Una misión de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hará la última evaluación destinada a certificar a la Argentina como país libre de paludismo, una enfermedad potencialmente mortal causada por la infección de un parásito.

El secretario de Gobierno de Salud, Adolfo Rubinstein, recibió a la comitiva de la OMS, quienes llevarán a cabo las tareas de certificación.

El proceso implica demostrar la ausencia de casos autóctonos como mínimo en los últimos tres años, como así también mantener un sistema de vigilancia que garantice la detección precoz de los casos importados, asegurar el diagnóstico y el tratamiento oportuno y adecuado, e implementar la vigilancia y control vectorial de los mosquitos del género Anopheles.

“Hemos hecho un esfuerzo importante para generar todo lo que hace al entrenamiento y la capacitación de los equipos técnicos, tanto en lo vinculado a la detección clínica como a la vigilancia epidemiológica, el control vectorial, el diagnóstico y el tratamiento”, afirmó Rubinstein.

Las actividades de la comitiva internacional incluyen distintas reuniones técnicas y visitas de campo en Salta y Jujuy, hospitales e institutos como el laboratorio Nacional de referencia de malaria dependiente de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos (ANLIS).

También concurrirán al Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas y al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), vinculados con el manejo de insecticidas y el sector agrícola.

Los últimos brotes registrados de paludismo en el país fueron en Misiones en 2007 y en Salta en 2010, año en que se notificaron los últimos casos autóctonos por Plasmodium vivax, una de las especies de parásitos que causan el paludismo (o malaria), luego solo se presentaron casos importados.

En 2018 hubo 23 casos confirmados: 19 fueron diagnosticados, notificados y tratados en Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el resto fueron en Mendoza (2), Santa Fe y Córdoba.

En cuanto a la procedencia de los casos, se observa que 65 por ciento procedieron de Venezuela, tres de Nigeria, dos de Perú, uno de Tanzania, uno de Camerún y uno de Mozambique.