Compañeros; hermanos y hermanas: muchas gracias, compañeros, compañeras, hermanos y hermanas, por un minutito nada más enrollemos las banderas, luego las desplegamos como siempre, como siempre, por favor, gracias. (APLAUSOS).
El 10 de diciembre, cuando por primera vez como Presidenta electa de todos los argentinos, en elecciones libres y democráticas, me dirigí a todos los argentinos y argentinas, tal vez algunos no recuerden, les dije que por ser mujer me iba a costar más y no me equivocaba a las mujeres siempre todo nos ha costado más, pero tambièn somos las mujeres las que jamás abandonamos nuestro puesto y nuestro lugar de lucha. (APLAUSOS).
Quiero amigos y amigas, compañeros y compañeras, en esta tarde, en la cual nos hemos desbordado en la cantidad de compañeros, amigos, que hoy nos hemos encontrado aquí, reflexionar con todos ustedes, junto al resto de los argentinos. Siempre he creído que cuatro son las condiciones que caracterizan la condición humana: la racionalidad, la sinceridad, la sensibilidad y la responsabilidad. Y bajo esta caracterización de lo que creo los cuatro atributos fundamentales en todo ser humano, cualquiera sea el lugar que ocupe: puede ser Presidenta de la República, puede ser un dirigente sectorial, puede ser un dirigente social, de una ONG. Todos, absolutamente todos debemos actuar bajo estas cuatro premisas: racionalidad, sinceridad, sensibilidad y responsabilidad.
Y permítanme, antes de introducirme en el tema puntual, en estos días que han pasado, luego del día martes, cuando hablé en el Salón Sur, de la Casa Rosada y en la cual después vi escrito, en letras de molde, que por mi discurso, duro, según la caracterización que hicieron algunos medios, hubo una suerte de cacerolazo acá en la Capital Federal; permítanme, escuchémonos, por favor se los pido, es importante no ocultar las ideas con los gritos, es importante poder escucharnos, es importante poder reflexionar no solamente para nosotros los que estamos aquí, sino para todos los argentinos. Vi escenas, vi carteles, escuché voces, discursos, caras que poco tenían que ver con una conflictividad sectorial con un sector económico, por parte del Gobierno.
Escuché, también invocaciones, por no decir insultos, a mi condición de mujer, ustedes saben no necesito explicarlo, pero eso siempre nos pasa a todos las mujeres, se puede ser Presidenta de la República, jardinera, médica, que si tienen que criticarte y sos mujer lo hacen por el género, no por si sos buena Presidenta, mala Presidenta, buena jardinera o mala jardinera, es casi una capitis diminutio el género, pero bueno dolió. (APLAUSOS). Vi también escrito, lo vi fotografiado en un diario un cartel que decía: "Kirchner montonero", no fue eso lo que más me preocupó, han dicho otras cosas también del ex presidente. Debajo de eso decía: "Videla volvé". Por favor, quiero que reflexionemos, no estoy hablando para el grito ni para el aplauso, quiero que reflexionemos. Pregunté y me pregunto todavía quién será el que pudo escribir eso, será una mujer, un hombre, un viejo, un joven, quién puede en la Argentina querer que Videla vuela, quién puede quererlo. Lo vi fotografiado, en letras de molde.
Vi también caras de conocidos defensores y defensoras de los genocidas, también, en esa Plaza de Mayo, que después supimos no fue espontánea, la cadena de emails había empezado por la mañana, mucho antes de que la Presidenta hablara. También fue antes el paro por tiempo indeterminado, antes de que la Presidenta hablara también se lanzó un paro por tiempo indeterminado; sin embargo se tituló que la reacción fue por el discurso duro de la Presidenta.
Y quiero que reflexionemos acerca de estas cosas por las responsabilidades que nos caben a todos: dirigentes institucionales, sociales, mediáticos en la construcción de una Argentina pacífica y con inclusión social. Porque la inclusión social es la verdadera garantía de la pacificación nacional. (APLAUSOS).
Quiero también decirles que junto a esta Argentina, que vimos transmitida por los medios, casi en son de drama, hubo otra Argentina, también, en la Semana Santa: 2 millones y medios de argentinos que salieron de vacaciones, el 5 por ciento más, que el año pasado. Ayer me pasaban las cifras del crecimiento en la construcción, no es la Argentina que nos quieren plantear en la que todo va mal y en la que todo está mal la Argentina real, hay otra Argentina porque los argentinos que han recuperado el trabajo, la esperanza y las ilusiones viven esa otra Argentina.
