El presidente Mauricio Macri recibió en la Casa Rosada al sacerdote católico argentino Pedro Opeka, quien desde hace casi 50 años lleva adelante una obra humanitaria en Madagascar, donde rescató de la pobreza a decenas de miles de personas y las ayudó a tener un proyecto de vida.
El Padre misionero le comentó al Presidente detalles de su labor, por la cual les inculcó a los habitantes de ese país africano la importancia del trabajo, la educación, la disciplina como valor personal y el respeto a las normas de convivencia.
El Jefe de Estado destacó la importancia de que sea un sacerdote argentino el que esté mejorando la realidad de la sociedad melgache.
Participaron del encuentro la primera dama Juliana Awada; el canciller Jorge Faurie; la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley; el secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana; el secretario de Culto, Santiago de Estrada, y el subsecretario del área, Alfredo Abriani.
Opeka concurrió a la audiencia acompañado por su hermana y dos voluntarias de aquel país, una de las cuales nació en una zona de extrema indigencia, pero con la ayuda del padre pudo estudiar y graduarse de profesora de francés.
Nacido hace 70 años en el partido bonaerense de San Martín, Opeka es miembro de la Congregación de San Vicente de Paul. En 1970, cuando tenía 22 años, viajó por primera vez a la isla ubicada en el Océano Indico, una de las naciones con mayor vulnerabilidad social.
Fue propuesto en distintas oportunidades por Eslovenia, el Principado de Mónaco y Francia como candidato al Premio Nobel de la Paz.
Por su obra es conocido popularmente como “la Madre Teresa con pantalones” y “el Albañil de Dios”.
Ordenado sacerdote en la Basílica de Luján en 1975, un año después se hizo cargo de la Misión de Vagaindrano, al Sur de Madagascar, donde formó a jóvenes sumidos en la miseria y les enseñó a construir viviendas gracias a sus conocimientos de albañilería, el oficio de su padre.
Con la colaboración de un grupo de estudiantes universitarios, en 1990 fundó la Asociación Humanitaria Akamasoa (“Los buenos amigos”), a través de la cual logró tierras fiscales y ayuda económica para adquirir materiales, herramientas, comida y semillas.
En la actualidad más de 20 mil malgaches tienen su propia casa en los cinco pueblos que levantó la Asociación, cuyo lema principal es “todos tienen que trabajar para cambiar la realidad”.
Akamasoa también ofrece empleo para la explotación de canteras y la fabricación de muebles y artesanías, además provee escuelas para los chicos y dispensarios de salud.
Durante su estada en la Argentina, Opaka presentará su nuevo libro y celebrará misas en parroquias de la Ciudad de Buenos Aires y del conurbano bonaerense, a la vez que visitará Santa Fe, Mar del Plata y Miramar.
Además, recibirá distinciones en el Senado de la Nación, la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA), la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA), y la Embajada de Uruguay.