Esta galería vidriada, un espacio de paso y originalmente sin cerramientos, se convirtió en un ámbito cerrado como parte de las remodelaciones decididas por Roque Sáenz Peña hacia 1910. Este presidente fue el único mandatario que utilizó la Casa Rosada como vivienda permanente. Por ello, los ventanales tenían como propósito resguardar su intimidad familiar.
La obra fue encomendada al arquitecto francés Norberto Maillard, quien diseñó e hizo construir en Francia los vitrales para el cerramiento.
El piso es el original, de gres inglés policromo, el mismo que se encuentra en diversos espacios abiertos de la Casa. A lo largo de la galería, se observan calefactores labrados de material de fundición, de principios del siglo XX.