Pero hablando de los cuatro atributos principales, quiero analizar, junto a ustedes, qué fue exactamente lo que disparó esto que se presenta como un conflicto con un sector económico que por algunas características que yo vi, por lo menos aquí en la Capital Federal, parece algo más que eso, parece un conflicto político, fundamentalmente de aquellos sectores que condenan nuestra política de derechos humanos y aquellos que han perdido las elecciones (APLAUSOS). Porque también vimos a dirigentes de partidos, autodenominados revolucionarios y que piden la reforma agraria, también allí compartiendo el reclamo entre comillas de lo que parece ser un despojo que este Gobierno le está haciendo a un sector económico.
Entonces con estos cuatro atributos fundamentales quiero pasar muy brevemente a que miremos qué fue realmente lo que disparó este conflicto. Parece ser que, por lo que dicen, fueron las retenciones que se fijaron, quiero explicar un poquito esto muy brevemente. Las retenciones no empezaron con este Gobierno, este Gobierno ha tomado la decisión estratégica de rebajar, por primera vez, las retenciones del trigo y del maíz y aumentar las de la soja. ¿Por qué las de la soja y móviles, de acuerdo a como esté el precio internacional para tener certidumbre? Porque necesitamos, además, los argentinos como decisión estratégica que no se sojice todo nuestro campo, necesitamos más productores de trigo, necesitamos más de maíz, necesitamos más productores de leche, necesitamos más productores de carne. Y entonces no solamente por una cuestión de diversidad, sino fundamentalmente porque hace a la calidad de vida de los argentinos. Necesitamos para que los precios internos, que usted los argentinos comen todo los días: el pollo, la carne, la leche, el pan no valga a precio internacional y puedan acceder a los bienes que se producen. (APLAUSOS).
Uno de los problemas, hablando en términos de política agropecuaria en serio, que tenemos hoy, en la República Argentina, es que por la altísima rentabilidad de la soja, que se exporta totalmente el 95 por ciento de lo producido, cada vez es menor la producción de trigo, de maíz y de carne. ¿Y por qué la necesitamos? Porque también hay otras industrias, que necesitan del maíz para mantener a sus vacas, a sus pollos, a sus cerdos, las cadenas de valor.
Quiero contarles que desde el boom sojero, en la República Argentina, el crecimiento ocupacional, del sector rural creció solamente en un 1,5, mientras que el resto de la economía, afortunadamente, (industria, servicio, comercio) pudo hacer crecer la tasa de ocupación en un 17 por ciento. Por eso hoy tenemos un 7,5 por ciento de desocupación. (APLAUSOS).
Quiero decirles que no es una política antisoja, es una política esencialmente pro-Argentina, pro-pueblo, pro-campo también, pro-pueblo. (APLAUSOS). No es una cuestión, como alguien quiere hacerlo aparecer, entre campo e industria, una parte importante de la planta industrial es de la agroindustria, todos son necesarios: el campo, la industria, el comercio, los servicios, pero todos tenemos que entender que todos tenemos que participar armónicamente de ese crecimiento porque es la única manera de erradicar definitivamente el hambre y la miseria, en la Argentina, como lo estamos haciendo. (APLAUSOS).
Tampoco, argentinos y argentinas, es una cuestión de peronismo y antiperonismo, acá me acompañan muchas personas que nunca fueron peronista, ni lo van a ser, yo soy peronista y lo he sido toda mi vida. Pero quiero contarles algo, argentinos y argentinas, los peronistas hemos hecho un duro aprendizaje, alguna vez creímos que éramos el todo, alguna vez creímos que nosotros sólo podíamos transformar el país y que los demás no importaban. Nos equivocamos, nos equivocamos y pagamos caro nuestras equivocaciones. Hoy comprendemos que no solamente son peronistas los que quieren un modelo de país más justo, más equitativo, más digno, los hay también de otros partidos políticos, de organizaciones sociales, lo aprendimos duramente. (APLAUSOS).
Por eso, lo recuerdo como si fuera hoy, en aquella Semana Santa del 87', el peronismo estuvo junto al Gobierno constitucional, de entonces, algo que nadie había hecho con él, cuando los golpes de Estado y eso es aprendizaje (APLAUSOS). También lo han hecho los otros, los que tal vez desde el anti pensaban que los peronistas eran todo el problema del país. Todos los argentinos hemos hecho un duro aprendizaje.
