Científicos del CONICET confirmaron la persistencia de la bacteria de la tos convulsa

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Un grupo de científicos del Conicet certificó la persistencia de la bacteria Bordetella pertussis, que causa la tos convulsa, una enfermedad que afecta anualmente a millones de niños en todo el mundo, y cuya única forma de prevención es la vacunación.

El resultado de la investigación fue publicado en la revista Pathogens and Deseases (Patógenos y Enfermedades), y explica la forma en que la bacteria Bordetella pertussis evade el sistema inmune.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la tos convulsa es una causa importante de morbilidad y mortalidad infantil.

Se estima que a escala global hay alrededor de 50 millones de casos por año y 300 mil muertes.

Este hallazgo de los científicos argentinos permite entender no sólo cómo estas bacterias persisten en poblaciones adultas, sino también cómo lo hacen sin causar síntomas.

Anteriormente, el grupo de investigadores ya había demostrado en 2010 que este microorganismo sobrevive dentro de los macrófagos humanos, uno de los tipos celulares del sistema inmune encargado de combatirla.

María Eugenia Rodríguez, investigadora principal del CONICET y una de las autoras de la investigación, explicó que “la bacteria permanece como en un estado de latencia dentro de estos macrófagos y las demás células del sistema inmune no lo ‘ven’ como infectado porque Bordetella pertussis regula todos los mecanismos que lo harían detectable”.

“Es lo que se denomina un portador asintomático y explica por qué esta bacteria ha persistido durante décadas en poblaciones vacunadas y en adultos que no tosen”, añadió.

El Calendario Nacional de Vacunación incluye cuatro vacunas para dar inmunidad contra la tos convulsa: la pentavalente, que se aplica a los 2, 4 y 6 meses; la cuádruple, a los 18 meses; la triple bacteriana celular, al ingreso escolar; y la triple bacteriana acelular, que se aplica a los 11 años.

También se suministra al personal de salud que atiende a niños menores de un año y a los convivientes de niños prematuros de menos de 1,5 kilogramos de peso.

En tanto, para prevenir de la enfermedad a los niños menores de seis meses, se les da vacunación a las mamás cuando están embarazadas a partir de la vigésima semana de gestación.

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