La Dirección Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiNaCEI), que funciona en la órbita del Ministerio de Salud, comenzó a distribuir la vacuna antigripal a las 24 jurisdicciones del país.
La primera etapa contempla la distribución de 1,5 millones de dosis, de un total de 7,4 millones de vacunas, distribuidas en 5,6 millones para adultos y 1,8 millones para menores de edad. Las vacunas estarán disponibles de forma gratuita en los hospitales y centros de salud públicos de todo el país. Este año las dosis estarán compuestas por dos cepas diferentes a las disponibles en 2015 correspondientes a la H3N2 e Influenza B, además de la cepa Influenza A H1N1.
La gripe o influenza es una enfermedad viral respiratoria que se presenta habitualmente en los meses más fríos del año, y la vacuna está indicada anualmente para prevenir complicaciones y muertes por gripe en grupos de riesgo, conformados principalmente por niños, embarazadas, mayores de 65 años y el personal sanitario.
Los síntomas gripales suelen aparecer a las 48 horas de efectuado el contagio y la mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico. Es recomendable vacunarse durante el otoño, antes del momento de mayor circulación del virus de la gripe. De todas formas, en caso de no haberse vacunado en esa época y pertenecer a los grupos de riesgo, la vacunación también puede y debe ser efectuada mientras haya circulación viral en la Argentina.
La vacuna antigripal forma parte del Calendario Nacional de Vacunación y debe ser recibida por personas expuestas a mayor riesgo de sufrir complicaciones, como el el personal de salud; las embarazadas en cualquier trimestre de gestación y las puérperas hasta el egreso de la maternidad, como máximo a 10 días del parto si no la recibieron durante el embarazo; los niños de entre 6 y 24 meses de edad inclusive; y las personas de entre 2 y 64 años, inclusive, con factores de riesgo como enfermedades cardíacas, respiratorias, renales crónicas, inmunodepresión, diabetes y obesidad, entre otras; y todas las personas mayores de 65 años.