Por eso, cuando uno ve esta resolución, en la cual bajamos el precio de la retención para el maíz, para el trigo, cuando vemos que esto provoca, además, la reducción de los alquileres de los campos, de los arrendamientos de los campos. Porque ustedes saben, argentinos y argentinas, que hoy el 60 por ciento casi del campo está arrendado y está en valores de quintales de soja, esa es la medida de cotización de un campo. Por eso a un productor de leche, por eso a un productor de carne, por eso a un productor de trigo y maíz le cuesta tanto, por eso es una medida absolutamente racional. Y ustedes se preguntan, pero y entonces si esto es así porqué un paro empresarial, un lock out patronal por tiempo indeterminado para privar de alimentos a los argentinos, ¿Por qué? No y acá viene el segundo atributo, que es el de la sinceridad, antes les hablaba del primero, de la racionalidad de las medidas y las decisiones. Ahora quiero hablarles de la sinceridad, este Gobierno no está en contra de los hombres y de las mujeres, pequeños productores que trabajan con sus manos el campo. No, no, les quieren hacer creer a los pequeños productores que queremos ir por ellos. Pero no piden por los pequeños productores, piden por la totalidad de la eliminación de las retenciones, los de los pooles sojeros también, los de los grandes productores también.
Entonces, el primer ejercicio que debemos hacer todos: la Presidenta de la República y los dirigentes sectoriales es entonces decir la verdad a todos. Este Gobierno otorga compensaciones a tamberos, a productores trigueros, a invernadores, uno lo puede ver en internet, basta con ingresar a ONCCA, que es un organismo que integra la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación, compensaciones para poder sostener el precio interno de la carne, de la leche, del pan. ¿Cómo vamos a estar en contra de abordar el problema del pequeño productor, pero detrás de los pequeños productores se esconden otros intereses, los de los grandes pooles, que son los que están diciendo que es el Estado el que se quiere llevar toda la ganancia. Quiero hablarle con la sinceridad absoluta y no estoy tampoco en contra de que alguien arme un fideicomiso financiero, un pool y trabaje, este es el capitalismo y esta es la rentabilidad.
Pero, por favor, hablemos con sinceridad, hablemos con transparencia porque es, entonces, la manera como seguramente todos nos vamos a entender. No es, entonces, un problema de los pequeños productores, que dicho sea de paso escuchaba, el otro día, a alguien recordar el Grito de Alcorta. Yo quiero rendir homenaje, desde aquí, al Grito de Alcorta. Muchos jóvenes, tal vez, no sepan qué fue el Grito de Alcorta, fueron nuestros abuelos y bisabuelos. Tus abuelos Kichner seguro que llegaron a Esperanza, Santa Fe, corridos por el hambre o la política desde Europa y venían a hacerse chacareros. Los arriendos que les cobraban, el alquiler de las tierras no los dejaban vivir, los esquilmaban y surgió así el Grito de Alcorta. Y quiero también homenajear, además del Grito de Alcorta, en esta tarde, a Francisco Netri, el abogado napolitano que representaba los intereses de los chacareros contra el Gobierno conservador y que fue asesinado, en 1916. (APLAUSOS).
Francisco Netri, asesinado, en 1916, por un sicario, dicen de la aristocracia del campo, la historia. Por eso, cuando uno recuerda hay que recordar las historias completas. Y este Gobierno popular, este gobierno que me enorgullezco de encabezar, este Gobierno popular siempre va a contemplar los intereses de los pequeños productores, que no le quepa duda a nadie. (APLAUSOS).
Pero, entonces, Presidenta, qué es lo que se está discutiendo, entonces, en la República Argentina. Y yo creo que en la República Argentina se está discutiendo la distribución del ingreso y un modelo de país. Eso es lo que estamos discutiendo, argentinos y argentinas. (APLAUSOS). Ustedes habrán escuchado a muchos dirigentes políticos hablar permanentemente de la distribución del ingreso; también en letra de molde escribirse acerca de que todavía está pendiente una mejor distribución del ingreso y esto tiene que ver con el modelo de país. Lo que pasa es que hay que preguntarse a quién se refieren, porque cuando uno dice "distribuir el ingreso", yo les pregunto a los señores periodistas, a los señores políticos y a todos los argentinos: ¿el ingreso de quién? Porque esta es la gran cuestión. Escribir sobre la distribución del ingreso, es muy fácil, pero hacerlo cuesta un poco más y sino, miren lo que está pasando. (APLAUSOS)
Distribución del ingreso que tiene que ver con un modelo de país. Las retenciones no solamente son una medida antiinflacionaria para que el alimento del pueblo, de todos, de los obreros, de los que trabajan en el comercio, los que trabajan en los talleres, en los servicios, en la fábricas, hasta de los que no tienen trabajo, pueda estar accesible para todos los argentinos y quieren también un fuerte impacto distributivo porque lo hacen los sectores de más alta rentabilidad y que exportan todo. Todo es costo argentino para ellos, pero todo lo que recaudan es costo europeo, en euros, en dólares. Y esto no está mal, no tenemos que enojarnos porque haya gente con dinero en la República Argentina, no tiene que molestarnos.
