El Gobierno remarcó que se han cumplido los objetivos trazados en materia económica para el año 2017, anunció un recálculo de metas y ratificó el propósito de seguir equilibrando las cuentas públicas, combatir la inflación, reducir la pobreza y trabajar para atraer más y mejores inversiones al país.
“El 2018 va a ser mejor que el 2017, así como el 2017 fue mejor que el 2016”, puntualizó el Jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, en una conferencia de prensa realizada en la Casa Rosada en que ratificó los lineamientos que el Gobierno estableció para los próximos años.
Lo acompañaron en el contacto con los periodistas, los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne, y de Finanzas, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.
Peña señaló que “podemos recalibrar algunas cuestiones que no van a transformar el sentido ni la orientación ni el foco de los objetivos de nuestra política económica que es combatir la pobreza, reducir la desigualdad y lograr un país más justo y un crecimiento sostenible para todos”.
Agradeció especialmente a los senadores y diputados de la Nación por su “capacidad de construir consensos” y por los “aportes y mejoras” que permitieron lograr la sanción de leyes fundamentales para encarar una nueva etapa en la Argentina con mejores perspectivas.
“Tanto del Interbloque de Cambiemos como de distintos bloques opositores, que han demostrado responsabilidad y vocación de que el país salga adelante, independientemente si están o no en el Gobierno”.
Sostuvo que “en general podemos decir que se han cumplido los objetivos para 2017 en materia económica. Centralmente, el dato más importante para nosotros es que la economía argentina volvió a crecer”.
“Tal como hablábamos hace un año” cuando “muchos tenían genuinas dudas porque veníamos saliendo de un año de recesión”, añadió.
Remarcó que el país inició ese proceso “en forma sustentable y sana” que confirma que “vamos a tener otro año de crecimiento” en 2018 y “podemos augurar un sendero de crecimiento para los próximos”.
Dijo que las medidas que adoptó el Gobierno apenas asumió tuvieron como objetivo “evitar una crisis económica” y revertir las variables que “nos indicaban que podíamos estar en situación similar a otros quiebres en la Argentina”.
Advirtió que el país necesitaba “encontrar un consenso básico sobre la cuestión fiscal, entendiendo que no podemos vivir permanentemente en déficit”.
“Tenemos que tener equilibrio para que, de esa forma, no depender de la deuda, no depender del ahorro de otros países”, apuntó.
Subrayó que la Argentina pudo salir de esa situación “sin trauma, sin crisis” y “protegiendo a los sectores más vulnerables” y recordó que encara un “récord de inversión para la protección social”.
En ese sentido, señaló que se ha “consolidado el sendero de la baja” del costo de vida y resaltó que el Gobierno seguirá trabajando “para eliminar la inflación de la economía argentina”.
Peña también destacó “el diálogo y la construcción de consensos con los gobernadores” que posibilitaron acordar un paquete de ocho proyectos de ley para asegurar el proceso de normalización de la economía y mejorar los niveles de empleo.
Dijo que ese acuerdo consolida el proceso de “reducción de déficit, ordenamiento de las cuentas públicas, nacionales, provinciales, municipales para ir logrando cuentas públicas saludables que permiten también avanzar con el otro gran objetivo que tenía que ver con la cuestión de la inflación”.
Remarcó que “no hay ninguna razón para que este país esté en una situación de pobreza y falta de desarrollo” y dijo que “depende de nosotros salir de esa situación”.
También puso de relieve la labor de los equipos de gobierno compuestos por “excelentes profesionales y personas, con una misma visión de trabajar en equipo, siempre bajo la conducción de nuestro Presidente”.
El ministro Dujovne dijo, a su vez, que “queremos ratificar el objetivo de equilibrar las cuentas públicas y juntos derrotar la inflación”.
Subrayó que ese combate “es imprescindible para bajar la pobreza y erradicar el impuesto inflacionario a los que menos tiene” y hacerlo con “más inversión y de más calidad”.
Señaló que las metas inflacionarias fueron recalibradas al 15 por ciento para 2018, 10 por ciento para 2019 y 5 por ciento para 2020.
“Esas metas son consistentes con el resto del programa macroeconómico y simplemente implican retrasar un año - de 2019 a 2020 - el objetivo de alcanzar un nivel de inflación del 5 por ciento”, explicó.
Además, señaló que las metas fiscales de reducción de déficit primario fueron fijadas en 3,2 por ciento para el año que viene, 2,2 por ciento para 2019 y 1,2 por ciento para 2020 respecto del PBI.
Respecto del financiamiento monetario del déficit fiscal (transferencias del Banco Central al Tesoro) habrá una reducción significativa, con una meta de 140.000 millones de pesos en 2018 y de 70.000 millones en 2019
Así, las transferencias del BCRA pasarán de 4,4 por ciento del PBI en 2015 al 1,1 por ciento en 2018 y del 0,5 por ciento en 2019.
“Ratificamos nuestro compromiso antiinflacionario, y cuando estamos corriendo los objetivos un año, simplemente tomamos nota de que hoy tenemos más información que la que disponíamos en enero de 2016 pero redoblamos los esfuerzos para alcanzar las metas planeadas”, puntualizó.
Dujovne sostuvo que “el esfuerzo fiscal que hemos hecho este año es importante” y señaló que “el gasto de la administración pública nacional ha bajado 1,1 punto del PBI”.
Dijo que ese hecho “no se había verificado en esta magnitud nunca en la Argentina excepto en situaciones de crisis, con licuaciones, con inflación, pero no había ocurrido en un año en que la economía creciera y bajando la inflación”.
Del mismo modo apuntó que esa reducción del gasto “nos ha permitido también bajar la presión tributaria, que en la Argentina se sitúa hoy en el 30,4 por ciento, comparado con el 32 en el 2015”.
Afirmó que con “este escenario macroeconómico, la situación fiscal, una deuda pública que es sostenible, con un país que es solvente, cumpliendo sus metas de inflación, embarcado con mucha responsabilidad en su política antiinflacionaria, la Argentina va a crecer al 3,5 por ciento por lo menos durante los próximos años”.
“Y eso es crucial para cumplir con el objetivo que se ha planteado este gobierno de bajar la pobreza”, enfatizó.
En tanto, el ministro Caputo destacó que en materia de financiamiento “hoy estamos pudiendo llevar este camino gradual hacia el equilibrio porque hemos logrado reducir nuestra tasa de manera sustancial, abrupta”.
“Hoy nos estamos financiándonos a las tasas más bajas de nuestra historia, incluso si la comparamos con las de los años 90, cuando la Argentina lo hacía a niveles de 11, 12 y medio”, señaló.
“Y ni contar en la década pasada cuando hemos llegado a pagarle 15 por ciento a Venezuela”, recordó.
Dijo que el Gobierno buscará “ir aumentando cada vez más el nivel de financiamiento en el mercado interno y en lo posible en moneda nacional para ir reduciendo la dependencia externa”.
Sturzenegger sostuvo que el proceso económico que está atravesando el país “muestra un proceso de desinflación acelerado y sostenido” que “en algunos momentos opera más rápido y en otros más despacio, pero la dirección es totalmente incuestionable e incontrastable”.
“Esto quiere decir que a partir de 2020 la inflación deja de ser una fuente de financiamiento para el gobierno en la Argentina”, resaltó.
El titular del Central dijo, además, que respecto del tipo de cambio relativo a los precios, “hoy Argentina está un 23 por ciento más competitivo que previo a la salida del cepo”.