Ampliación de la Red de Agua Corriente en Rafael Castillo

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, DRA. CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER EN LA INAUGURACIÓN DE LA RED DE AGUA POTABLE DE RAFAEL CASTILLO, EN EL PARTIDO DE LA MATANZA.

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Hola, hola La Matanza, hola Rafael Castillo: todavía tengo grabada en la memoria la primera vez, luego de que mi compañero de toda la vida jurara como Presidente de todos los argentinos, cuando vinimos aquí a La Matanza, Alberto era Intendente, un millón de personas carecía de agua potable, el 55 por ciento de los matanceros no tenía trabajo, y ese día cuando vimos a ese pueblo que no tenía nada y que sólo venía a acompañar y a demostrar cariño y afecto, me acuerdo todavía que cuando nos fuimos de aquí, a la noche, sólo comentábamos este afecto, esta credibilidad, esta confianza, que los más humildes, que los que menos tiene, que tal vez serían los más obligados a descreer, a gritar, protestar o a tirar una piedra eran los que tendían la mano solidaria y ponían el hombro para levantar la Argentina.

Yo siento que hoy, cuando venimos aquí a Rafael Castillo, a dar agua potable, agua potable, algo que todos los argentinos tienen el derecho a tener, 183 mi habitantes, 183 mil argentinos hoy van a poder abrir la canilla de agua, dentro de su casa, y acceder al agua potable. Esto que para algunos, tal vez, no tenga importancia porque toda la vida vivieron en una casa confortable, y no solamente tuvieron agua potable, sino además electricidad, gas y agua caliente, tal vez sea poco. Pero que esto que hoy estamos construyendo, junto a trabajadoras, a las que veo aquí, a cooperativistas, porque este Plan de Agua Potable, más Trabajo tiende no sólo a dar agua a los matanceros, sino también a organizar a aquellos que aún no han podido conseguir trabajo, a través de cooperativas para ayudar a los demás. Siento, entonces, que desde aquel día, en que vinimos aquí y nos comprometimos con todos ustedes a hacer los esfuerzos que todo dirigente político debe hacer, que es tratar de que cambie la vida de la gente, si no logramos cambiar la vida de la gente toda gestión será inútil, siento, entonces, hoy, al abrir esta canilla de agua, que estamos empezando también a cumplir ese compromiso.

Y entonces se me viene a la mente las imágenes que veía, hoy tal vez por los medios de leche derramada, de leche que corría como arroyos, con esta agua de hoy y entonces digo: argentinos y argentinas, a todos - por favor - en nombre de los que todavía no tienen agua potable, en nombre de los que no tiene trabajo, en nombre de los que no tiene casa y  todavía tienen hambre, por favor, pensar un poco más en todos ellos y un poco menos en nosotros mismos. (APLAUSOS).

Yo quiero decirle, a todos, hablarles desde el fondo de mi corazón, cuando uno es Presidente tiene que gobernar para todos los argentinos, pero también tiene que tomar decisiones que ayuden a que los que más tienen puedan contribuir para que los que menos tienen vivan todos los días un poco mejor. (APLAUSOS). Y eso es, en definitiva, lo que hemos querido: queremos que la leche, el pan, la carne, las frutas, las verduras puedan llegar a la mesa de todos los argentinos, a precios que los argentinos puedan pagar, y no a los precios que nos pagan en el exterior. (APLAUSOS).

Queremos que esa riqueza, que genera también este modelo macroeconómico que ayuda a que nuestros productores, nuestros industriales puedan ganar mercado y puedan ganar plata sirva, también, a los argentinos para hacer una sociedad más inclusiva, más justa, más sustentable socialmente.

Miren, yo me acuerdo de esta Argentina de la locura y del infierno, donde los pobres se enfrentaban contra los pobres, donde los que habían tenido un poco más de suerte en la vida golpeaban la puerta de los bancos para que le devolvieran los ahorros, cuando muchos vieron cerrar sus fábricas y sus comercios. Miren, un instante, un solo minuto reflexionen sobre lo que hemos logrado, en estos años, como le estamos ganando a esa profecía que nos decía que los argentinos no podíamos, que no sabíamos.

Aquí pudimos demostrar, luego de cinco años, que aquellas teorías extrañas, que algunos venían a decirnos, que no debíamos producir, que mejor ser un país de servicio, acá están todos ustedes y millones de argentinos, que hemos demostrado que podemos producir, que podemos trabajar, crecer y progresar. En nombre de todo lo que hemos logrado, yo le pido a todos los argentinos, pero por sobre todas las cosas, a aquellos a los que mejor la ha ido, a aquellos que pueden darse el lujo de estar 90 días sin trabajar. Yo me pregunto: ¿qué trabajador, qué comerciante, qué empresario, por más grande que sea, puede estar 90 días sin trabajar, solamente los que han acumulado mucha renta y mucha riqueza, el resto tiene que salir a trabajar? (APLAUSOS). Lo saben ustedes, matanceros, lo saben los hombres y las mujeres a lo largo y lo ancho del país, que todos los días tiene que levantarse y treparse a los trenes, a los micros, como pueden, para llegar a la fábrica y al comercio; lo saben los comerciantes que todos los días tienen que estar viendo cómo pueden hacer nuevas cosas para tener más clientes para poder tener un poco más de ganancias; lo saben también los grandes empresarios.

Yo me pregunto: ¿qué empresa automotriz, por más grande que sea puede estar tres meses cerrada, sin trabajar; qué fábrica metalúrgica, qué fábrica de aluminio, quién puede vivir tres meses sin trabajar, solamente los que han acumulado una gran renta y un gran capital. No hay misterios, ni secretos compatriotas, no hay misterios ni secretos. (APLAUSOS).

Por eso, en nombre de todos los argentinos, debemos ser más solidarios. La avaricia es uno de los pecados que Dios más condena, porque dice que es la que congela el corazón de los ricos y no les deja ver el sufrimiento de los pobres. Yo les pido a ellos, que los miren a ustedes, que miren la realidad de sus hijos que hoy, gracias al agua potable, tienen un 269 por ciento menos de posibilidades de que muera un chico de diarrea infantil. Estas son las cosas, que les pasan a los hombres y las mujeres del pueblo. (APLAUSOS).

Y quiero decirles, aquí, frente a ustedes, en La Matanza, quiero decirles que voy a gobernar para todos los argentinos y en nombre de todos los argentinos, pero también quiero que sepan todos y cada uno de mis compatriotas, que mi opción siempre va a ser por los pobres, por lo que menos tienen, por los que más necesitan, por lo que más sufren.(APLAUSOS).

Los quiero y les agradezco el afecto, el cariño, la solidaridad y el esfuerzo que hacen por esta Patria, que construimos todos los días con trabajo, esfuerzo y sacrificio. ¡A no desmayar, a seguir adelante porque estamos construyendo no solamente el futuro, sino también el presente!

¡Gracias y fuerza La Matanza, fuerza la provincia de Buenos Aires, fuerza la Argentina! Todos unidos, juntos para derrotar la pobreza, el hambre, juntos vamos a poder hacerlo. ¡Gracias, gracias La Matanza!