Quiero decir algo -y esta sí permítanme porque es una licencia del peronismo-: el peronismo nunca planteó la lucha de clases, el peronismo nunca planteó la guerra entre los pobres y los ricos, para qué, no. (APLAUSOS) Al contrario, somos los creadores de la articulación entre el capital y el trabajo y fíjense, por estas cosas que tiene la vida, que hasta hace unos días atrás, unas semanas atrás, durante toda la campaña inclusive presidencial y durante todos mis primeros meses de gestión, los grandes titulares en cuanto a la cuestión socio-económica era qué iba a pasar con la presión gremial por los salarios. Parecía que los malos de la película en la República Argentina iban a ser los trabajadores que iban a pedir salarios para que se derrumbara el crecimiento, la producción, la actividad económica.
Nada de eso está pasando. Por el contrario, en un formidable aprendizaje histórico; los trabajadores argentinos y sus dirigentes sindicales, han comprendido que el país está primero por sobre todas las cosas. (APLAUSOS)
Pregunto yo: si los que son asalariados tienen este nivel de comprensión, de articulación con los intereses de los demás sectores, de los que aún no consiguieron trabajo o de los que aún teniendo trabajo informales ganan mucho menos, ¿cómo no podemos obtener el tema de la sensibilidad de los que más ganan?
Y aquí viene la tercera cuestión, la sensibilidad. Y bueno, alguien me podrá decir, como escuché en algún medio: "está bien, yo voy a seguir ganando plata, pero yo quería ganar más porque me correspondía más". Y es bueno, no se puede criticar a alguien por querer ganar toda la plata. Me parece que lo importante es, entonces, que entendamos cómo funciona un país. Porque junto a la sensibilidad para entender cómo funciona un país, está la viabilidad de que ese país tiene como sociedad y como Nación.
Hemos probado de todo los argentinos, hemos probado desde 1900 para adelante muchas fórmulas. La fórmula de "la Argentina del Centenario", agroexportadora únicamente la riqueza concentrada en unos pocos y el resto la "ñata contra el vidrio". Duró poco. Con el voto popular, sube al gobierno de Hipólito Yrigoyen. Luego, probaron, a partir de 1930, con los golpes militares. Luego, vinieron los gobiernos de signo popular que traicionaron el mandato y se convirtieron en los gobiernos más liberales y seguidores del Consenso de Washington. Luego, probaron con un partido popular, centenario y democrático, con un sector del progresismo, casi nos vamos todos al tacho.
Han probado de todo, pero solamente ahora llevamos en 100 años, 5 años de crecimiento sostenido y este año, si crecemos, argentinos y argentinas, va a ser el crecimiento más importante de los últimos 200 años, toda nuestra vida.
¿No les parece un buen motivo para discutir, para dialogar, para debatir? Pero el diálogo también tiene que ver con la responsabilidad. Dialogar con una pistola en la cabeza, es muy difícil, sobre todo en democracia, sobre todo en democracia, sobre todo en democracia. (APLAUSOS) No se dialoga de esa forma.
No se dialoga tres horas antes de que hable la Presidenta de la República decretando un paro, un lock out patronal, contra el Gobierno, en definitiva, contra el pueblo al quitarle los alimentos o al hacer que estos suban producto de la escasez.
