Muchas gracias, gracias compañeros, enrollen un poco los carteles así le puedo ver la cara a todos los compañeros y compañeras de Tupac Amaru, gracias: quisiera, por un instante, que todos los argentinos pudieran ver esto que yo estoy viendo aquí esta tarde. Cuando venía para acá veía esas banderas, hechas por ustedes mismos, organizados, el pueblo organizado; los que menos tienen, los que más sufren, tal vez los que más derecho tendrían a estar con el puño crispado, demandando, exigiendo y pidiendo son los que están construyendo Patria todos los días.
Esta fábrica que vamos a inaugurar hoy, hecha para ustedes, va a confeccionar, como ya lo está haciendo, miles de guardapolvos para los pibes argentinos, para esos pibes que sus padres todavía no pueden comprarle un guardapolvo y es entonces el Estado que lo da, a través del Ministerio de Asuntos Sociales y de las organizaciones populares.
Yo recién la escuchaba a Milagros que decía es cierto que el Estado tiene que garantizarnos salud, educación, vivienda y trabajo, pero nosotros, y se refería a ella, una colla, como orgullosamente es, en representación de todos ustedes, collas como ella también, decir que ustedes también tenían obligaciones. Quiero decirles que se me encoge el corazón cuando los veo a ustedes, miles y miles, pobres de toda pobreza, decir que también tienen obligaciones. Son la contracara de las minorías egoístas e insolidarias que nunca comprendieron el país ni lo comprenderán. (APLAUSOS)
Pero quiero decirles que, como ustedes, hay millones de argentinos. Recorro el país de punta a punta y sólo veo compromiso con seguir trabajando, seguir construyendo, seguir poniendo mano con mano y codo con codo en esta epopeya de transformar el país, no para nosotros sino para nuestros hijos, y en nombre de esos que ustedes tienen en las banderas y que murieron en nombre del pueblo y que trabajaron por el pueblo. (APLAUSOS9.
Por eso, en esta tarde, en los rostros de todos ustedes, en el rostro de cada una de estas mujeres, de estos jóvenes, de estos hombres, siento que estoy mirando a la Patria y siento que la Patria, una vez más, como hace 200 años aquí, cuando este valeroso pueblo jujeño, encabezado por el patriota Belgrano, decidió quemar todo antes que entregársela al enemigo, yo les digo que en nombre de esa epopeya, en nombre de esa historia, en nombre de nuestras banderas es que debemos seguir luchando - como recién decía Milagros- pero ahora en la construcción.
Cuando uno construye una fábrica, viviendas, escuelas, hospitales, fábricas de adoquines y bloques para dar viviendas a otros, también está haciendo una epopeya, estamos transformando ese espíritu de derrota que tuvimos allá en el año 2001, pero que venía de antes, venía del 76, venía de la derrota en Malvinas, venía de un país que no se podía encontrar a sí mismo y entonces, cayendo en la insolidaridad y en el individualismo, creíamos que podíamos salvarnos solos. Hemos hecho el duro aprendizaje de saber que cuando hermanos y hermanas se quedan sin trabajo, sin salud, sin vivienda, tarde o temprano el dolor y la tragedia nos alcanza a todos.
Por eso, como dice Milagros, el desafío, el gran desafío que tenemos hoy todos los argentinos, es el de estrechar filas, todos juntos para profundizar esa transformación que un hombre, mi compañero de toda la vida, mi compañero de todas nuestras luchas empezó en el año 2003. Él no lo hizo por él, lo hizo en nombre de una generación que creyó que la transformación del país era posible, que la movilidad social para que el hijo de un trabajador pudiera llegar a Presidente significaba eso, que había una Patria viva, que reconocía a sus hijos, que les daba oportunidades.
Y aquí, en Jujuy, en este lugar donde muchas veces se deben haber sentido como nosotros allá en la Patagonia, solos y olvidados, yo quiero decirles el compromiso de esta mujer con un proyecto de país, que no es de ahora, es de siempre, y que ha sufrido muchas derrotas que luego han pagado todos los argentinos. Es entonces que aquí, en este rincón de la Patria, el compromiso con la victoria de un proyecto de país nacional y popular está más allá de un partido político o de un sector social, debe ser de todos los argentinos y para todos los argentinos. (APLAUSOS).
Trabajar, organizar, ayudar, cooperar son los verbos que debemos conjugar en una sola mano, en un solo abrazo solidario, a lo largo y a lo ancho del país. Lo vamos a hacer, vamos a lograr esa victoria, en este Bicentenario que venimos los argentinos persiguiendo desde hace más de 200 años, y se nos va muchas veces de entre las manos por falsos enfrentamientos entre sectores sociales, entre partidos políticos, que debiéramos estar siempre juntos para lograr el triunfo del país.
Por eso se exige mucha responsabilidad, mucho trabajo, mucho aguantar, como recién me decía el director de la escuela que acabamos de inaugurar, en la Capital de Jujuy. Pero además quiero ante todos ustedes, jóvenes comprometidos, hombres y mujeres, decirles desde acá adentro, desde el corazón, que el compromiso con este país, con el país profundo, desigual, asimétrico, con el cual todavía tenemos muchas deudas, es inquebrantable e indisoluble. Y hoy, aquí junto a ustedes, vengo a dar testimonio de ese compromiso para acompañarlos, para ayudarlos, para luchar junto a ustedes, para organizarnos, para la victoria definitiva del pueblo argentino.
Gracias Jujuy, gracias Tupac Amaru, gracias Milagros, gracias compañeros y compañeras. Hasta siempre.