Una estructura con forma de cúpula, denominada “domo” y diseñada por dos emprendedores cordobeses, se instaló en las inmediaciones de la base Esperanza, en la Antártida, con el asesoramiento del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

El refugio tiene una superficie de 12 metros cuadrados y un revestimiento conformado por tres capas de materiales compuestos: tanto en el exterior como en el interior posee fibra de vidrio y en el medio espuma de poliuretano.

Durante un año la estructura estará sujeta a diferentes evaluaciones, que permitirán hacer los ajustes correspondientes para que el producto pueda utilizarse en condiciones adversas como las que se presentan en la Antártida, donde la temperatura promedio suele oscilar entre los 20 y los 40 grados bajo cero.

Además de las bajas temperaturas, otra limitación que encuentran los científicos e investigadores es la distancia entre sus campamentos y bases, distribuidos en un territorio que tiene alrededor de un millón y medio de kilómetros cuadrados.

Con el objetivo de brindar una solución a esta problemática dos emprendedores cordobeses diseñaron este refugio experimental móvil, con una estructura semiesférica, que permite que el aire se mueva en forma circular y el calor se distribuya de manera uniforme.

El domo se puede construir en apenas un día mediante un ensamblado en seco de paneles, que encastran entre sí y se ajustan con tornillos de acero inoxidable para formar una estructura autoportante.

“Desde el INTI asesoramos al emprendimiento en las normativas vigentes para el sector. Además, brindamos asistencia integral en tecnologías blandas, en aspectos técnicos y en la formulación de un proyecto que recibirá el financiamiento del Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica para evaluar y optimizar el diseño del dispositivo”, detalla el director del Centro Aeronáutico y Espacial del Instituto Julio Sánchez.

Por su rápido ensamble, el nuevo producto es ideal para aquellos asentamientos que se mueven constantemente o para lugares de difícil acceso. También tiene un alto potencial de implementación en el turismo de alta montaña, teniendo en cuenta que Argentina es el tercer país del mundo con mayor cantidad de formaciones que rondan los 6 mil metros de altura.