¿Cómo se dialoga? El otro día leía un interesante artículo -también hay interesantes artículos en los diarios, sobre todo cuando los periodistas escriben lo que ellos piensan realmente y no lo que por ahí se sugieren que escriban los dueños de los diarios (APLAUSOS)- del periodista Zaiat que hablaba de la metodología, esencialmente, de este paro y se preguntaba qué pasa si el día de mañana los concesionarios de los peajes, por ejemplo, dicen "o me aumentan las tarifas tanto por ciento o no pasa ningún auto más". ¿Qué pasa si el día de mañana los empresarios de los distribuidores de los servicios de gas, por ejemplo, dicen "o me aumentan tanto las tarifas o no hay más gas para nadie"? ¿Qué pasa si los distribuidores de energía eléctrica me dicen "o me aumentan tanto las tarifas de energía eléctrica o no hay más energía..."? ¿Esta es la forma de negociar y de dialogar en la República Argentina? No creo. (APLAUSOS)
Creo, sinceramente, en la forma de dialogar, diálogo al que siempre estamos dispuestos. Pueden dar testimonio de ello nuestro Ministro de Economía y nuestro Jefe de Gabinete que en dos oportunidades llamaron a los dirigentes del campo y no vinieron a dialogar. Pero sepan que es necesario, no por una cuestión de fuerza, no por una cuestión de orgullo, sino de responsabilidad institucional de una Presidenta de la República de que no puede negociar sin que hayan levantado las medidas de fuerza que extorsionan a la población. (APLAUSOS)
Es una cuestión no de respeto a la Presidenta, de respeto a la democracia, a las reglas de la democracia, sobre todo con gobiernos que hemos sido elegidos por el voto popular. (APLAUSOS)
Y sobre esto, sobre el voto popular y la responsabilidad, es también de lo que quiero hablar. Mucho se ha hablado de la calidad institucional en la República Argentina, calidad que parece ser sólo se le demanda a cierto sector. También, y permítanme la digresión, he visto que algunos diferencian según si el que hizo un piquete es de un color de piel y entonces está bien y si es el piquete de uno de color rubio está mal. Así no se construye sociedad, así no se construye democracia, así no se construye libertad de prensa. Se construye libertad de prensa cuando se trata a todos por igual, independientemente del color de la piel o del apellido. Eso es libertad de prensa y eso es democracia en la República Argentina y en todas partes. (APLAUSOS)
Pero les decía sobre la responsabilidad. Yo entiendo también a los dirigentes del sector, de todos los sectores, tanto como si me toca hablar con los de un sector sindical como de un sector empresarial, representan los intereses de los sectores, unos, los sectores populares y, otros, los sectores del capital, todos necesarios a la hora de construir país y nación.
Pero también quiero que sepan qué intereses represento yo. Yo represento los intereses, no solamente de los que me votaron, que fueron muchos, sino también de los que no me votaron. Yo represento, además, los intereses de lo que dije en la campaña electoral, porque hay otra cosa de la que nadie habla. Si hoy un dirigente rural tiene la representación de su sector, yo también tengo la representación de lo que dije qué iba a hacer como Presidenta de la República Argentina, porque eso es calidad institucional. (APLAUSOS)
Yo dije en mi campaña que el eje era la inclusión social, que íbamos a trabajar por la distribución del ingreso. Me preguntaron muchísimas veces acerca de las retenciones y dije que no se podían modificar, porque no solamente eran redistributivas, sino porque además ayudaban a sostener los precios de los principales alimentos de los argentinos.
Sin embargo, hubo otra fuerza política a la que escuché criticar en estos días y que ganó aquí en la Ciudad de Buenos Aires, una importante elección -no hay que silbar a nadie-, 60 por ciento de los votos, absoluta legitimidad política y social. En la campaña, sin embargo, cuando le preguntaban si iban a aumentar los impuestos, lo negaron terminantemente. Luego, aumentaron los impuestos inmobiliarios de los sectores más pudientes, con lo cual estoy de acuerdo, yo soy vecina también de la Ciudad de Buenos Aires. Estoy de acuerdo con que cuando uno vive en un barrio con servicios y en lugares que denotan un alto poder adquisitivo, uno tenga que pagar más impuestos, está muy bien que sea así. (APLAUSOS)
Ahora, lo que no se entiende, cuando uno ve algunas paquetas señora vecinas de donde yo vivo gritar con tanto entusiasmo contra retenciones que se distribuyen entre el pueblo y aplaudir tanto a los que en definitiva les aumentan los impuestos a ellas, con la misma lógica que estamos empleando, ustedes no me habrán escuchado una sola palabra. Sé que hubo dirigentes de nuestro sector que no estuvieron de acuerdo con esto, no habrán escuchado una sola palabra de esta Presidenta al respecto.
Y, entonces, ¿de qué naturaleza es el conflicto para algunos sectores? De una naturaleza política. Pero no política por partido, política por modelo de país. También soy consciente de que parte de esas cacerolas que el otro día estaban en la calle, son nuestra política de derechos humanos, no tengo ninguna duda tampoco. (APLAUSOS) Bastaba ver las caras que había de algunos defensores y defensoras de los genocidas junto a otros dirigentes autodenominados revolucionarios que proclaman la reforma agraria. En fin, uno podía ver de todo.
