como corresponde, estamos haciendo frente a nuestras obligaciones y estamos pagando en el día de la fecha 2.347 millones y medio de dólares.
Juntamente con eso podemos exhibir tasas de crecimiento muy importantes que se han desarrollado en estos más de 5 años superiores entre el 8 y el 9 por ciento y un descenso vertiginoso de lo que realmente constituía una afrenta para nosotros, para todos los argentinos, que era una tasa de desocupación de dos dígitos que llegó a estar casi en el 25 por ciento.
Hoy hemos duplicado nuestras exportaciones, estamos agregando valor diversificando en áreas muy especiales como por ejemplo, software, informática, autopartes, automotores, etcétera, números que ya todos ustedes, señores empresarios, conocen y tal vez mucho mejor que yo, también con un plan de infraestructura en materia energética y de obras de impacto económico y social a lo largo y a lo ancho del país.
Ustedes, los hermanos de la República Federativa del Brasil, han tenido una política industrial y una convicción desde siempre: la necesidad de agregar valor a sus productos, lo que ha generado un desarrollo industrial que es uno de los más importes del mundo y sin lugar a dudas el desarrollo industrial más importante de la región.
Y nosotros creemos entonces que en este mundo distinto en el que hoy estamos atravesando, donde por primera vez en mucho tiempo se están modificando los términos del intercambio comercial internacional y donde quienes muchas veces como países emergentes nos veíamos perjudicados por esos términos de intercambio, hoy nos vemos favorecidos. Hay momentos en que estamos sintiendo que por primera vez somos nosotros más necesarios que los países desarrollados.
Y creo que esto debe ponernos en una sinergia diferente entre Argentina y Brasil, profundizando esta alianza y este modelo productivo, ya no solamente en un intercambio comercial entre ambos países, sino en una alianza para también captar e ir hacia otros mercados, para poder captar oportunidades que sin lugar a dudas están ahí al alcance de nuestra mano; y también tener la certeza y la convicción de que cuando abordemos negociaciones de carácter multilateral debemos tener en claro siempre, alejado de cuestiones dogmáticas o cerradas impropias de un mundo que se ha globalizado y en el que todos debemos competir sin lugar a dudas, saber cuando vamos a cada negociación qué es lo que nos proponen del otro lado y qué es lo que tenemos que dar nosotros. Esta es una cuestión simple, ustedes son todos empresarios y saben de qué estoy hablando.
Cuando uno aborda una negociación hay que ver en valores absolutos y también en valores relativos qué es lo que cada uno tiene que negociar fundamentalmente para no ahogar esta fantástica posibilidad de una Argentina recuperando su capacidad industrial, con recursos humanos altamente calificados, sobre todo para áreas que como la informática y el software constituyen un nicho imperdible en el mundo contemporáneo; con una capacidad de producción de alimentos para 500 millones de personas cuando apenas somos 40 millones; con capacidades y calidades que también, bueno, eso ya no es mérito de los argentinos sino tal vez de Dios habernos dado climas y características en nuestra región que nos hacen producir con una calidad que en otras latitudes, en otros espacios geográficos no se puede hacer.
Uniendo entonces estas capacidades formidables de ambos países, incorporados también a un MERCOSUR en el cual la energía, el otro componente central para que esta región sea en el siglo XXI protagonista y no mera observadora, como hemos visto en otras etapas, de lo que sucedía en otras latitudes, estamos, querido presidente Lula, ante una oportunidad que no podemos perder, y yo sé que no la vamos a perder.
Les cuento que en estos escasos meses de gestión ya me tocó inaugurar, por ejemplo en el Chaco, la planta elaboradora de denim -es la tela de los jeans, para los que no están al tanto de la tecnología- más moderna del mundo y es de capitales brasileros. Hace poco me tocó reinaugurar una planta en Pontevedra, partido de Merlo, un frigorífico dedicado al termoprocesamiento de vacas conserva, que no se consumen aquí en el país pero que sí las consumen en Estados Unidos -allí lo veo al Embajador, cómo le va- y también en Londres. JVS, el primer faenador mundial en materia vacuna, también de origen brasilero, tiene la mitad de su personal en la Argentina aplicado al procesamiento de la carne fresca y la otra mitad, 2.400 trabajadores, al termoprocesamiento de las vacas conserva, esto es a la industrialización, al valor agregado de nuestras materias primas.
Por eso hoy es un día muy especial, estoy muy contenta porque -anoche lo comentábamos en la cena- decían que venían 264, en realidad vinieron acompañados de 364 empresarios, y esta concurrencia masiva de argentinos y brasileros nos hace ver a todos que por fin -ya era hora- nos dimos cuenta de que necesitábamos unirnos, articularnos, inteligente, eficaz y modernamente para producir la transformación que nuestras sociedades siempre nos demandaron: dirigentes políticos que al frente de las instituciones puedan cambiar la realidad aumentando la capacidad de generación de riqueza de una sociedad para que todos tengan más y mejor trabajo, que es nada menos y nada más que tener mejor vida para todos.
Muchas gracias y bienvenidos a todos y a todas. Los saludo y doy formalmente por iniciado el seminario en el que seguramente luego vamos escuchar interesantes relatorías.