Un grupo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) colaboraron con el desarrollo en San Juan de un sistema de robótica y automatismo para controlar en forma más eficiente el desarrollo de los cultivos de la provincia.
La técnica apunta a obtener la mayor información, tanto espacial como temporal y optimizar las tareas de monitoreo de riego, vehículos terrestres y aéreos (drones).
Debido a cuestiones climáticas, con suelos áridos, semiáridos y escasas lluvias, en esta provincia se utiliza habitualmente la agricultura intensiva, basada en obtener gran cantidad de alimentos en espacios reducidos, con una gran inversión en riego, energía e insumos.
En consecuencia, el desarrollo de los cultivos depende totalmente del riego artificial, pero con la implementación de técnicas modernas se pueden plantar más vides, olivos, frutales y hortalizas con mejores resultados.
Para ello, los investigadores del INAUT desarrollaron sistemas robóticos y automatismos para la asistencia en tareas agrícolas de la región.
Uno de los prototipos es el sistema de riego de precisión, con sensores de humedad del suelo y temperatura ambiente, que regulan la cantidad de agua que necesitan los cultivos para alcanzar el nivel de madurez deseada.
Esto permite controlar el encendido del equipo de riego y accionar las válvulas de cada sector de riego de manera remota y automatizada.
Además, el control de las bombas tiene una estrategia de riego programada con secuencias, tiempos y cantidades, que se puede modificar y ajustar.
En materia de vehículos terrestres, los investigadores del Instituto instrumentaron y adaptaron un vehículo de tipo cuatriciclo para obtener información de la plantación y relevar mapas con información fitosanitaria, estructural y biológica del cultivo, que es captada con sensores o cámaras de visión o infrarrojas.
En cuanto a los sistemas aéreos, los ingenieros del Instituto de Automática (INAUT) desarrollaron prototipos de drones que mediante sensores permiten conocer datos de estructura, humedad y temperatura de los cultivos.
Los vehículos aéreos no tripulados pueden ser manejados en forma manual, teleoperados desde una estación base en una computadora o mediante un GPS.
Tienen distintas configuraciones: dos, tres, cuatro o más propulsores, aunque uno de los desafíos que esperan superar los científicos es el de aumentar la autonomía de vuelo.
A los drones se les agregan cámaras para dar información complementaria a la que proporcionan los vehículos terrestres, lo que genera un monitero más rápido pero más general.
Otro de los aspectos que estudian es la teleoperación –trabajo a distancia- de los diferentes vehículos para optimizar las tareas en aquellas áreas de difícil accesibilidad.
“A esta información obtenida a campo, vamos a integrarla con información adquirida desde instrumentos montados en los vehículos terrestres que circulen en la plantación y en los drones. La idea es juntar y procesar todos esos datos para obtener informes y tendencias útiles para que el productor tome decisiones de forma rápida y acertada”, explicó Santiago Tosetti, investigador asistente del INAUT.