Yo lamenté que Enrique Santos Discépolo no estuviera vivo, lamenté sinceramente, argentinos y argentinas, que Enrique Santos Discépolo no estuviera vivo, hubiera superado "Cambalache siglo XX" si hubiera visto algunas escenas como me tocaron ver a mí, inclusive en la puerta de Olivos cuando algunos nos gritaban "no queremos a Cuba, no queremos a Evo Morales, no queremos a Chávez". ¿Qué tiene que ver todo esto con los intereses de los pequeños productores rurales? (APLAUSOS) ¿Qué tiene que ver? Nada. (APLAUSOS)
Esta es la cuestión del modelo de país, que es en definitiva lo que uno propone cada cuatro años cuando va a elecciones, y entonces los argentinos deciden quién es su presidente o su presidenta. Porque cada uno de nosotros se presenta y dice qué es lo que quiere hacer con el país.
Yo les dije, hermanos y hermanas, a todos los argentinos y a las argentinas, lo que quería hacer. Quería continuar la gestión y la obra de ese hombre que está sentado allí que llevó a la Argentina desde el infierno, como a él le gustaba decir, a esto que no sé si será el purgatorio o la entrada del cielo pero que sí es otra argentina diferente.
Por eso, yo quiero convocar a todos los argentinos al diálogo, pero, fundamentalmente, al sector que hoy todavía corta algunos caminos, que todavía no ha levantado la medida de fuerza. Yo les pido, humildemente, como Presidenta de todos los argentinos y en nombre de todos los argentinos, que levanten el paro para entonces sí dialogar, levanten el paro. Humildemente, levanten el paro y vamos a dialogar. (APLAUSOS)
Por favor, en nombre del género les pido que cambien esa consigna, acuérdense que tienen una compañera Presidenta. Así que es hora de que actualicen consignas, compañeros y compañeras. Pero bueno, vale la intención.
Quiero decirles, argentinos y argentinas, que creo profundamente en el diálogo, pero creo profundamente en el diálogo democrático, donde cada uno expone sus posiciones, sus intereses y, entonces, quién tiene que tomar la decisión, la toma. Es imposible muchas veces en función de gobierno, tomar una medida que deje contentos al ciento por ciento. Es mentira el que dice eso, es porque nunca gobernó o que no sabe qué es la distribución del ingreso.
Alguien que me habla de la distribución del ingreso y me dice que podemos tomar medidas que dejen contentos y satisfecho a todo el mundo, no está hablando de distribución del ingreso, está haciendo un discurso electoral nada más, no está hablando de distribución del ingreso, está haciendo un discurso electoral. (APLAUSOS)
Por eso, con la legitimidad que en este país, por suerte a partir de 1983, tenemos quienes hemos sido electos por el voto popular, con la legitimidad que también nos da haber llevado adelante una política que va a empezar su quinto año de crecimiento consecutivo en el mejor ciclo económico que recuerda la historia, con la legitimidad que nos da que en este proyecto económico, social, político y cultural han crecido todos, ha crecido el campo, ha crecido la industria, los trabajadores han recuperado el trabajo perdido, el salario, estamos recuperando de vuelta un lugar en la Tierra, argentinos, un lugar en el mundo, nuestro lugar, la República Argentina, en nombre de esas legitimidades, la del pueblo, la del resultado económico y, fundamentalmente, para que todos los argentinos y para que todas las argentinas podamos vivir mejor, los convoco al diálogo en serio, desde aquí. (APLAUSOS) Las puertas de la Casa de Gobierno están abiertas, pero por favor, levanten las medidas contra el pueblo.
Quiero agradecer la presencia de hombres y mujeres que no son de mi partido, pero que tienen una convicción profunda en un modelo de inclusión social de crecimiento económico; quiero agradecer la presencia de dirigentes sindicales, de organizaciones sociales; quiero también agradecer el apoyo recibido por muchos ciudadanos y ciudadanas que me dicen todo el tiempo "no afloje" y yo quiero decirles que desde la alta responsabilidad que tengo como Presidenta de la República Argentina, voy a hacer lo que le prometí a los argentinos antes de que emitieran su voto: representar los intereses de todos.
Muchas gracias, muchas gracias argentinos, muchas gracias argentinas, con el corazón, como siempre, con el corazón. (APLAUSOS)