Con el objetivo de reducir el índice de accidentes domésticos, vinculados a la utilización de cunas para niños, especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) están trabajando junto con la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) en una nueva normativa para la regulación de estos muebles.
La reglamentación está centrada en los parámetros de seguridad que deberá cumplir la fabricación de las cunas, tanto importadas como las que se confeccionen en el país, ya que la normativa vigente data de comienzos de la década del ‘90.
Una de las modificaciones tiene que ver con el recubrimiento de las cunas, dado que hace dos décadas atrás los barnices y pinturas que se comercializaban contenían plomo, pero actualmente este elemento químico no está permitido.
Además, se establecerá una medida superior a los 60 centímetros para los laterales y una distancia entre los barrotes que promedien los cinco centímetros.
También se prohíbe las ruedas, las barandas móviles, las fundas plásticas de los colchones y los materiales potencialmente tóxicos. Por último, exige un ajuste perfecto del colchón, para que los niños no tengan espacio para introducir las manos o los pies.
La SAP también recomienda evitar el uso de juguetes colgantes, bolsas, láminas de plástico y objetos pequeños en las cunas, y si los barrotes laterales no son fijos, su mecanismo de ascenso y descenso debe ser tal que solo pueda operarlo un adulto y no pueda ser realizado por el niño.
Y de ahora en más será obligatorio que estos productos contengan un manual de instrucciones para que los usuarios conozcan qué se debe hacer ante determinadas situaciones.