Discurso Cristina en San Martín

PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE FIRMA DE UN CONVENIO CON LA MUNICIPALIDAD DE SAN MARTIN, PROVINCIA DE BUENOS AIRES  

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Muchas gracias. Todo un tema ese de las mujeres en el poder, para analizarlo no me alcanzarían tres o cuatro horas, pero buenos días a todos y a todas, señor Intendente, señor gobernador de la provincia de Buenos Aires: recién Ricardo recordaba mis palabras cuando vine aquí a inaugurar la calle Ituzaingo, acerca de que la política quiere resultados, y es cierto, la política es resultados. Y también es historia creo, porque uno puede aprender de la historia para tener mejores resultados cuando haga instrumento de la política.

Este distrito, este querido distrito de San Martín, tiene una historia nacional diría yo, la del campo nacional y popular. (Aplausos) No solamente porque por aquí pasó el general San Martín en 1813, y por eso el nombre del distrito. Me mostraba hoy orgulloso el Intendente que en el monumento de la plaza está enterrado el último granadero que sobrevivió y esperó el regreso del general San Martín cuando murió en el exterior, precisamente por las incomprensiones y las divisiones de los argentinos. Por eso hablo de política, resultados e historia.

También estuvo por aquí Rosas, que fue tal vez el primer precursor de la industrialización de nuestras materias primas. (Aplausos) Algunos creen que en Caseros se derribó un tirano, yo digo que se derribó la posibilidad de tener un país en el que hubiéramos arrancado desde el inicio con un concepto industrial, de valor agregado a nuestros productos, que tal vez nos hubiera permitido ocupar el lugar que por capacidad, por territorio, por recursos humanos y naturales deberíamos tener y que desgraciadamente por intereses, divisiones, incomprensiones e incapacidades muchas veces vimos frustrado los argentinos.

Digo además que el partido de San Martín no solamente integra esta historia nacional y popular por Hernández, por San Martín o por Rosas, sino por el carácter netamente industrial de su actividad económica. Que es clave, argentinos, a la hora de decidir un modelo de acumulación que nos permita agregar valor a nuestros productos y darle trabajo y salario a los argentinos. (Aplausos) No es casualidad, uno mira los números sociales de San Martín, mortalidad infantil, analfabetismo, necesidades básicas insatisfechas, y los encuentra en muchos casos por debajo de la media provincial y por debajo de la media nacional. ¿Es casualidad? No, es un modelo de actividad económica netamente industrial que permite que los argentinos que viven aquí en este distrito tengan salario y trabajo decente. (Aplausos)

Esta es precisamente la característica de este modelo que desde el 25 de mayo de 2003 hemos tomado como bandera, la de reindustrializar la Argentina. Por esos nuestras posiciones en Doha, frente a la discusión de los grandes del mundo contra los países emergentes sobre las condiciones para el comercio internacional. No por cuestiones ideológicas, sino por eso que decía Ivoskus, resultados, necesitamos que nuestras industrias sigan desarrollándose para poder seguir creciendo y generando más trabajo.    

Por eso las posiciones que fuimos a defender allí, en la Organización Mundial del Comercio, donde obviamente las relaciones de fuerzas entre los poderosos y los países emergentes son difíciles. Pero allí estuvo la delegación argentina, nuestro Canciller, ahí me levanta la mano Marcelo Fernández también, un industrial de aquí de la provincia de Buenos Aires, estuvo la gente de la UIA apoyando esta postura. Que no es una postura, como algunos quieren hacernos ver, de cerrarnos al mundo, al contrario, queremos abrirnos al mundo pero de nuestro propio proyecto, de nuestra propia identidad, no ser un segmento productor de materias primas en este mundo, sino de valor agregado. (Aplausos)

Esta es una discusión que viene desde el fondo de los tiempos, también de la historia y que cada vez que abandonamos este perfil de agregar valor, este perfil de no pensarnos como un segmento más de la economía internacional sino con un proyecto propio, cada vez que este proyecto fue abandonado trajo mucho sufrimiento, mucho dolor, mucha tragedia para los argentinos, que se traducía en pérdida de trabajo, en pérdida de educación, en pérdida de salud, en pérdida de calidad de vida para todos.

Por eso es importante que estas cosas las podamos debatir, discutir y que además, de distintas experiencias históricas, político partidarias, podamos encontrar, como lo hemos hecho, puntos en común para avanzar. Esto es lo más importante.

