La Presidenta participó de la Cumbre del Grupo Río

Cristina Fernández pidió a los mandatarios reunidos reafirmar el rechazo a la unilateralidad y abordar legal e institucionalmente los problemas de la región.

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Cristina Fernández participó, junto a otros 12 mandatarios de la región, de la vigésima reunión de Jefes de Estado y Gobierno del Grupo de Río. El encuentro se desarrolló en la sede de la Cancillería dominicana y tuvo como eje principal del debate el conflicto entre Colombia y Ecuador, luego de que el ejército colombiano incursionara en territorio ecuatoriano para atacar un campamento de las FARC.

Al hacer uso de la palabra, la mandataria argentina se mostró a favor de un diálogo "amigable" para el debate de la situación regional que debe ser encarado desde la legalidad y la multilateralidad. "Es imprescindible, colegas, que no ingrese en nuestra región la doctrina de la unilateralidad", remarcó Cristina Fernández, "si lo permitimos, estaremos perdiendo un patrimonio de la política exterior latinoamericana que es exhibida como un logro en todos los foros internacionales."

En este contexto la Presidenta subrayó la figura del "Canje Humanitario" y las liberaciones obtenidas tras las negociaciones con las FARC; pero pidió a sus pares continuar el debate y llevar adelante sólo acciones que se encuentren enmarcadas en lo legal y reconstruir la multilateralidad "para vivir en un mundo mejor y más seguro".

Antes del discurso de la primera mandataria, los presidentes de Colombia, Álvaro Uribe, y de Ecuador, Rafael Correa, habían tenido un duro cruce de acusaciones, que incluyó al presidente venezolano Hugo Chávez. La primer mandataria de Chile Michelle Bachelet, el nicaragüense Daniel Ortega, el presidente boliviano Evo Morales, el jefe de Estado de Panamá, Martín Torrijos Espino y el de México, Felipe Calderón, también hicieron uso de la palabra. Llegando al final de la cumbre, Rafael Correa dio por superado el conflicto con su par colombiano, luego de que Uribe presentara un pedido de disculpas por escrito y su compromiso de que no volverá a violar la soberanía de otros países. Tras este acuerdo, ambos presidentes estrecharon sus manos, acompañados de Hugo Chávez, y a pedido del anfitrión de la cumbre, Leonel Fernández, presidentes de la República Dominicana.