La Argentina exportó por primera vez un cargamento de 10 toneladas de pilas y baterías en desuso, que fueron recolectadas en la Ciudad de Buenos Aires, como parte de la implementación de un programa que busca dar una solución para desechar las pilas agotadas sin contaminar el ambiente.
Las pilas, que en este caso habían sido recolectadas entre 2008 y 2009, pudieron exportarse gracias al trabajo conjunto del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, a través de la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental, y de la Agencia de Protección Ambiental del Gobierno de la Ciudad.
El material en desuso fue enviado para su tratamiento y recuperación en la localidad francesa de Saint-Quentin-Fallavier, ya que en la Argentina no existen plantas de reciclados de metales.
El programa tiene como objetivos disminuir la generación de residuos, reforzar la toma de conciencia sobre la peligrosidad del entierro de las pilas y las baterías en desuso, y evitar que la disposición final sea en basurales.
A mediados del año anterior, se habían exportado 50 toneladas de plaquetas electrónicas en desuso con destino a Bélgica, que sirvió como inicio de un negocio exportador que para la Argentina podría significar fuertes ingresos de divisas.