Ayer tuve una reunión muy importante con la Confederación General del Trabajo, con su Comisión Directiva en pleno, que por primera vez había sido electa con el voto directo y secreto de votación de todos los delegados que la integran. Y charlábamos acerca del modelo industrial, del trabajo decente, de la redistribución del ingreso y también la necesidad de comprender que muchas veces -yo les decía a ellos como trabajadores- la lucha por el salario o la convención colectiva tiene límites concretos para profundizar la redistribución del ingreso. ¿Por qué? Por las condiciones mismas de la globalización. Entonces es el Estado el que tiene que tomar un rol más activo, que no solamente intervenga en la discusión salarial sino que ayude a diseñar ese modelo de país donde los que más tienen ayuden a seguir creciendo para seguir aumentando y alimentando la rueda virtuosa del crecimiento económico. No es un invento nuestro, basta mirar los países desarrollados, los que hoy tienen ventajas sociales, a todos les gustaría vivir tal vez en los países nórdicos, veríamos allí cuál es la política tributaria, por ejemplo, para advertir cómo es posible entonces sostener una sociedad más justa, más equitativa, donde los jóvenes, las mujeres, las madres solteras, los pibes que están ahí en el jardín de Margarita tengan más oportunidades de vida, porque lo que les falta a unos siempre es lo que les sobra a otros. (Aplausos)

En economía no hay misterios, podrán, como decía Jauretche..., un aplauso para Jauretche, un gran argentino. (Aplausos) También historia, Jauretche, radical, joven radical que junto a Scalabrini Ortiz, Dellepiane, Homero Manzi y otros fundaron FORJA cuando se fueron del radicalismo porque sentían que ya no podían estar en una fuerza que no les había dado respuestas. Ellos también contribuyeron a formar y a continuar la historia del Movimiento Nacional. Jauretche decía siempre que cuando los economistas hablan muy difícil y nadie los entiende, no es que uno sea burro sino que seguro que le quieren meter el perro.

Por eso hablo con la simpleza con la que tenemos que hablar quienes tenemos las responsabilidades de conducir los destinos del país. Y los instrumentos que muchas veces debemos adoptar, que muchas veces obviamente desde los sectores que tal vez se sientan afectados puedan ser atacados con virulencia, sin advertir que muchas veces cuando se destruye un equilibrio en la distribución del ingreso en una sociedad finalmente termina impactando negativamente en el conjunto.

Podemos dar miles de ejemplos en nuestra historia, para unir eso de historia y resultados.  

Y hablando también de historia quiero recordar, porque recién lo hice cuando recorría los pasillos -una recorrida maravillosa, gracias Intendente- y me detuve ante un cartel en blanco y negro del barrio Villa Concepción. Allí está el plano de ese barrio en blanco y negro, y rodean a ese plano doce rostros, jóvenes, mujeres, hombres, detenidos desaparecidos en una sola noche de ese barrio. En 1978, me apuntan allí, desaparecieron en una sola noche 12 argentinos y argentinas y se recuerda este fin de semana. Yo también quiero hacer un homenaje en nombre de todo San Martín a esos hombres y mujeres. (Aplausos) Me puse a mirarlos y no conocía a ninguno, pero no deben ser demasiado diferentes a muchos amigos míos y amigas mías que desaparecieron en mi ciudad natal, en la ciudad de La Plata.

Es también parte de la historia de cómo muchas veces los argentinos, manipulados, equivocados o como fuera, creímos que las cosas podían solucionarse de esa manera, porque como siempre digo, lo que pasó ese 24 de marzo de 1976 no sólo fue responsabilidad de quienes dieron militarmente un golpe, también hubo argentinos que tal vez, o por intereses o por confusión, o por lo que fuere, creyeron que esa era una salida y una posibilidad.

Finalmente todos, o por lo menos la gran mayoría, comprendieron la gravedad de la ruptura de los procesos institucionales, la gravedad de creer que es posible ahogar la libertad de expresión, la libertad de pensamiento, la libertad de palabra, para instalar un proyecto económico devastador. También es parte de la historia.

Por eso creo que todos con mucha tranquilidad, con mucha serenidad, pero también con mucha profundidad y responsabilidad, debemos mirar todo lo que nos rodea, lo que nos pasó, no para lamentarnos o acusarnos, simplemente para saber cuál es el camino acertado en materia política, económica y social. Que no quiere decir que todos seamos homogéneos, que todos repitamos exactamente la misma marchita o cantemos al unísono, no, para nada. Pero hay que saber por dónde pasa esa historia nacional y popular, la de los grandes intereses, la que representa a los intereses de los jóvenes, de los chicos, de los trabajadores, de los intelectuales, de los empresarios, de los comerciantes, para no equivocarse. Yo siempre digo, cuando tengo alguna duda miro quién se pone del otro lado, y allí simplemente por asociación me coloco del otro. (Aplausos)

Creo sinceramente en una Argentina en la que haya lugar para todos, aún para aquellos que siguen pensando que la riqueza debe ser para unos poquitos, también para esos hay lugar en esta Argentina. Lo único que les pedimos es que dejen construir la Argentina también de los que creemos que podemos estar todos un poco mejor todos los días.

Muchas gracias Intendente, muchas gracias intendentes que hoy nos acompañan, muchas gracias San Martín y un beso muy grande a todos. De corazón y adelante, como siempre y con fuerza.             

 

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