En 1515, una expedición a cargo de Juan Díaz de Solís llegó al Río de la Plata y divisó la isla. Allí vivían guaraníes y charrúas que combatían a los conquistadores. A lo largo del siglo XVI, la isla fue visitada por diferentes expediciones.
La primera vez que los europeos arribaron al actual territorio argentino fue en 1516, cuando Juan Díaz de Solís pisó el suelo de la isla Martín García. Su expedición desembarcó en la isla con 60 hombres y tres naves.
La isla recibe su nombre en honor al despensero de la expedición de Juan Díaz de Solís que falleció en su costa. Para honrar al tripulante desaparecido, Solís decidió bautizar con su nombre a la isla.
Fotografía: María Paula Pia para Casa Rosada - Presidencia de la Nación
Martín García es una isla del Río de la Plata bajo soberanía argentina rodeada de aguas uruguayas. Se encuentra a 37,5 kilómetros de distancia de la costa argentina y a 3,5 kilómetros de la uruguaya. Tiene una superficie de aproximadamente 168 hectáreas y una población estable de unos 120 habitantes. Constituye una reserva natural de uso múltiple, según el Tratado del Río de la Plata de 1973.
Y luego del "descubrimiento"…
Españoles y portugueses se disputaron la isla durante la época colonial por más de dos siglos. Era tan importante su posición estratégica que fuerzas militares se establecieron en ella desde mediados del Siglo XVIII.
Luego de la Revolución de Mayo de 1810 la isla fue ocupada por los realistas. En 1811 el Primer Triunvirato dio inicio a la tradición de la isla como lugar de reclusión. Allí eran llevados los soldados condenados que se negaban a cumplir órdenes de sus superiores.
Fotografía: María Paula Pia para Casa Rosada - Presidencia de la Nación
Durante el Segundo Triunvirato, el ministro de Hacienda, Juan Larrea, quiso terminar con la ocupación realista en la isla. Fue recién en el combate de Martín García en 1815 que la tropa de Guillermo Brown logra expulsarlos. Desde entonces la isla quedó en manos de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
La disputa por la Banda Oriental culminó en 1825, cuando Brasil le declaró la guerra a las Provincias Unidas, bloqueó el Río de la Plata y tomó Martín García. Brown la recuperó y luego, entre 1826 y 1827, sus victorias reafirmaron nuestra soberanía.
Los ingleses también tuvieron su rol protagónico a mediados del siglo XIX cuando ocuparon la isla desde 1845 hasta 1850. Fue devuelta en 1852 a la Confederación Argentina.
Fotografía: María Paula Pia para Casa Rosada - Presidencia de la Nación
A finales del siglo XIX el proceso de inmigración trajo enfermedades, epidemias y contagios. En esa época Martín García se convirtió en un centro de aislamiento para enfermos.
En 1870 se creó el Salón Urquiza, que funcionó como salón de fiestas y reuniones importantes. En 1920 sufrió un incendio que destruyó el interior casi por completo. Ese mismo año fue reparado y se agregaron ocho palcos. En 1933 fue convertido en cine.
Durante el siglo XIX la isla recibió amotinados, anti reformistas clericales, indios capturados en la Campaña del Desierto. En 1896 el presidio pasó a ser exclusivamente militar. En 1945 el general Juan Domingo Perón estuvo preso en la isla.
La propuesta se basaba en dos líneas de pensamiento. Por un lado, se inspiraba en el modelo de federación de los Estados Unidos, en el cual su capital, Washington DC, no depende de ningún estado.
Por otro, en la posición geopolítica de Martín García que, por su carácter insular e independiente, otorgaría a los tres estados (Confederación Argentina, República Oriental del Uruguay y Paraguay) igualdad para negociar la navegabilidad de los ríos Uruguay y Paraná y equilibrio para comerciar libremente.
Que Martín García se convirtiera en Argirópolis (del griego Άργυροπόλις "ciudad de la Plata") también podría fin a la rivalidad entre Buenos Aires y Montevideo dándole importancia a Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos y Asunción. También, facilitaría la devolución de la isla, ocupada entonces por franceses.
Para Sarmiento, la división y las guerras civiles en las provincias argentinas entre unitarios y federales y el sitio de Montevideo, convertía a la región en presa fácil del Brasil, eterno rival del Plata. En 1852 cuando Juan Manuel de Rosas fue derrocado, la propuesta de crear Argirópolis quedó en el olvido.
En épocas del Virreinato del Río de la Plata, Buenos Aires era una suerte de aldea que las frecuentes lluvias convertían en un lodazal. Para revertir esta situación, el virrey Nicolás de Arredondo se propuso mejorar las calles. Por carecer de fondos, impuso como gravamen a las lanchas del río a traer piedras cada tanto. De este modo comenzó el adoquinado de la Plaza Mayor.
La piedra utilizada para hacer adoquines provenía de la isla Martín García, enorme cantera natural. Los penados eran los encargados de realizar la extracción y el traslado del granito hasta el muelle.
En 2013, los adoquines de las calles de la ciudad Autónoma de Buenos Aires fueron declarados Patrimonio Cultural. Hoy Buenos Aires conserva desde hace décadas 4.000 cuadras de adoquines de las 26.000 que existían.