Muy buenos días a todos y a todas; no es este el primer encuentro que mantenemos con el señor Canciller de Austria. Tuve la oportunidad y el placer de conocerlo el año pasado, cuando visité Austria y particularmente en Viena donde mantuvimos una excelente reunión de trabajo. Por entonces, él era Canciller y yo era simplemente una candidata a presidenta de la República Argentina. La reunión realmente fue excelente y pudimos intercambiar visiones comunes acerca de los procesos de integración, pero también de la visión política de cuáles son los problemas que hoy afronta el mundo en general y nuestras comunidades, en todo caso la Unión Europea y la América del Sur en particular.
Hoy estamos aquí firmando importantes acuerdos pero esencialmente lo más importante es -me parece- lo que acaba de mencionar el señor Canciller, la presencia tal vez más importante que se reconozca de empresarios de Austria, más de 50, que lo han acompañado aquí a América latina.
Esto es importante porque sabemos que los diplomáticos viajan por obligación, pero los empresarios viajan únicamente cuando consideran que puede haber buenos negocios y buenas rentabilidades. Así que me parece que es un muy buen signo, una muy buena señal para todos nosotros, la importancia y la presencia de esta delegación, en momentos en que realmente la región se torna muy importante para todos aquellos que desean invertir, y además, se torna competitiva también en cuanto a las inversiones en comparación tal vez con otras regiones.
Por eso es muy bienvenida esta delegación y también quiero comentarles que hemos estado hablando acerca del problema de la integración. En realidad más que problema, la necesidad de la integración, tal vez utilicé inconvenientemente el término problema; la integración no es un problema, es una necesidad. Y planteaba el Canciller tal cual lo habíamos charlado en Viena y lo volvimos a retomar hoy en la conversación, la necesidad de profundizar y articular todos los esfuerzos necesarios para que se produzca una relación armónica entre lo que hoy es la Unión Europea y también el MERCOSUR y todos los países de América latina, pero fundamentalmente el MERCOSUR como otro de los grandes bloques económicos que hoy asoman en el mundo.
Yo también le decía de la necesidad, nosotros aquí en el MERCOSUR, de hacer un aprendizaje muy fuerte de lo que fue la experiencia de integración del modelo europeo, donde precisamente Alemania y Francia cumplieron dos roles muy importantes en lograr esa integración. Entonces, comentaba la responsabilidad que tal vez comparativamente podríamos hacer entre Brasil y Argentina en cuanto a tamaños y volúmenes de economía, en relación con esto en cuanto a la responsabilidad de integrar fuertemente el MERCOSUR, y también, por qué no decirlo, lo que venimos demandando, la integración de Venezuela a ese MERCOSUR, porque creo que estaríamos cerrando una ecuación muy importante en materia de alimentos y energía que son precisamente, como lo vengo mencionando desde el 10 de diciembre cuando me tocó asumir como Presidenta de la República, los dos elementos básicos que van a regir fundamentalmente la política del siglo XXI.
Yo quiero contarles a todos ustedes que obviamente el señor Canciller debe hablar en el idioma de su país, pero el señor Canciller entiende y habla perfectamente el español. Quiero aclarar.
En definitiva también, estábamos viendo y charlando sobre la magnífica oportunidad que puede ser el próximo encuentro que se va a celebrar en Lima, la semana que viene, donde se encontrará la Unión Europea con los países de Latinoamérica y donde pensamos impulsar una reunión precisamente con los países del MERCOSUR, porque también entendemos -y esta es una observación que me comprende únicamente a mí- que muchas veces los procesos de integración o de acercamiento solamente en manos de los técnicos sin visión política y esto no es una crítica, simplemente es una observación, una descripción de la realidad, un técnico no tiene por qué tener una visión política, porque en definitiva ha sido convocado por sus conocimientos- pero quienes tenemos responsabilidades políticas, tenemos que poder ir un poco más allá de lo que muchas veces pueden los técnicos y donde hay dificultades poder superarlas con mucha política y con mucha necesidad de elaborar y articular un acuerdo que sirva a ambas partes, que esta es la otra parte de todo gran acuerdo.
Los acuerdos, siempre en política, en economía, en la vida, para hacer acuerdos tienen que aprovechar a las dos partes; cuando una de las partes siente que solamente le aprovecha a la otra, y muchas veces es la otra la más fuerte, normalmente no ve entonces las necesidades de los acuerdos.
Por eso es importante advertir que en todo tipo de acuerdos y acercamientos ambas partes tienen que tener la clara percepción de que ambos han salido ganando, de poder unir esfuerzos e integrarse.
Creo que esta es la forma y la vocación con la que vamos a ir a la reunión de Lima y seguramente allí, seguiremos conversando como lo venimos haciendo con el señor Canciller y con otros amigos responsables de conducir los destinos de los distintos países que integran la Unión Europea.
Muchas gracias y tengan todos ustedes muy buenos días. (APLAUSOS)